A pesar de que la Iguana en Aguachica fue mal vista por más de cien mil habitantes de esta zona del Cesar por el apagón que uno de estos reptiles ocasionó por más de 15 días, ninguna información se había obtenido sobre la matanza de una de las especies consideradas en vía de extinción. EL […]
A pesar de que la Iguana en Aguachica fue mal vista por más de cien mil habitantes de esta zona del Cesar por el apagón que uno de estos reptiles ocasionó por más de 15 días, ninguna información se había obtenido sobre la matanza de una de las especies consideradas en vía de extinción.
EL PILÓN pudo conocer, que la caza indiscriminada de este reptil, se está convirtiendo en el pan de cada día de algunos habitantes de corregimientos situados a orillas de ciénagas y ríos, como Barrancalebrija, Loma de Corredor, Puerto Patiño y Campo Amalia; no para consumirla, sino para utilizarlas como carnada para la captura de nicuro y comelón; pescados carnívoros que abundan en el sur del Cesar.
Algunas de estas iguanas, son matadas por pescadores de Gamarra y Aguachica, quienes las despresan y las insertan en puntales de madera para atraer a los pescados carnívoros.
Aunque Corpocesar no ha denunciado esta grave situación, se conoció que cientos de personas saben que a orillas de ríos y ciénagas, las Iguanas son utilizadas como carnada número uno para la pesca ilegal; es más, la misma comunidad ha encontrado gran cantidad de estos reptiles con la cola partida y su cabeza lastimada, ya que gran número de ellas son golpeadas con piedras en las riberas de su principal lugar de estadía.
Un porcentaje pequeño de la población implicada en la captura ilegal de la Iguana, son los encargados de venderlas a pescadores desconociendo el grave daño que le vienen ocasionando a la fauna de Aguachica y Gamarra.
“Nosotros vendemos entre 20 y 30 Iguanas muertas por cinco mil pesos a los pescadores que no las compren, y eso lo hacemos porque en las riberas de los ríos, nos estamos muriendo de hambre”, dijo uno de los cazadores de estos reptiles.
Con lo anterior, sería importante que la Policía Ambiental, realizara seguimientos a los pescadores de los municipios antes descritos, a fin de evitar la matanza de Iguanas que por estos días se ha recrudecido, principalmente en humedales de Loma de Corredor, Puerto Patiño y Barrancalebrija, jurisdicción de Aguachica.
“Algunas de estas especies también son asesinadas para comercializar sus huevos, sobre todo en esta época cuando se avecina la Semana Santa; es triste ver que muchas personas persiguen a las Iguanas y después de matarlas les extraen sus huevos para cocinarlos y venderlos libremente por las calles de Aguachica y Gamarra”, señaló Alfonso Nieto Prada, integrante de la comunidad de Campo Amalia.
Con lo anterior, las comunidades comprometidas con la preservación de la fauna, manifestó que se espera que se inicie una intensa campaña de educación ambiental en las escuelas y centros educativos de Aguachica y Gamarra, abogando por la protección y conservación de esta especie que cumple un papel muy importante en el ecosistema.
A pesar de que la Iguana en Aguachica fue mal vista por más de cien mil habitantes de esta zona del Cesar por el apagón que uno de estos reptiles ocasionó por más de 15 días, ninguna información se había obtenido sobre la matanza de una de las especies consideradas en vía de extinción. EL […]
A pesar de que la Iguana en Aguachica fue mal vista por más de cien mil habitantes de esta zona del Cesar por el apagón que uno de estos reptiles ocasionó por más de 15 días, ninguna información se había obtenido sobre la matanza de una de las especies consideradas en vía de extinción.
EL PILÓN pudo conocer, que la caza indiscriminada de este reptil, se está convirtiendo en el pan de cada día de algunos habitantes de corregimientos situados a orillas de ciénagas y ríos, como Barrancalebrija, Loma de Corredor, Puerto Patiño y Campo Amalia; no para consumirla, sino para utilizarlas como carnada para la captura de nicuro y comelón; pescados carnívoros que abundan en el sur del Cesar.
Algunas de estas iguanas, son matadas por pescadores de Gamarra y Aguachica, quienes las despresan y las insertan en puntales de madera para atraer a los pescados carnívoros.
Aunque Corpocesar no ha denunciado esta grave situación, se conoció que cientos de personas saben que a orillas de ríos y ciénagas, las Iguanas son utilizadas como carnada número uno para la pesca ilegal; es más, la misma comunidad ha encontrado gran cantidad de estos reptiles con la cola partida y su cabeza lastimada, ya que gran número de ellas son golpeadas con piedras en las riberas de su principal lugar de estadía.
Un porcentaje pequeño de la población implicada en la captura ilegal de la Iguana, son los encargados de venderlas a pescadores desconociendo el grave daño que le vienen ocasionando a la fauna de Aguachica y Gamarra.
“Nosotros vendemos entre 20 y 30 Iguanas muertas por cinco mil pesos a los pescadores que no las compren, y eso lo hacemos porque en las riberas de los ríos, nos estamos muriendo de hambre”, dijo uno de los cazadores de estos reptiles.
Con lo anterior, sería importante que la Policía Ambiental, realizara seguimientos a los pescadores de los municipios antes descritos, a fin de evitar la matanza de Iguanas que por estos días se ha recrudecido, principalmente en humedales de Loma de Corredor, Puerto Patiño y Barrancalebrija, jurisdicción de Aguachica.
“Algunas de estas especies también son asesinadas para comercializar sus huevos, sobre todo en esta época cuando se avecina la Semana Santa; es triste ver que muchas personas persiguen a las Iguanas y después de matarlas les extraen sus huevos para cocinarlos y venderlos libremente por las calles de Aguachica y Gamarra”, señaló Alfonso Nieto Prada, integrante de la comunidad de Campo Amalia.
Con lo anterior, las comunidades comprometidas con la preservación de la fauna, manifestó que se espera que se inicie una intensa campaña de educación ambiental en las escuelas y centros educativos de Aguachica y Gamarra, abogando por la protección y conservación de esta especie que cumple un papel muy importante en el ecosistema.