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Cultura - 23 abril, 2019

‘Escribir es mi cuento’, estrategia docente para incentivar la escritura

Tanto el vallenato en los escritores de trayectoria, como aquellos profesores de colegio en los alumnos que recién plasman sus primeras letras, han influido en la renacida literatura cesarense.

Los libros de los estudiantes son expuestos y premiados a final de cada año. 

Foto: Cortesía.
Los libros de los estudiantes son expuestos y premiados a final de cada año. Foto: Cortesía.

Como docente de Lenguas en el colegio Alfonso López, la profesora Edelmeris Ruiz intuyó que la mejor forma de incentivar la escritura era ‘meterse en el cuento’ de los escritores. Un año demoran escribiendo, diseñando y organizando el libro que publican como trabajo final de la materia de Lenguas los estudiantes de sexto, séptimo y octavo grado de la institución.

Para escribir no necesitan mayor inspiración que la realidad, que los miedos, que las experiencias que vive cada uno de los estudiantes. Por eso el impacto ha sido doble: varios estudiantes han aprovechado la oportunidad para desahogar sus miedos en los cuentos o relatos que escriben.

PEQUEÑOS ESCRITORES, GRANDES HISTORIAS

“Escriben anécdotas… hay historias que tocan el corazón, historias impactantes, las necesidades, sus alegrías, es una forma de liberarse e imprimir sus sentimientos”, detalla la docente, que llevó su idea a la Universidad Popular del Cesar.

En el centro universitario la estrategia lleva el nombre ‘Mi primer libro’ y en la institución Alfonso López ‘Escribir es mi cuento’. “También es una forma de incentivar la lectura. Además, si el niño escribe fortalece su elocuencia, su crítica, la comprensión lectora, desarrolla el pensamiento crítico”, agregó la docente.

Sin necesidad de grandes editoriales, ellos imprimen portada, reseñas de las obras y hasta sinopsis en la contraportada. Y como profesora, asegura, se deleita leyendo cada una de las historias de sus estudiantes.

Este año empezaron en febrero desde que iniciaron clase. Durante estos meses irán revisando la ortografía, cartografía, diseño para que a fin de año, “parezca hecho por grandes escritores”, comentó la profesora.
En la Universidad Popular Edelmeris Ruiz es docente de ‘Técnicas de Comunicación y redacción’, materia presente en casi todas las carreras de pregrado del centro universitario. Con ‘Mi primer libro’, igual que en la institución secundaria, busca despertar en los alumnos el apego por la escritura.

“Cuando se le da el premio a los estudiantes se puede ver la satisfacción por lo que hicieron durante el semestre o el año”, agregó Ruiz.
El año pasado el ganador fue Néstor Cantillo del grado sexto. No es de muchas palabras cuando se le pide explicar su libro. Sin embargo logró narrar en ‘El mundo es blanco’ lo insignificante o nada que es y sería el mundo sin los cumpleaños y los amigos.

El más pequeño de los libros con anécdotas, historias y relatos personales tiene cincuenta hojas. Hay de todos los diseños y con todos los nombres. “Al final no hay diferencia entre los libros profesionales y los libros que hacemos con los estudiantes”, concluyó la profesora.

Sin duda, como señala la profesora, no hay mejor forma de incentivar el amor por algo como la literatura que inculcándola con la práctica desde los primeros años de la escuela.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com

Cultura
23 abril, 2019

‘Escribir es mi cuento’, estrategia docente para incentivar la escritura

Tanto el vallenato en los escritores de trayectoria, como aquellos profesores de colegio en los alumnos que recién plasman sus primeras letras, han influido en la renacida literatura cesarense.


Los libros de los estudiantes son expuestos y premiados a final de cada año. 

Foto: Cortesía.
Los libros de los estudiantes son expuestos y premiados a final de cada año. Foto: Cortesía.

Como docente de Lenguas en el colegio Alfonso López, la profesora Edelmeris Ruiz intuyó que la mejor forma de incentivar la escritura era ‘meterse en el cuento’ de los escritores. Un año demoran escribiendo, diseñando y organizando el libro que publican como trabajo final de la materia de Lenguas los estudiantes de sexto, séptimo y octavo grado de la institución.

Para escribir no necesitan mayor inspiración que la realidad, que los miedos, que las experiencias que vive cada uno de los estudiantes. Por eso el impacto ha sido doble: varios estudiantes han aprovechado la oportunidad para desahogar sus miedos en los cuentos o relatos que escriben.

PEQUEÑOS ESCRITORES, GRANDES HISTORIAS

“Escriben anécdotas… hay historias que tocan el corazón, historias impactantes, las necesidades, sus alegrías, es una forma de liberarse e imprimir sus sentimientos”, detalla la docente, que llevó su idea a la Universidad Popular del Cesar.

En el centro universitario la estrategia lleva el nombre ‘Mi primer libro’ y en la institución Alfonso López ‘Escribir es mi cuento’. “También es una forma de incentivar la lectura. Además, si el niño escribe fortalece su elocuencia, su crítica, la comprensión lectora, desarrolla el pensamiento crítico”, agregó la docente.

Sin necesidad de grandes editoriales, ellos imprimen portada, reseñas de las obras y hasta sinopsis en la contraportada. Y como profesora, asegura, se deleita leyendo cada una de las historias de sus estudiantes.

Este año empezaron en febrero desde que iniciaron clase. Durante estos meses irán revisando la ortografía, cartografía, diseño para que a fin de año, “parezca hecho por grandes escritores”, comentó la profesora.
En la Universidad Popular Edelmeris Ruiz es docente de ‘Técnicas de Comunicación y redacción’, materia presente en casi todas las carreras de pregrado del centro universitario. Con ‘Mi primer libro’, igual que en la institución secundaria, busca despertar en los alumnos el apego por la escritura.

“Cuando se le da el premio a los estudiantes se puede ver la satisfacción por lo que hicieron durante el semestre o el año”, agregó Ruiz.
El año pasado el ganador fue Néstor Cantillo del grado sexto. No es de muchas palabras cuando se le pide explicar su libro. Sin embargo logró narrar en ‘El mundo es blanco’ lo insignificante o nada que es y sería el mundo sin los cumpleaños y los amigos.

El más pequeño de los libros con anécdotas, historias y relatos personales tiene cincuenta hojas. Hay de todos los diseños y con todos los nombres. “Al final no hay diferencia entre los libros profesionales y los libros que hacemos con los estudiantes”, concluyó la profesora.

Sin duda, como señala la profesora, no hay mejor forma de incentivar el amor por algo como la literatura que inculcándola con la práctica desde los primeros años de la escuela.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
defancaro1392@gmail.com