No todo es color de rosa en el barrio, después de todas las buenas noticias que incluyen arte, música, educación y deporte; me encontré con los inconvenientes que aquejan esta comunidad. Dentro de ellas la creación de un alcantarillado desde 2017 que durante las fuertes lluvias se rebosa de aguas residuales generando malos olores y […]
No todo es color de rosa en el barrio, después de todas las buenas noticias que incluyen arte, música, educación y deporte; me encontré con los inconvenientes que aquejan esta comunidad. Dentro de ellas la creación de un alcantarillado desde 2017 que durante las fuertes lluvias se rebosa de aguas residuales generando malos olores y escorrentía que van a parar a la acequia provocando contaminación y una gran incomodidad a los habitantes del sector.
El humedal de María Camila está cerrado el corredor por láminas de aluminio o zinc y los habitantes de la comunidad están preocupados porque el arbolado sea intervenido por alguna obra constructora. Hay indignación con respecto a las decisiones que se hayan tomado con respecto al destino del humedal porque no han sido comunicadas a los miembros del barrio.
Por estos días de fuertes lluvías, Villa Dariana será más aguas y charcos que ponen en peligro de accidentes a las personas. Además, por el encerramiento del humedal, las madres que llevan a sus hijos a los colegios deben dar una gran vuelta por las afueras del humedal y tienen que pasar por la obra en construcción donde hay muchos charcos y caminos resbaladizos.
Cuando inicié el recorrido, sólo pasaban unos minutos en los que se había llevado a cabo un atraco en una de las viviendas del sector.
Muchos viven cohibidos a salir de sus casas por temor a que ‘los dueños de lo ajeno’ se lleven sus pertenencias. Hasta para tomar el transporte público en horas de la tarde, los miembros de la comunidad deben estar pendientes a cualquier eventualidad por miedo que los roben.
El barrio Villa Dariana pide ayuda al gobierno local para que haya más seguridad; que existan cuadrante o grupo de policías que esten rondando por el barrio pendientes de los habitantes. Esta es una situación díficil para un barrio que practica acciones sociales individuales que protege la dignidad de los niños y adultos, aportando a su desarrollo mediante el arte y la cultura y que al mismo tiempo, por estos problemas, no pueden hacerlo en las mejores condiciones.
Javier Rodríguez Padilla, Líder de la comunidad: “Uno de los problemas que tenemos es ambiental. A pesar que tenemos el humedal de María Camila, las entidades se han encargado de acabar con el oxígeno que tenemos con una cantidad de construcciones y obras. Colocaron una alcantarilla y apenas cae un aguacerito se desbordan todas estas aguas y eso va al humedal. Así es la lucha que llevamos desde el 2.016 cuando nos colocaron los tubos de 36 pulgadas que recogen todas las aguas residuales en Villa Mirian y cuando se tapan llegan al humedal y a nosotros nos toca soportar el olor desde nuestras casas”.
“Gisfredo Durán Álvarez. Habitante de Villa Dariana: “Hace un año, rompieron el tubo de la alcantarilla e hicieron un empalme. Yo les dije que no era la parte adecuada. Cuando está lloviendo eso se rebosa. Lo más perjudicados somos los que estamos más cerca. Yo tengo el negocio y cuando llueve, llega el olor. Hay contaminación, tengo niños pequeños que viven enfermos y siempre es lo mismo y no hay solución”, comentó Lizeth Moreno.
No todo es color de rosa en el barrio, después de todas las buenas noticias que incluyen arte, música, educación y deporte; me encontré con los inconvenientes que aquejan esta comunidad. Dentro de ellas la creación de un alcantarillado desde 2017 que durante las fuertes lluvias se rebosa de aguas residuales generando malos olores y […]
No todo es color de rosa en el barrio, después de todas las buenas noticias que incluyen arte, música, educación y deporte; me encontré con los inconvenientes que aquejan esta comunidad. Dentro de ellas la creación de un alcantarillado desde 2017 que durante las fuertes lluvias se rebosa de aguas residuales generando malos olores y escorrentía que van a parar a la acequia provocando contaminación y una gran incomodidad a los habitantes del sector.
El humedal de María Camila está cerrado el corredor por láminas de aluminio o zinc y los habitantes de la comunidad están preocupados porque el arbolado sea intervenido por alguna obra constructora. Hay indignación con respecto a las decisiones que se hayan tomado con respecto al destino del humedal porque no han sido comunicadas a los miembros del barrio.
Por estos días de fuertes lluvías, Villa Dariana será más aguas y charcos que ponen en peligro de accidentes a las personas. Además, por el encerramiento del humedal, las madres que llevan a sus hijos a los colegios deben dar una gran vuelta por las afueras del humedal y tienen que pasar por la obra en construcción donde hay muchos charcos y caminos resbaladizos.
Cuando inicié el recorrido, sólo pasaban unos minutos en los que se había llevado a cabo un atraco en una de las viviendas del sector.
Muchos viven cohibidos a salir de sus casas por temor a que ‘los dueños de lo ajeno’ se lleven sus pertenencias. Hasta para tomar el transporte público en horas de la tarde, los miembros de la comunidad deben estar pendientes a cualquier eventualidad por miedo que los roben.
El barrio Villa Dariana pide ayuda al gobierno local para que haya más seguridad; que existan cuadrante o grupo de policías que esten rondando por el barrio pendientes de los habitantes. Esta es una situación díficil para un barrio que practica acciones sociales individuales que protege la dignidad de los niños y adultos, aportando a su desarrollo mediante el arte y la cultura y que al mismo tiempo, por estos problemas, no pueden hacerlo en las mejores condiciones.
Javier Rodríguez Padilla, Líder de la comunidad: “Uno de los problemas que tenemos es ambiental. A pesar que tenemos el humedal de María Camila, las entidades se han encargado de acabar con el oxígeno que tenemos con una cantidad de construcciones y obras. Colocaron una alcantarilla y apenas cae un aguacerito se desbordan todas estas aguas y eso va al humedal. Así es la lucha que llevamos desde el 2.016 cuando nos colocaron los tubos de 36 pulgadas que recogen todas las aguas residuales en Villa Mirian y cuando se tapan llegan al humedal y a nosotros nos toca soportar el olor desde nuestras casas”.
“Gisfredo Durán Álvarez. Habitante de Villa Dariana: “Hace un año, rompieron el tubo de la alcantarilla e hicieron un empalme. Yo les dije que no era la parte adecuada. Cuando está lloviendo eso se rebosa. Lo más perjudicados somos los que estamos más cerca. Yo tengo el negocio y cuando llueve, llega el olor. Hay contaminación, tengo niños pequeños que viven enfermos y siempre es lo mismo y no hay solución”, comentó Lizeth Moreno.