En el pequeño poblado se encuentra la casa museo donde sus coterráneos cuidan las pertenencias del juglar como el más preciado tesoro.
En las coloridas calles de este corregimiento del sur de Valledupar, permanecen vivos los recuerdos del compositor, acordeonero y cantante Calixto Antonio Ochoa Campo, quien falleció el 18 de noviembre de 2015, dejando una profunda tristeza en su pueblo natal.
Calixto nació el 14 de agosto de 1934, en el hogar conformado por César Salomón Ochoa López, reconocido cajero de la región, y María Jesús Campo, conocida como la vieja ‘Chúa’.
Este hombre, que tuvo muchos amores, fue padre de nueve hijos: Calixto, César, Rolando, Adonay, Jackelyn, Katia, Kelly, Alba y María José, frutos de las uniones con Carmen Mestre, Nubia Tardiú y Dulsaides Bermúdez.
El `Negro cali’, como lo llamaban sus amigos y familiares, partió de su tierra natal a los 19 años e inició una gira por diferentes ciudades y poblaciones de la región Caribe como Barranquilla, San Jacinto, Carmen de Bolívar, Ovejas, Corozal, entre otros pueblos, en la época en que el conjunto vallenato sólo estaba compuesto por caja, guacharaca y acordeón.
Calixto se quedó en Sincelejo, donde murió a causa de una isquemia y fallas renales, enfermedad con la que luchó desde el año 2011.
A los 21 años grabó su primer disco titulado ‘El Lirio Rojo’, para el sello ECO, su canción más insigne y que hoy se sigue escuchando a pesar de los años:
“Yo tenía mi lirio rojo bien adornao/con una rosita blanca muy aparente
pero se metió el verano y lo ha marchitao/por eso vivo llorando mi mala suerte
Se marchitó mi lirio rojo/y fue por culpa del verano/por eso estoy desconsolado al ver que me dejó tan solo.
Tan bonito blanco y rubio como nació/adornado con rositas y jazmincitos
pero se metió el verano y lo marchitó/por eso vivo llorando al verme solito
Se marchitó mi lindo lirio y mi blanca rosa/tendré que soportar martirio y terribles cosas.
Se marchitó mi lirio rojo/y fue por culpa de verano/por eso estoy desconsolado al ver que me dejó tan solo”.
Calixto Ochoa fundó, en 1961, la famosa agrupación ‘Los Corraleros de Majagual’, junto con Alfredo Gutiérrez, Eliseo Herrera, César Castro, Lucho Pérez y Antonio Cavas.
Sus paisanos se niegan a la idea de olvidarlo, por eso han hecho para conmemora su memoria, una casa museo en la residencia que fue propiedad de César Ochoa, padre del maestro Calixto Ochoa y donde este último pasó sus primeros años de vida.
En esta casa, los visitantes aprecian las obras musicales de Calixto Ochoa, los acordeones que utilizó, los trofeos y reconocimientos que obtuvo durante su vida artística y otros elementos que hicieron parte de la vida artística del ‘Negro Cali’.
En el pequeño poblado se encuentra la casa museo donde sus coterráneos cuidan las pertenencias del juglar como el más preciado tesoro.
En las coloridas calles de este corregimiento del sur de Valledupar, permanecen vivos los recuerdos del compositor, acordeonero y cantante Calixto Antonio Ochoa Campo, quien falleció el 18 de noviembre de 2015, dejando una profunda tristeza en su pueblo natal.
Calixto nació el 14 de agosto de 1934, en el hogar conformado por César Salomón Ochoa López, reconocido cajero de la región, y María Jesús Campo, conocida como la vieja ‘Chúa’.
Este hombre, que tuvo muchos amores, fue padre de nueve hijos: Calixto, César, Rolando, Adonay, Jackelyn, Katia, Kelly, Alba y María José, frutos de las uniones con Carmen Mestre, Nubia Tardiú y Dulsaides Bermúdez.
El `Negro cali’, como lo llamaban sus amigos y familiares, partió de su tierra natal a los 19 años e inició una gira por diferentes ciudades y poblaciones de la región Caribe como Barranquilla, San Jacinto, Carmen de Bolívar, Ovejas, Corozal, entre otros pueblos, en la época en que el conjunto vallenato sólo estaba compuesto por caja, guacharaca y acordeón.
Calixto se quedó en Sincelejo, donde murió a causa de una isquemia y fallas renales, enfermedad con la que luchó desde el año 2011.
A los 21 años grabó su primer disco titulado ‘El Lirio Rojo’, para el sello ECO, su canción más insigne y que hoy se sigue escuchando a pesar de los años:
“Yo tenía mi lirio rojo bien adornao/con una rosita blanca muy aparente
pero se metió el verano y lo ha marchitao/por eso vivo llorando mi mala suerte
Se marchitó mi lirio rojo/y fue por culpa del verano/por eso estoy desconsolado al ver que me dejó tan solo.
Tan bonito blanco y rubio como nació/adornado con rositas y jazmincitos
pero se metió el verano y lo marchitó/por eso vivo llorando al verme solito
Se marchitó mi lindo lirio y mi blanca rosa/tendré que soportar martirio y terribles cosas.
Se marchitó mi lirio rojo/y fue por culpa de verano/por eso estoy desconsolado al ver que me dejó tan solo”.
Calixto Ochoa fundó, en 1961, la famosa agrupación ‘Los Corraleros de Majagual’, junto con Alfredo Gutiérrez, Eliseo Herrera, César Castro, Lucho Pérez y Antonio Cavas.
Sus paisanos se niegan a la idea de olvidarlo, por eso han hecho para conmemora su memoria, una casa museo en la residencia que fue propiedad de César Ochoa, padre del maestro Calixto Ochoa y donde este último pasó sus primeros años de vida.
En esta casa, los visitantes aprecian las obras musicales de Calixto Ochoa, los acordeones que utilizó, los trofeos y reconocimientos que obtuvo durante su vida artística y otros elementos que hicieron parte de la vida artística del ‘Negro Cali’.