El precandidato presidencial Camilo Romero visitó la ciudad de Valledupar dentro de un recorrido por la región Caribe. EL PILÓN lo entrevistó y habló sobre paz total, lucha contra las drogas y las elecciones del 2026.
¿Cómo ve al país de cara al 2026?
Tenemos que tomar una decisión como sociedad: o miramos hacia atrás, o somos capaces de mirar hacia adelante, como corresponde. Nosotros creemos que Colombia debe seguir con un Gobierno dedicado a la gente, no a esos negociantes enquistados en el Estado colombiano. Ese es el camino que vale la pena recorrer.
El camino de Colombia es ese: corregir lo que se tiene que corregir, pero avanzar. Colombia no puede retroceder. Este es el momento de convocar a los colombianos, a la mayoría.
Pero hay desilusión con el Gobierno nacional…
Este es el primer gobierno del cambio, obviamente con todas las dificultades. En la política no es que uno gana y ya puede hacer el cambio que quería. Esto es un partido de fútbol, más cuando hay tantos enquistados en el poder, que tienen una lógica criminal.
Muchos de esas personas desilusionadas están en el Cesar por la política minera del Gobierno…
Hay que partir de realidades. La transición debe ser un tema trascendente. Justo, estos días acompañé el lanzamiento de un documental sobre la prohibición de las corridas de toros. Esas personas necesitan una oportunidad laboral distinta.
Respetando las proporciones, debemos avanzar en la transición energética, pero eso solo puede ir en paralelo con la gente que trabaja en la minería. Por decisiones de un gobierno, no se puede perjudicar a la gente que tiene una subsistencia, así esas decisiones sean acertadas, como es el caso de este Gobierno. Este es el camino que está adoptando el mundo.
¿Qué pasó con la seguridad en el país?
La palabra democracia nos queda grande a los colombianos por los niveles de violencia y desigualdad que tenemos. Esto pone en tela de juicio si somos o no un país democrático. Me cuesta decir que somos un país democrático con estos niveles de violencia. Me niego a que la violencia sea parte del ADN de los colombianos, pero es una realidad histórica. No es de hoy. Llevamos décadas, desde la creación de la República, en conflicto permanente.
La violencia es la antítesis de la democracia. En esa medida, no podemos reclamarnos como sociedad totalmente democrática. Después de reconocer esto, hay que enfrentar la violencia. Hemos tenido una lógica de gobiernos y ministros de Defensa que hablaban con voz altisonante, grandilocuente, diciendo que hay que acabar con los criminales y darles plomo. Eso nos llevó a un conflicto armado que dejó 8 millones de víctimas y 450 mil personas muertas.Y ya han escuchado a varios precandidatos diciendo “plomo, balín, destripar al enemigo”. ¿Esa es la lógica? ¿Repetir la historia del conflicto armado?
Pero los diálogos de este Gobierno no han avanzado
Tenemos que buscar un camino. La paz siempre seguirá siendo un experimento, no solo en Colombia, en todo el mundo. Hay que intentar todos los caminos posibles. Tuve la oportunidad de tener la amistad de Pepe Mujica y me decía: “No entiendo a los colombianos. ¿Cómo una sociedad tomó el camino de los tiros para resolver un problema?”.
Tenemos algo transversal: la lucha contra las drogas. Si no resolvemos ese tema no tendremos posibilidad de paz verdadera en Colombia. Esta es la política pública más fracasada de la historia de la humanidad. 50 años haciendo lo mismo y no ha dado resultado. Yo quiero llamar a la sensatez. No podemos hacer lo mismo que no ha funcionado durante 50 años. Necesito un enfoque distinto en la lucha contra las drogas.
¿Qué hacer frente a las drogas?
Fui gobernador de Nariño, que era el departamento con mayor hectáreas de coca cuando asumí. Dejó de ser el departamento con más coca porque no solo se debe mirar desde el balín, sino entender las condiciones sociales.
Cuando un ciudadano de nuestro país nunca vio la presencia del Estado, sino que tuvo que raspar coca para darle de comer a sus hijos, o con eso le pagaban al profesor para dar clase, demuestra el fracaso del Estado.
No podemos seguir agachando la cabeza con una falsa doble moral. Mientras haya demanda de Estados Unidos y Europa habrá oferta. Y entonces debe haber una corresponsabilidad en la lucha contra las drogas. Estados Unidos se para con una farsa moral a desertificar a Colombia, si detrás del atril piden coca y coca a Colombia.
¿Fracasó la paz total del Gobierno nacional?
La paz es un imperativo para toda sociedad democrática. Lo otro es que aceptemos esta barbarie, lo cual no aceptamos. Que no abusen los grupos ilegales de una puerta abierta al diálogo, que no nos tomen por pendejos a los colombianos. El camino no puede ser la promesa del balín que están prometiendo algunos candidatos.











