Los habitantes del corregimiento del municipio de Codazzi esperan que la actual administración pueda darle solución a la planta de tratamiento de agua para que el vital líquido llegue potable a sus hogares.
Llerasca es un corregimiento del municipio de Codazzi, Cesar. La mayoría de los casi 1.000 habitantes de este pequeño territorio se dedican a la ganadería y la agricultura, principalmente como jornaleros en los cultivos de palma para la extracción del corozo.
Desde su creación han padecido por el consumo de agua no potable a pesar de tener un acueducto y una planta de tratamiento construida hace cerca de 20 años.
Actualmente, no funciona el filtro, por lo que tal y como se capta el agua en la bocatoma proveniente del río Llerasca llega a los grifos de los hogares. “Ya estamos acostumbrados e inmunes”, dijo Claudia Rodríguez, una ama de casa de esta población.
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Añadió que desde que fue construido el acueducto, las administraciones solo han cambiado parte de las tuberías, pero no han invertido en la planta de tratamiento para que entre en funcionamiento.
“De esa agua cocinamos y bebemos; nos hemos enfermado, incluso hace tres años murió una niña por una infección a causa del consumo del agua en malas condiciones. Aquí nos abandonaron tanto la administración municipal como la Gobernación del Cesar. Nos han prometido mejorar las condiciones del agua, pero todo queda en promesas de campaña política”, expresó Rodríguez.
Sostuvo que como comunidad se han unido en diferentes oportunidades para solicitar que mejoren las condiciones del agua y esta sea potable. Sin embargo, no les han dado solución.
El funcionamiento del acueducto de Llerasca es asunto de la administración municipal a través de la Empresa de Servicios Públicos de Codazzi, Emcodazzi, cuyo gerente, Antonio Oscarsita, manifestó que les sorprende la queja de la comunidad.
“Nosotros hemos estado pendientes de la población de Llerasca. Meses atrás les corregimos la problemática en las conexiones y ahora sí les llega el agua, pero obviamente no es agua potable porque ellos hace muchos años no aceptaron que la planta de tratamiento la administrara la Empresa de Servicios Públicos, sino ellos mismos y esto no funcionó. El manejo de esta planta de tratamiento es muy costoso para que ellos lo manejen”, explicó el gerente.
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Dichos costos ascienden a $30.000.000 mensuales, los cuales en su mayoría serían asumidos por Emcodazzi, pero, al parecer, la comunidad no aceptó cancelar una tarifa por el servicio.
“Son 400 casas que cancelarían $15.000 mensuales por el servicio, un aproximado de $6.000.000 al mes, para contribuir a los gastos, pero estas personas no lo aceptan. También argumentan que tienen patios productivos y al tratar el agua esto dañaría los cultivos como consecuencia del cloro”, expresó Oscarcita.
Al parecer, la situación es de conocimiento de la Procuraduría y Contraloría porque esta fue una inversión millonaria, pero los habitantes no quisieron pagar el servicio. Ahora, para recuperar la planta de tratamiento se necesitarían $3.000 millones, según Emcodazzi.
POR: MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN
Los habitantes del corregimiento del municipio de Codazzi esperan que la actual administración pueda darle solución a la planta de tratamiento de agua para que el vital líquido llegue potable a sus hogares.
Llerasca es un corregimiento del municipio de Codazzi, Cesar. La mayoría de los casi 1.000 habitantes de este pequeño territorio se dedican a la ganadería y la agricultura, principalmente como jornaleros en los cultivos de palma para la extracción del corozo.
Desde su creación han padecido por el consumo de agua no potable a pesar de tener un acueducto y una planta de tratamiento construida hace cerca de 20 años.
Actualmente, no funciona el filtro, por lo que tal y como se capta el agua en la bocatoma proveniente del río Llerasca llega a los grifos de los hogares. “Ya estamos acostumbrados e inmunes”, dijo Claudia Rodríguez, una ama de casa de esta población.
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Añadió que desde que fue construido el acueducto, las administraciones solo han cambiado parte de las tuberías, pero no han invertido en la planta de tratamiento para que entre en funcionamiento.
“De esa agua cocinamos y bebemos; nos hemos enfermado, incluso hace tres años murió una niña por una infección a causa del consumo del agua en malas condiciones. Aquí nos abandonaron tanto la administración municipal como la Gobernación del Cesar. Nos han prometido mejorar las condiciones del agua, pero todo queda en promesas de campaña política”, expresó Rodríguez.
Sostuvo que como comunidad se han unido en diferentes oportunidades para solicitar que mejoren las condiciones del agua y esta sea potable. Sin embargo, no les han dado solución.
El funcionamiento del acueducto de Llerasca es asunto de la administración municipal a través de la Empresa de Servicios Públicos de Codazzi, Emcodazzi, cuyo gerente, Antonio Oscarsita, manifestó que les sorprende la queja de la comunidad.
“Nosotros hemos estado pendientes de la población de Llerasca. Meses atrás les corregimos la problemática en las conexiones y ahora sí les llega el agua, pero obviamente no es agua potable porque ellos hace muchos años no aceptaron que la planta de tratamiento la administrara la Empresa de Servicios Públicos, sino ellos mismos y esto no funcionó. El manejo de esta planta de tratamiento es muy costoso para que ellos lo manejen”, explicó el gerente.
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Dichos costos ascienden a $30.000.000 mensuales, los cuales en su mayoría serían asumidos por Emcodazzi, pero, al parecer, la comunidad no aceptó cancelar una tarifa por el servicio.
“Son 400 casas que cancelarían $15.000 mensuales por el servicio, un aproximado de $6.000.000 al mes, para contribuir a los gastos, pero estas personas no lo aceptan. También argumentan que tienen patios productivos y al tratar el agua esto dañaría los cultivos como consecuencia del cloro”, expresó Oscarcita.
Al parecer, la situación es de conocimiento de la Procuraduría y Contraloría porque esta fue una inversión millonaria, pero los habitantes no quisieron pagar el servicio. Ahora, para recuperar la planta de tratamiento se necesitarían $3.000 millones, según Emcodazzi.
POR: MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN