Soledad dentro y afuera de la iglesia ‘La Inmaculada Concepción’, así como en los alrededores de la plaza Alfonso López, fue lo que primó ayer en el día del patrono de Valledupar, en contraste con las multitudes que se apreciaban en años anteriores, pero no por falta de devotos, sino por el confinamiento de las familias para mitigar el Covid-19. El acto litúrgico se realizó a puerta cerrada, el cual fue transmitido por diferentes medios de comunicación y redes sociales.

Es de recordar que por fe año tras año muchos se acercan a su altar para tocarlo y verlo, acudiendo a él para que los sanen o los ayuden con sus problemas y otros para pagar alguna promesa que le hicieron. Otra particularidad fue la ausencia del obispo presidiendo la eucaristía; en esta ocasión lo hizo el párroco Enrique Iceda Guerra, quien aprovechó la homilía para trasmitir un mensaje de esperanza y fe.

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“Dios no se equivoca; Él sabe porque permite ciertos acontecimientos de nuestra vida… Hoy el mundo está colmado de miedo por un virus que se expande de manera impresionante. Este desierto que vivimos nos recuerda lo pequeños y frágiles que somos  y que sin el Padre nadie somos”, subrayó.

Trajo a colación  que a través de la historia el hombre se ha apartado de Dios en el aspecto político, social y económico. Aunque aclaró que esta situación que afronta la humanidad no es un castigo, si “es el fruto de la soberbia de aquellos que se colocaban en el puesto del ser supremo”, por lo que invitó a levantar la mirada para contemplar al que sana y salva con su amor.

El líder espiritual aseguró: “El corazón del hombre es más duro que la roca y el hierro, por lo que invito a cambiar esta situación. No debemos guardar rencores, sino vivir con la convicción que todos somos hijos del mismo padre, creados para continuar la obra preciosa de la creación y dejar atrás el pecado”.

De acuerdo a Iceda Guerra, la fiesta de Jesús conmina a abrir el corazón y reconocer las faltas cometidas, recordando las palabras de Jesús “amarás a Dios tu Señor con todas tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo”. De la misma manera, hizo un llamado a: “Orar firmemente para que el Señor toque nuestro corazón y nos llene de su amor”, y recordar las palabras del salvador de “no tener miedo porque Él estará hasta el fin de los días”.

 ¿Y LA PROCESIÓN?

Otro de los aspectos que extrañaron los vallenatos fue la tradicional procesión, donde los fieles caminaban detrás de la figura del santo como un acto de contemplación. Frente a este tema, la Diócesis de Valledupar proyecta realizar una peregrinación de santo Ecce Homo después que pase el peligro de contraer Covid-19.

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Así lo aseguró el presbítero Doriam Rocha: “A lo que pase el tema de la pandemia haremos una misa en grande en la plaza Alfonso López con todos los devotos y fieles; haremos un recorrido por Valledupar en acción de gracias del Ecce Homo por todo lo que nos ha concedido, especialmente por haber vencido el coronavirus. Por el momento nos quedaremos dentro de la iglesia; no podemos sacar al santo porque sería entrar en desacato, teniendo en cuenta que la gente no resiste ver la imagen de su patrono en las calles y no salir”.

UN ALTAR COLMADO DE ROSAS ROJAS

Como una manera de rendirle tributo a santo Ecce Homo la iglesia ‘La Inmaculada Concepción’ decoró su altar con decenas de rosas rojas, que tornaban la imagen más suntuosa. “Hemos querido hacerle una decoración única a santo Ecce Homo para darle ese sentido especial a la Semana Santa en casa y saber que él va a llegar a cada una de sus familias a través de las trasmisiones”, expresó el padre Rocha.

Acerca de las particularidades de la celebración, el párroco dijo:  
“Este es un hecho histórico para el mundo y para los feligreses católicos de la Diócesis de Valledupar y de todos los devotos al santo Ecce Homo que cada año se congregan un día como hoy, hace 470 años, para venir a pagar sus mandas y para estar a sus pies. Hoy (ayer) no lo podrán hacer desde el templo donde se reunían alrededor de 20 mil personas, que se congregaban desde las 4:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde en romería y en oración. Estaban nazarenos, las siervas y tantísimos hermanos que viven su devoción sincera y de corazón al santo Ecce Homo. No lo podrán hacer en el templo, pero harán de su casa ese templo, harán de su casa esa iglesia doméstica. Antes ellos venían, ahora el Ecce Homo va a cada hogar, a cada familia y a cada corazón”.

La leyenda del santo

Cuentan las abuelas que un hombre de color, procedente de Rincón Hondo, fue encerrado bajo su propia solicitud para construir una imagen grandiosa. El hombre se mantuvo aislado durante varios días sin otro alimento que una pequeña cantidad de pan y agua. El silencio impuesto por este aislamiento acabó inquietando a la gente. Unos días después de este encierro insólito, un grupo de pueblerinos acudió al lugar para conocer su estado de salud.

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La sorpresa fue enorme: el local estaba vacío, sin rastros del artesano, y además, el agua seguía intacta. En medio de la sala, destacaba una imagen imponente, labrada de manera majestuosa que, poco después, fue llamada: “El santo Ecce Homo” (He aquí el hombre).

Desde entonces, el santo fue adulado por los habitantes de Valledupar quienes vieron en ese descubrimiento el primero de una larga cadena de milagros. Entre ellos el hecho de que el Ecce Homo sude abundantemente y que con ese sudor se pueda curar un gran número de enfermedades.

PUNTOS DE VISTA

Algunos devotos a Santo Eccehomo manifestaron su opinión sobre cómo viven la conmemoración de su patrono este año.

–Jhonatan Casadiegos: “Muchas personas están tristes por esta Semana Santa tan atípica debido a la pandemia por la que estamos pasando, sobretodo porque siempre ha sido costumbre vallenata ir a ver al Ecce Homo. Se siente raro tener que vivir una eucaristía por televisión o a través de un celular, pero aun así hay que tratar de hacerlo de la manera más solemne posible. En mi casa, por ejemplo, tengo un altar con velas con la figura del Ecce Homo y la virgen; como todo los Lunes Santos me vestí con mi uniforme de Caballero del Ecce Homo, hermandad a la que pertenezco, y le recé como todos los años, pero esta vez viéndolo en una misa por televisión”.

-Marcela Giovanetti: “Yo escucho todas las mañanas las misas por radio o televisión; ayer escuché atenta las del santo Ecce Homo como devota que soy. Extrañaré la misa en vivo, pero prima la salud de todo un pueblo; lo más correcto debido a la pandemia del coronavirus es quedarnos en casa y evitar las conglomeraciones. La fe la llevamos en nuestros corazones y seguimos creyendo en nuestro patrono, le rezamos desde nuestras casas y le hacemos las peticiones que en estos momentos creo que es la misma de todos: la salud del mundo”.

-Carlos Andrés Cotes: “Es una situación atípica, pues la tradición en Semana Santa es sagradamente asistir a la misa de nuestro santo patrono; esta vez será desde nuestras casas por TV o redes por donde escucharemos las misas, para pedirle a Dios que nos ayude a salir de este momento. Recuerdo desde siempre  la celebración de la procesión en Valledupar y todos los lunes sagradamente en la iglesia La Concepción la misa va encomendada especialmente a nuestro Santo Ecce Homo. En esta Semana Santa entregamos nuestro pueblo, nuestra ciudad bajo su protección y confiando plenamente en él vamos a salir adelante”.

-Lily Mendoza: “La obediencia a Dios es el mejor sacrificio y la mayor expresión de nuestro amor y entrega a Él. Debemos quedarnos en casa por la salud de todos. Estamos pasando por un momento en el que debemos estar en casa para evitar contagiarnos. Esta Semana Santa es única porque la vamos a vivir en familia y con mucho recogimiento. Yo camino la procesión todos los años en acción de gracias por tantas bendiciones y coloco a sus pies mis peticiones. Este año no la caminaré físicamente, sin embargo, espiritualmente dedicaré ese tiempo a orar en casa”.

-Rubén Carvajal: “Celebré esta fecha desde mi casa en el aislamiento social; me hizo falta la misa mayor del señor obispo. Mis recuerdos desde niño es escuchar en vivo todo los años la misa del santo Ecce Homo, algo que le aprendí a mi padre. Ahora desde mi casa, junto a mi familia, hago la misa con la imagen de nuestro patrono. La misa y la procesión la hacemos nosotros en la intimidad de nuestros corazones debido a la devoción que le tenemos”.

-Gonzalo Arzuza: “Estamos tristes con la situación que sucede en el mundo, y por supuesto en Valledupar, esperemos que este momento sea oportuno para reflexionar que Jesús siempre está presente, y más ahora, en todos los habitantes del mundo. Hice la novena con mi familia de manera virtual a través de Youtube y por radio. Entendemos que frente a una situación de calamidad como la que afrontamos no es permitido estar por las calles. Es importante anotar que para poder estar el próximo año en la plaza y en la iglesia debemos cuidarnos ahora en casa”.

POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN – [email protected]