El auditorio de la Casa de la Cultura de Valledupar fue escenario del conversatorio ‘Historia y Evolución de la Mujer en la Música Vallenata’, con el que se dio inicio a la décima versión del Encuentro Vallenato Femenino (EVAFE). Durante dos horas, cinco gestores culturales, periodistas, investigadores y cantores del folclor hicieron un recorrido por los avances y transformaciones del papel femenino en este género.
Julieth Peraza, gestora cultural y fundadora del museo Cocha Molina, comparó el trabajo de las mujeres de Esparta en la antigua Grecia con el de las mujeres en la música vallenata, resaltando su lucha y compromiso con el bienestar de sus comunidades.
Lee también: Estas son las nueve acordeoneras que buscan el título de Soberana del Acordeón en EVAFE 2025
“La mujer vallenata ha llevado a la victoria la cultura. Son luchadoras como las espartanas, que cuidaban a los hombres antes de ir a la guerra. Nosotras las mujeres somos las encargadas de transmitir los valores a nuestros hijos y las únicas que podemos salvar nuestra cultura vallenata”, dijo Julieth Peraza, haciendo mención de Elvira Maestre, madre de Diomedes Díaz; Clara Aponte, madre de Iván Villazón y, Esthela Mejía, madre de Gonzalo Arturo ‘Cocha’ Molina, mujeres que se convirtieron en pieza clave para el éxito de sus hijos en el folclor vallenato.
Primera mujer acordeonera de la historia
El investigador y escritor Julio Oñate Martínez, relató la historia de Mamerta Hernández Buelvas, la primera mujer acordeonera de la que se tiene registro, quien junto a sus dos hermanas Valdivia y Melchoras, fueron pioneras en la creación de un conjunto típico vallenato.
“Un investigador de El Difícil, Magdalena, me llamó y me dijo que había una reseña histórica de un matrimonio plateño del que nacieron muchos hijos y aparece la figura de una intérprete del acordeón de nombre Mamerta Hernández, nacida en las montañas de Plato, Magdalena, en el año 1872. Mamerta Hernández, con dos hermanas de ella, de nombres Melchora y Valdivia, conforman un conjunto, donde Melchora tocaba la guacharaca, y la otra hermana un tamborcito y se puede considerar hasta ahora, en el género femenino, el grupo pionero de ese formato tradicional de acordeón, caja y guacharaca”, dijo Julio Oñate Martínez.
Mamerta Hernández fue la autora de la canción ‘La coneja’ en la que narra la pérdida de una de sus vacas. El tema fue interpretado en acordeón por un músico del municipio de El Difícil.
No dejes de leer: Lo que debes saber sobre Evafe 2025: tendrá acordeoneras de Japón, México y Colombia
Julio Oñate Martínez destacó la participación de Fabriciana Meriño en el Festival de la Leyenda Vallenata en 1969, quien tocó en la plaza Alfonso López con un acordeón prestado por Ovidio Granados. La artista murió en un accidente de tránsito en 1971 y era esposa de Sergio Velásquez, hermano del músico Aníbal Velásquez.
Construir un discurso propio
Adolfo Sanjuanello, periodista y director del programa ‘Las Mujeres de mi Tierra’, invitó a las mujeres a construir un discurso propio para contar su historia, no solo en la música vallenata, sino en todos los aspectos de la vida, teniendo en cuenta elementos representativos de su identidad para marcar un factor diferenciador. Además, resaltó el trabajo del Encuentro Vallenato Femenino por impulsar y globalizar la figura de la mujer en el vallenato.
“Evafe se ha convertido en un constructor de la importante presencia de la muje2r en toda la gestión que se viene desarrollando, que incluye la globalización como mujeres de Japón y México llegan a Valledupar para ser parte del todo el auge de las mujeres acordeonistas, pero también de las compositoras y cantantes”, expresó.
El mejor momento de las mujeres en el vallenato
Finalmente, los ponentes Sandra Daza, Hernando Riaño, Adolfo Sanjuanello, Julieth Peraza y Julio Oñate coincidieron que actualmente se está viendo la mejor época de las mujeres en el vallenato, ya que antes era impensable que se subieran a un escenario a cantar y mucho menos, a tocar el acordeón o algún instrumento musical.
“Las mujeres tienen un espacio grande que se llama Evafe, que nos representa”, dijo Sandra Daza al recordar un episodio de su infancia cuando su papá no la dejaba cantar. Sin embargo, con el pasar de los años aprendió a tocar la guitarra y pudo dar a conocer su talento como cantautora.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.
