El río Guatapurí, reconocido por sus fuertes corrientes y frías aguas, hoy está a punto de secarse, no solo por la falta de lluvia, también al agua que es sacada para surtir fincas aledañas.
Por Carlos Mario Jiménez / [email protected]
El reloj marcaba las 11:17 de la mañana, el paso era tenso ante el insoportable calor que golpeaba a Valledupar, 38 grados señalaba el termómetro durante la caminata por la ribera del río Guatapurí, que nace en la laguna Curigua, en la Sierra Nevada de Santa Marta, a 4.400 metros de altura y desemboca en la margen derecha del río Cesar.
Fueron muchos tropiezos los encontrados en su lecho lo que determinaba un recorrido agotador, las inmensas piedras eran uno de ellos, la gran corriente vista años atrás del afluente pasó a un segundo plano, su caudal no llegaba a más de 70 centímetros de altura.
*Libardo, un hombre que se dedica a sacar la poca arena alojada entre las piedras del río, portaba una pala entre manos y sin llevar camisa sobre su cuerpo, debido al fuerte fogaje percibido, comentó que gran parte de su vida se ha dedicado a esta labor y pese a ello desconoce que al río Guatapurí lo derivan hacía predios privados y públicos, casi el 69.83 por ciento de caudal.
Mientras que el hombre hacía su caminata sobre los predios del río, exclamó, “en unos días se crece y no se podrán hacer lo mismo”.
Los reportes conocido por EL PILÓN muestran que según la Resolución Reglamentaria Número 139 del 4 de agosto de 1987, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, tiene a su orden un caudal base de reparto del Guatapurí de 11.260 litros por segundo, de estos, el caudal asignado a concesiones o permisos cedidos desde hace más de 20 años, llega a un punto de 7.863 litros por segundo, dejando solo un caudal remanente o una corriente de 3.396 litros.
El actual verano sufrido en la capital del Cesar deja ver las diferentes derivaciones y subderivaciones otorgadas por Corpocesar. Al ingresar y seguir estos caudales, se encuentra que hay ramificaciones no controladas por la empresa vigilante, estas aguas son sacadas del caudal y enviadas a terrenos privados; la cifra por el ‘robo’ del líquido en el Guatapurí no existe.
En las resoluciones obtenidas, EL PILÓN encontró que el 4 agosto de 1987 se entregó al predio ‘La Estancia’ la primera derivación, con una manguera de dos pulgadas, con una asignación de un litro y una subderivación de la misma magnitud. Otros de los subsidios emitidos de los más de 200, es la 636 del 19 de noviembre de 1991, para el predio ‘Villa Nancy’ con una derivación de 57,68 litros por segundo, en caso de abrir la válvula que controla el paso de agua hacía este terreno 100 segundos, el líquido llevado ahí es 576,8 litros del río Guatapurí.
Otros de los permisos más amplios es el entregado el 4 de agosto de 1987 para obtener 182 litros por segundo hasta ‘La Mano de Dios’; la derivación izquierda número 19 (Caño Molina) capta cuatro litros por segundo de agua para llevarla hasta la finca ‘Las Tamacas’, esto según oficios adscritos en los folios de Corpocesar.
El hombre que escarbaba las piedras en busca de arena para llevarla a un camión Ford 600 ‘sumergido’ en el Guatapurí, se mostró amable, sacó agua de un termo ubicado en la silla del vehículo y la entregó al equipo de EL PILÓN, “tomen un poco de agua, se ven con cara de cansados”, Libardo desconoce los puntos donde río adentro es derivado, dijo sentir mucho pesar por la poca cantidad de agua que tiene el afluente más preciado por los vallenato, sin saber que a pocos metros donde él se encontraba estancado, estaba la décima cuarta derivación, derecha número 14 (canal Cicolac) que permite el paso de 132 litros por segundo del río y está amparado bajo la resolución 202 del 13 de abril de 2005.
El obrero de unos 28 años que tomó un poco del agua que estaba acompañada con tres cubos de hielo, persistió en decir, “ojo que esta zona es muy peligrosa. Por allá (miró el oriente de Valledupar) se van a encontrar con dos fincas, por ahí pueden salir de acá”, siguió recogiendo arena y antes de partir se le preguntó sí sabía ¿Cuánto vale un litro de agua del río Guatapurí?, con mirada lejana no supo que responder, solo movió su dedo índice de la mano izquierda en señal de “no”. Mientras él se quedaba con la incógnita, se conoció que el valor es de 4.458 pesos litro/segundo por mes.
El director de Corpocesar, Kalet Villalobos Brochel, informó que el cauce derivado del río Guatapurí son unas concesiones que se han otorgado hace más de 20 años para agricultores y ganaderos de la zona. Villalobos Brochel dijo “en época de verano se acentúa el problema por falta de agua, porque disminuyen los caudales y la gente busca la forma de ampliar más su captación”. El río Guatapurí, a lo largo de su curso, recibe entre otros, los ríos Donachui, Curiba, Los Mangos y Mamanquecase, y se encuentra en su final con el río Cesar.
El control ejercido por Corpocesar no ha sido obstáculo para que dueños de fincas y cultivadores aprovechen un permiso y saquen más agua de la asignada, muchos de los predios no tienen la válvula solicitada por la entidad reguladora que les permita controlar el paso de agua y en otros casos, no devuelven el líquido al Guatapurí.
EL PILÓN encontró que una de las faltas graves es taponar el río y en algunos puntos cercano al puente colgante, las derivaciones hacen uno que solo permite el paso de seis u ocho centímetros de agua como caudal remanente, de igual manera, dueños de predios buscando mayor corriente, introducen máquinas para hacer excavaciones de más de 10 centímetros de ancho por dos metros de profundidad; en un paraje de la margen izquierda del Guatapurí se comprobó que una derivación presenta más agua que la propia fuente hídrica, las cantidades aproximadas son de un 60 por ciento para la acequia y un 30 para el río.
Algunas de las derivaciones ubicadas cerca de la carrera 4, cuentan con la reglamentación exigida por la corporación reguladora y administradora de su lecho, tienen especie de filtros con dos anillos de ‘seguridad’, en el primero se represa la basura y en el otro se queda el agua que no está permitida para pasar.
La empresa Emdupar encargada de suministrar el agua a la población de Valledupar y sus corregimientos, cuenta con la resolución 022 del febrero 25 de 2003, es la octava derivación, parte sexta derecha número 8 (Canal Municipal), puede pasar 1.800 litros por segundos hacía su planta de tratamiento y de ahí nutrir a toda la capital del Cesar.
El río Guatapurí, reconocido por sus fuertes corrientes y frías aguas, hoy está a punto de secarse, no solo por la falta de lluvia, también al agua que es sacada para surtir fincas aledañas.
Por Carlos Mario Jiménez / [email protected]
El reloj marcaba las 11:17 de la mañana, el paso era tenso ante el insoportable calor que golpeaba a Valledupar, 38 grados señalaba el termómetro durante la caminata por la ribera del río Guatapurí, que nace en la laguna Curigua, en la Sierra Nevada de Santa Marta, a 4.400 metros de altura y desemboca en la margen derecha del río Cesar.
Fueron muchos tropiezos los encontrados en su lecho lo que determinaba un recorrido agotador, las inmensas piedras eran uno de ellos, la gran corriente vista años atrás del afluente pasó a un segundo plano, su caudal no llegaba a más de 70 centímetros de altura.
*Libardo, un hombre que se dedica a sacar la poca arena alojada entre las piedras del río, portaba una pala entre manos y sin llevar camisa sobre su cuerpo, debido al fuerte fogaje percibido, comentó que gran parte de su vida se ha dedicado a esta labor y pese a ello desconoce que al río Guatapurí lo derivan hacía predios privados y públicos, casi el 69.83 por ciento de caudal.
Mientras que el hombre hacía su caminata sobre los predios del río, exclamó, “en unos días se crece y no se podrán hacer lo mismo”.
Los reportes conocido por EL PILÓN muestran que según la Resolución Reglamentaria Número 139 del 4 de agosto de 1987, la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, tiene a su orden un caudal base de reparto del Guatapurí de 11.260 litros por segundo, de estos, el caudal asignado a concesiones o permisos cedidos desde hace más de 20 años, llega a un punto de 7.863 litros por segundo, dejando solo un caudal remanente o una corriente de 3.396 litros.
El actual verano sufrido en la capital del Cesar deja ver las diferentes derivaciones y subderivaciones otorgadas por Corpocesar. Al ingresar y seguir estos caudales, se encuentra que hay ramificaciones no controladas por la empresa vigilante, estas aguas son sacadas del caudal y enviadas a terrenos privados; la cifra por el ‘robo’ del líquido en el Guatapurí no existe.
En las resoluciones obtenidas, EL PILÓN encontró que el 4 agosto de 1987 se entregó al predio ‘La Estancia’ la primera derivación, con una manguera de dos pulgadas, con una asignación de un litro y una subderivación de la misma magnitud. Otros de los subsidios emitidos de los más de 200, es la 636 del 19 de noviembre de 1991, para el predio ‘Villa Nancy’ con una derivación de 57,68 litros por segundo, en caso de abrir la válvula que controla el paso de agua hacía este terreno 100 segundos, el líquido llevado ahí es 576,8 litros del río Guatapurí.
Otros de los permisos más amplios es el entregado el 4 de agosto de 1987 para obtener 182 litros por segundo hasta ‘La Mano de Dios’; la derivación izquierda número 19 (Caño Molina) capta cuatro litros por segundo de agua para llevarla hasta la finca ‘Las Tamacas’, esto según oficios adscritos en los folios de Corpocesar.
El hombre que escarbaba las piedras en busca de arena para llevarla a un camión Ford 600 ‘sumergido’ en el Guatapurí, se mostró amable, sacó agua de un termo ubicado en la silla del vehículo y la entregó al equipo de EL PILÓN, “tomen un poco de agua, se ven con cara de cansados”, Libardo desconoce los puntos donde río adentro es derivado, dijo sentir mucho pesar por la poca cantidad de agua que tiene el afluente más preciado por los vallenato, sin saber que a pocos metros donde él se encontraba estancado, estaba la décima cuarta derivación, derecha número 14 (canal Cicolac) que permite el paso de 132 litros por segundo del río y está amparado bajo la resolución 202 del 13 de abril de 2005.
El obrero de unos 28 años que tomó un poco del agua que estaba acompañada con tres cubos de hielo, persistió en decir, “ojo que esta zona es muy peligrosa. Por allá (miró el oriente de Valledupar) se van a encontrar con dos fincas, por ahí pueden salir de acá”, siguió recogiendo arena y antes de partir se le preguntó sí sabía ¿Cuánto vale un litro de agua del río Guatapurí?, con mirada lejana no supo que responder, solo movió su dedo índice de la mano izquierda en señal de “no”. Mientras él se quedaba con la incógnita, se conoció que el valor es de 4.458 pesos litro/segundo por mes.
El director de Corpocesar, Kalet Villalobos Brochel, informó que el cauce derivado del río Guatapurí son unas concesiones que se han otorgado hace más de 20 años para agricultores y ganaderos de la zona. Villalobos Brochel dijo “en época de verano se acentúa el problema por falta de agua, porque disminuyen los caudales y la gente busca la forma de ampliar más su captación”. El río Guatapurí, a lo largo de su curso, recibe entre otros, los ríos Donachui, Curiba, Los Mangos y Mamanquecase, y se encuentra en su final con el río Cesar.
El control ejercido por Corpocesar no ha sido obstáculo para que dueños de fincas y cultivadores aprovechen un permiso y saquen más agua de la asignada, muchos de los predios no tienen la válvula solicitada por la entidad reguladora que les permita controlar el paso de agua y en otros casos, no devuelven el líquido al Guatapurí.
EL PILÓN encontró que una de las faltas graves es taponar el río y en algunos puntos cercano al puente colgante, las derivaciones hacen uno que solo permite el paso de seis u ocho centímetros de agua como caudal remanente, de igual manera, dueños de predios buscando mayor corriente, introducen máquinas para hacer excavaciones de más de 10 centímetros de ancho por dos metros de profundidad; en un paraje de la margen izquierda del Guatapurí se comprobó que una derivación presenta más agua que la propia fuente hídrica, las cantidades aproximadas son de un 60 por ciento para la acequia y un 30 para el río.
Algunas de las derivaciones ubicadas cerca de la carrera 4, cuentan con la reglamentación exigida por la corporación reguladora y administradora de su lecho, tienen especie de filtros con dos anillos de ‘seguridad’, en el primero se represa la basura y en el otro se queda el agua que no está permitida para pasar.
La empresa Emdupar encargada de suministrar el agua a la población de Valledupar y sus corregimientos, cuenta con la resolución 022 del febrero 25 de 2003, es la octava derivación, parte sexta derecha número 8 (Canal Municipal), puede pasar 1.800 litros por segundos hacía su planta de tratamiento y de ahí nutrir a toda la capital del Cesar.