El periodista Juan Rincón Vanegas hoy revela los detalles de la canción ‘Sin ti’, que llenó de melancolía al artista samario durante su más reciente visita a Valledupar.
La mañana del viernes 26 de octubre de 2018 Carlos Vives llegó a Valledupar con el propósito de poner la primera piedra al proyecto del Parque de la Provincia, que abandera el alcalde Augusto Ramírez Uhía.
Hasta ese momento, todo giraba en torno a esa área de terreno que en seis meses tendrá la mejor cara ecológica, turística, ambiental, recreativa y todo lo que giraba alrededor de la música vallenata y su gran proyección internacional, cuando el rey vallenato Náfer Santiago Durán Díaz, quien el 26 de diciembre llegará a 86 años, fue invitado a la tarima para que acompañara al artista samario.
Al viejo juglar, que ha puesto a cabalgar sus dedos millones de veces por los botones de su acordeón, se le ocurrió tocar su célebre canción en tono menor ‘Sin ti’. No más abrió y cerró su acordeón, provocó que al hombre que ha llevado el vallenato por el mundo se le apretujaran en su memoria todos los recuerdos de su padre Luis Aurelio Vives Echeverría.
Exactamente, cuando la canción avanzaba en versos y notas, Carlos Vives no pudo aguantar y lloró al dibujar en toda su dimensión a uno de los pilares de su existencia, su señor padre.
Al despedirse, y ya en la cabina del vehículo en el que se transportaba, el artista samario escribió en su cuenta de Instagram: “La canción ‘Sin ti’ de Náfer Durán es la canción que siempre me ha unido a mi papá, marcó la separación de él siendo muy pelao. Hoy, mi papá se apaga poco a poco, y esta mañana en Valledupar apareció Náfer para cantarla. Te amo papi. Lloro por ti”.
La más grande nota de silencio se cubrió de lágrimas porque Carlos Vives recordó que desde niño partió de su hogar en Santa Marta con destino a Bogotá, pero la legendaria figura de su padre siempre lo rodeó de mucho amor, y ha sido testigo de sus triunfos porque todos se los dedica.
“Cada oportunidad que tengo la comparto a su lado. Hoy, a sus 86 años está delicado de salud, pero Dios lo tiene con nosotros para seguirlo amando hasta el final y más allá”.
El artista que ha regalado tantas alegrías cantadas alrededor del mundo volvió a demostrar que un padre es la fórmula precisa para darle oficio al corazón y conectar el alma con la plataforma de los más bellos sentimientos.
Precisamente, en la producción ‘Clásicos de la Provincia II’, grabado en el año 2009, Carlos Vives grabó esa canción, y en esa ocasión no lloró, sino que la dejó como constancia cuando la escuchaba en las parrandas que su padre solía realizar en su casa.
El maestro ‘Naferito’ no supo el impacto emocional que produjo su canción en Carlos Vives, y al contarle, expresó: “No me dí cuenta. De haberlo sabido interpreto otra canción, pero bueno, para que huirle a los recuerdos si aparecen a la vuelta de la esquina”.
En ese instante no había escape, y el juglar trajo a su memoria a su padre Náfer Donato Durán Mojica, quien le marcó el camino del folclor vallenato. “Vea, mi viejo era fregao, pero correcto en su accionar, y nos inculcó el amor por la música, por eso nuestra dinastía es tan grande. Que mejor homenaje para mi papá que sus hijos, nietos y bisnietos siguieran su senda”.
Continuó hablando y cayó en su propia nota. “Gracias a Dios tengo hijos y nietos que también me han dado muchas alegrías, y sé que al igual que mi hermano Alejo, sembré en terreno fértil para alegría de nuestra querida música vallenata”.
Estando atrapado por la atarraya del recuerdo trajo a su memoria la historia de esa famosa canción que para él es una joya:
Con mi nota triste vengo a decirle a tu alma
lo que está sintiendo mi sincero corazón
ya no tengo paciencia, ya no tengo calma
sólo vivo triste y loco por tu amor.
“Siempre viviré agradecido con Carlos Vives por haberme grabado esa canción, y ahora sé la razón verdadera de haberla tenido en cuenta. Es el mejor homenaje a su papá Luis Aurelio Vives”.
Volvió a interpretarla con su acordeón y al repasar la letra se quedó pensativo. Era el momento de esculcarle sobre la historia que originó dicha inspiración. El recuerdo lo tocó y manifestó. “Ella, nacida en Chiriguaná, a sus 20 años se me atravesó en el corazón y comenzamos a vivir. En cierta ocasión me fui a una larga gira. No supe de ella durante ese tiempo, pero antes de regresar le compuse en Mompox, Bolívar, la canción ‘Sin ti’. El maestro Náfer estaba hablando de Rosibel Escorcia Mure.
“Cuando regresé, lo primero que hice fue ir a la ventana de su casa y regalarle la canción. Ella, abrió la puerta y me sonrió. Luego me contó que estaba embarazada y me puse feliz. Al cabo de un tiempo nació Denia Esther y después 11 hijos más”.
Le compuso la canción en tono menor cuando su corazón estaba en tono mayor, y no le cabía en el inmenso marco de su alma. El noveno rey vallenato tuvo la osadía de desafiar las notas musicales que se adaptaron a su propio sentimiento: “Esa canción me la pedía mucho doña Consuelo Araujonoguera, y además me decía que contara la historia. Yo siempre lo hacía porque es la mamá de todas mis canciones, y cuando Dios me llame, esa me la deben cantar. Esa tiene que ser”, dijo Náfer.
El viejo juglar agachó su cabeza, y como lo hizo Carlos Vives, también lloró. Sacó su pañuelo de color azul claro, se lo llevó hasta su rostro para de esa manera esconder las nacientes lágrimas.
Al terminar la entrevista, señaló: “Díganle a Carlos Vives que la próxima vez lloramos juntos, así como cantamos: “Sin ti no puedo estar, mi corazón se desespera…”
En ese inmenso espacio vallenato, donde los acordeones hacen llorar y reír, se unieron las nostalgias de dos hombres curtidos en las batallas del folclor, que sin mucho pensarlo pueden decir: Deja que las lágrimas abonen los recuerdos, porque cuando un sentimiento se atraviesa en el camino, lo más fácil es atraparlo en el silencio de la inmortalidad.
Por Juan Rincón Vanegas-@juanrinconv
El periodista Juan Rincón Vanegas hoy revela los detalles de la canción ‘Sin ti’, que llenó de melancolía al artista samario durante su más reciente visita a Valledupar.
La mañana del viernes 26 de octubre de 2018 Carlos Vives llegó a Valledupar con el propósito de poner la primera piedra al proyecto del Parque de la Provincia, que abandera el alcalde Augusto Ramírez Uhía.
Hasta ese momento, todo giraba en torno a esa área de terreno que en seis meses tendrá la mejor cara ecológica, turística, ambiental, recreativa y todo lo que giraba alrededor de la música vallenata y su gran proyección internacional, cuando el rey vallenato Náfer Santiago Durán Díaz, quien el 26 de diciembre llegará a 86 años, fue invitado a la tarima para que acompañara al artista samario.
Al viejo juglar, que ha puesto a cabalgar sus dedos millones de veces por los botones de su acordeón, se le ocurrió tocar su célebre canción en tono menor ‘Sin ti’. No más abrió y cerró su acordeón, provocó que al hombre que ha llevado el vallenato por el mundo se le apretujaran en su memoria todos los recuerdos de su padre Luis Aurelio Vives Echeverría.
Exactamente, cuando la canción avanzaba en versos y notas, Carlos Vives no pudo aguantar y lloró al dibujar en toda su dimensión a uno de los pilares de su existencia, su señor padre.
Al despedirse, y ya en la cabina del vehículo en el que se transportaba, el artista samario escribió en su cuenta de Instagram: “La canción ‘Sin ti’ de Náfer Durán es la canción que siempre me ha unido a mi papá, marcó la separación de él siendo muy pelao. Hoy, mi papá se apaga poco a poco, y esta mañana en Valledupar apareció Náfer para cantarla. Te amo papi. Lloro por ti”.
La más grande nota de silencio se cubrió de lágrimas porque Carlos Vives recordó que desde niño partió de su hogar en Santa Marta con destino a Bogotá, pero la legendaria figura de su padre siempre lo rodeó de mucho amor, y ha sido testigo de sus triunfos porque todos se los dedica.
“Cada oportunidad que tengo la comparto a su lado. Hoy, a sus 86 años está delicado de salud, pero Dios lo tiene con nosotros para seguirlo amando hasta el final y más allá”.
El artista que ha regalado tantas alegrías cantadas alrededor del mundo volvió a demostrar que un padre es la fórmula precisa para darle oficio al corazón y conectar el alma con la plataforma de los más bellos sentimientos.
Precisamente, en la producción ‘Clásicos de la Provincia II’, grabado en el año 2009, Carlos Vives grabó esa canción, y en esa ocasión no lloró, sino que la dejó como constancia cuando la escuchaba en las parrandas que su padre solía realizar en su casa.
El maestro ‘Naferito’ no supo el impacto emocional que produjo su canción en Carlos Vives, y al contarle, expresó: “No me dí cuenta. De haberlo sabido interpreto otra canción, pero bueno, para que huirle a los recuerdos si aparecen a la vuelta de la esquina”.
En ese instante no había escape, y el juglar trajo a su memoria a su padre Náfer Donato Durán Mojica, quien le marcó el camino del folclor vallenato. “Vea, mi viejo era fregao, pero correcto en su accionar, y nos inculcó el amor por la música, por eso nuestra dinastía es tan grande. Que mejor homenaje para mi papá que sus hijos, nietos y bisnietos siguieran su senda”.
Continuó hablando y cayó en su propia nota. “Gracias a Dios tengo hijos y nietos que también me han dado muchas alegrías, y sé que al igual que mi hermano Alejo, sembré en terreno fértil para alegría de nuestra querida música vallenata”.
Estando atrapado por la atarraya del recuerdo trajo a su memoria la historia de esa famosa canción que para él es una joya:
Con mi nota triste vengo a decirle a tu alma
lo que está sintiendo mi sincero corazón
ya no tengo paciencia, ya no tengo calma
sólo vivo triste y loco por tu amor.
“Siempre viviré agradecido con Carlos Vives por haberme grabado esa canción, y ahora sé la razón verdadera de haberla tenido en cuenta. Es el mejor homenaje a su papá Luis Aurelio Vives”.
Volvió a interpretarla con su acordeón y al repasar la letra se quedó pensativo. Era el momento de esculcarle sobre la historia que originó dicha inspiración. El recuerdo lo tocó y manifestó. “Ella, nacida en Chiriguaná, a sus 20 años se me atravesó en el corazón y comenzamos a vivir. En cierta ocasión me fui a una larga gira. No supe de ella durante ese tiempo, pero antes de regresar le compuse en Mompox, Bolívar, la canción ‘Sin ti’. El maestro Náfer estaba hablando de Rosibel Escorcia Mure.
“Cuando regresé, lo primero que hice fue ir a la ventana de su casa y regalarle la canción. Ella, abrió la puerta y me sonrió. Luego me contó que estaba embarazada y me puse feliz. Al cabo de un tiempo nació Denia Esther y después 11 hijos más”.
Le compuso la canción en tono menor cuando su corazón estaba en tono mayor, y no le cabía en el inmenso marco de su alma. El noveno rey vallenato tuvo la osadía de desafiar las notas musicales que se adaptaron a su propio sentimiento: “Esa canción me la pedía mucho doña Consuelo Araujonoguera, y además me decía que contara la historia. Yo siempre lo hacía porque es la mamá de todas mis canciones, y cuando Dios me llame, esa me la deben cantar. Esa tiene que ser”, dijo Náfer.
El viejo juglar agachó su cabeza, y como lo hizo Carlos Vives, también lloró. Sacó su pañuelo de color azul claro, se lo llevó hasta su rostro para de esa manera esconder las nacientes lágrimas.
Al terminar la entrevista, señaló: “Díganle a Carlos Vives que la próxima vez lloramos juntos, así como cantamos: “Sin ti no puedo estar, mi corazón se desespera…”
En ese inmenso espacio vallenato, donde los acordeones hacen llorar y reír, se unieron las nostalgias de dos hombres curtidos en las batallas del folclor, que sin mucho pensarlo pueden decir: Deja que las lágrimas abonen los recuerdos, porque cuando un sentimiento se atraviesa en el camino, lo más fácil es atraparlo en el silencio de la inmortalidad.
Por Juan Rincón Vanegas-@juanrinconv