Este domingo 10 de agosto se realizaron las pruebas Saber 11 calendario A en ocho colegios oficiales, un privado y una universidad pública de Valledupar. Aunque se esperaba la participación de más de 5.400 estudiantes, algunos no pudieron presentar el examen.
Uno de ellos fue Isaac Matías Romero, alumno de grado 11° del Colegio Gimnasio del Norte, quien no presentó la prueba debido a una condición médica que le impide sentarse en cualquier tipo de silla. Por esta razón, tendrá que esperar hasta marzo de 2026 para volver a intentarlo.
Con una firme convicción que no se quiebra ante las adversidades, Isaac, de 17 años, se dirigió a la institución educativa CASD Simón Bolívar en compañía de su madre, Cristina Isabel de la Hoz, con la esperanza de presentar la prueba Saber 11, a pesar de que hacerlo le implicaría mucho dolor.
“Mi hijo trae una historia clínica con evolución desde el 2023. Hasta el momento no había sido impedimento, pero en los últimos 15 días se ha complicado porque en la región donde está ubicada le impide sentarse. Todas las actividades las hace de pie o arrodillado”, comentó de La Hoz.
Esta madre de familia, quien funge como psicóloga educativa, explicó al diario EL PILÓN que a su hijo le realizaron una cirugía porque presentaba un quiste pilonidal ubicado en la región interglútea: “Él adquirió una bacteria en el quirófano y eso le afectó la cicatrización y por eso si se sienta en una silla se le abre la intervención. Las clases las ve desde casa, acostado boca abajo”.
No hay excusas para los sueños
La prueba Saber 11 del Instituto Colombiano para la Evaluación de la Calidad de la Educación (Icfes) se divide en dos jornadas que constan de cuatro horas con treinta minutos, en las que los escolares deben resolver más de 100 preguntas en cinco áreas del conocimiento.
Esta jornada a pesar de tener un receso, es considerada por muchos como extenuante y agotadora. Incluso conociendo esto, Isaac no dudó un segundo en levantarse de la cama el domingo para ir a presentar la prueba, “un reto” que quiere asumir para sumarlo a sus logros, debido a que está convencido de que la perseverancia y la disciplina lo pueden todo.
“Quise venir porque si bien la prueba no me define, es algo importante y es un logro que desearía tener dentro de mis logros personales. También me ayudaría a reforzar mi conocimiento. Durante este año estuve preparándome para esta prueba y en marzo podré realizarla y obtener un puntaje entre 400 y 450 que es lo ideal para obtener una beca”, manifestó con efusividad De la Hoz.
Un joven resiliente
Este joven, que desea ingresar a la Universidad del Bosque o la Universidad del Rosario, sueña con estudiar Gastronomía y Negocios Internacionales porque es un apasionado de las Ciencias Sociales y la Filosofía. Con fortaleza en su voz, aseguró que algunas veces se ha sentido frustrado al no poder realizar actividades como sus amigos o algo que para muchos es “normal” como lo es sentarse en una silla.
“Lo que estoy viviendo es bastante frustrante. No poder acceder a cierto tipo de esferas de diversión, comunicación o, de pronto, el simple hecho de asistir a la institución educativa. Sin embargo, he manejado la resiliencia y me he puesto la meta personal de ser paciente en todo este proceso, porque es algo que se me sale de las manos y no se puede acelerar”, dijo Romero.
¿Qué dijo el Icfes?
De acuerdo Cristina Isabel de la Hoz, madre de Isaac, los funcionarios del Icfes le comentaron que por la condición de salud del joven este no podía presentar la prueba porque debe realizarse estando sentado en una silla debido a su extensión. De realizarse de pie sería agotador para el aplicante que tendría que someterse a nueve horas de jornada.
“Lo que nos comentaron es que la salud prima y obviamente una persona parada en una jornada tan extensa no va a rendir igual porque está pendiente del dolor, porque los medicamentos que tiene para el dolor también interfieren en el desempeño. Entonces nos dieron la posibilidad de que él se enfoque en su recuperación y que en diciembre se inscriba y la presente en marzo”, aseguró de la Hoz.
Esta profesional del área de la Psicología manifestó que ya sabía que su hijo no podía presentar la prueba, pero que lo trajo al colegio porque el joven Isaac le insistió en asistir y ella lo apoyó para que él conociera lo que acarreaba presentar la prueba. Con alegría aseguró que cree en las capacidades de su hijo y que está segura de que Dios lo ayudará para que tenga una pronta recuperación y con ello seguir persiguiendo sus sueños.
Por Namieh Baute Barrios











