Detrás de cada historia y aventura en los moteles hay un equipo de trabajadores encargado de administrar y mantener todo en orden. Son ellos los que de día, tarde, noche y madrugada se ganan la vida preparando la ‘casa’ para que los clientes disfruten de ratos pasionales.
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Pero la pandemia frenó las actividades y ahora amenaza con dejar a cientos de trabajadores sin empleo. Este mes de septiembre, los empleados y administradores de los moteles de Valledupar cumplirán seis meses sin recibir y atender parejas o desconocidos asiduos de un poco de pasión.
Contrario al orden nacional, en Valledupar se pausó la reactivación de algunos sectores económicos por la llegada del pico de contagios de covid-19. Dentro de las actividades que deberán esperar su reapertura, los moteles y los bares estarían en los últimos lugares.
Gerentes y administradores de moteles de la ciudad señalan que no entienden las restricciones porque estos no son sitios de grandes aglomeraciones.
“En los moteles hay menos contacto social que en casi todos los sitios. La pareja que solicita el servicio ya se conoce, ya está relacionada. Llega al motel y no tiene contacto con nadie, no se admite nada grupal”, indicó Sebastián Maestre, gerente de Maestre y Asociados, empresa donde se integran los moteles Hollywood, Acapulco, Dubái, Aladdín y Venus.
En el conglomerado, según el gerente, la planta de personal contratada de forma directa, previo a la pandemia, superaba las 150 personas, en su mayoría mujeres recepcionistas, camareras y supervisoras. Pero luego de casi 190 días sin ingresos debió reducir el personal y los servicios contratados.
“Nos ha tocado ir liquidando personal porque no sabíamos qué hacer. Nos ataca la DIAN, llegan los prediales, los proveedores e inclusive los trabajadores iniciaron procesos por la suspensión de contratos, pero es que las pérdidas ya superan los $1.000 millones”, agrega el gerente.
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En la mayoría de ciudades del país, como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga se iniciaron planes pilotos de apertura de los moteles. En Valledupar, si se supera el pico de la pandemia a finales de mes, como señalan las autoridades sanitarias, en octubre iniciaría la apertura de los moteles bajo los lineamientos establecidos por el Ministerio de Salud.
“En estos momentos persisten cerrados los moteles por la nueva regulación implementada para estos 15 días que terminan el 30 de septiembre. El objeto de la regulación es hacer un esfuerzo adicional para pasar del momento de curva de meseta, al que hemos podido llegar en virtud de las medidas impuestas por el alcalde que han evitado que el pico siga en ascenso. Al tenerlo en pico de meseta el esfuerzo adicional es pasarlo al pico de bajada, es decir, que el pico empiece a descender y de manera inmediata empezar a realizar acciones de reapertura progresiva de todos los sectores económicos”, explicó el secretario de Gobierno.
INFORMALIDAD
El sentimiento de los administradores locales es que los estigmatizan encerrándolos en un cuarto al que no pertenecen. “El Gobierno nacional permitió que todos los servicios de hotelería que trabajen por horas puedan abrir. Nos estigmatizan comparándonos con discotecas, restaurantes, gimnasios, donde entran muchas personas. Esto es un servicio muy íntimo, es muy seguro. A veces ni se llegan a conocer los clientes con el trabajador. Nuestro servicio de higiene siempre ha sido uno de los más altos, incluso desde antes de la pandemia”, indicó por su lado Gustavo Gutiérrez, integrante del gremio de los moteles.
Sobre ese punto, el secretario de Gobierno aseguró que los moteles requieren de protocolos especiales. “Nosotros no unificamos servicio, lo que es un hecho es que el servicio que se presta a través del motel es un servicio que implica unos protocolos de bioseguridad de una exigencia especial. Es por ello que el alcalde ha pedido un esfuerzo adicional que claramente es un esfuerzo difícil, pero que queremos hacerlo para que en el mes de octubre nuestra concentración sea la reapertura”, dijo Galvis.
Pero las necesidades corporales no se acabaron, ni cerraron, ni se tomaron una pausa. Por eso a las puertas de los moteles aún llegan vehículos con los vidrios altos solicitando el servicio. La respuesta desde el 25 de marzo es la misma: cerrado temporalmente.
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Para no fallar a la cita, decenas de parejas han acudido a pequeños moteles de ‘garaje’ que han aprovechado la coyuntura para atender la demanda.
Según denuncian desde el gremio, en estos meses de cierre han reportado más de 40 negocios ilegales que nunca han cerrado pese a las restricciones. “La necesidad existe pero se está trasladando al negocio informal. Cuando decidan dar la apertura iniciaremos derrocados, llevamos seis meses con solo restas”, agregó Gutiérrez. “También hay hoteles que hasta por redes hacen publicidad ofreciendo servicios por hora a las parejas, de forma ilegal porque ellos no pueden prestar ese servicio”, afirmó por su lado Sebastián Maestre.
“TENEMOS LOS PROTOCOLOS”
En los últimos dos meses, el gremio de los moteles sostuvo dos reuniones con la Alcaldía de Valledupar. Al parecer, lo planeado era reabrir este 16 de septiembre, sin embargo, como los reportes diarios de covid-19 no disminuyen en Valledupar, la Alcaldía amplió las restricciones hasta el 30 de septiembre.
Desde el sector de los moteles aseguran tener listos los protocolos de bioseguridad. “Hemos hablado con el alcalde y nos exigieron los protocolos. Yo tengo mis protocolos y la certificación, pero no hemos podido abrir; no es por los protocolos, porque nosotros tenemos eso listo”, sostuvo Marieta Carrillo, propietaria del Motel Cuerpo.
Por eso, insiste la propietaria, como gremio han solicitado que los dejen trabajar durante el día hasta las 5:00 de la tarde, cuando inicia el toque de queda.
La otra propuesta fue que después de cada servicio la habitación quedara desocupada una hora para un periodo de desinfección aún más estricto al tradicional, los cual significaría, entre otros, lavados con químicos y cambio de casi todas las añadiduras de la pieza.
“Los moteles son empresas que no tienen cartera, viven del flujo mensual. En el momento que cerramos simplemente dejamos de obtener dividendos para sostener a los empleados, pagar servicios públicos…”, indicó Rafael Quintero, propietario del Motel Santa Bárbara.
“Estábamos a la expectativa pero sale un nuevo decreto que nos dice que permanecemos encerrados. Nosotros tenemos un protocolo de bioseguridad que ya fue aprobado”, añadió Vanessa Paéz, propietaria de los moteles Cancún, Las Vegas y Capri.
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Por último, el secretario de Gobierno, Luis Galvis, señaló que la intención de la administración es reabrir los sectores de la economía, pero “sin perder de vista jamás los actos de responsabilidad que se imponen con la salud”.
Por Deivis Caro/EL PILÓN
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