Varios canes y felinos han aparecido muertos desde abril hasta la fecha.
Por: Freddy Oñate Acevedo/EL PILÓN
Un grupo de habitantes del complejo residencial Villa Ligia III, realizaron una denuncia pública en la que aseguran que, en el conjunto, alguien está envenenando las mascotas del lugar.
Hasta el momento, un total de cuatro perros y seis gatos, han aparecido muertos en las diferentes manzanas del lugar, lo que ha llamado la atención de varios residentes y que, además, ha levantado numerosas quejas; pues, quien atenta contra cualquier forma de vida, es considerado enfermo en cualquier parte del mundo.
Si bien el hombre, tiene derechos que deben ser respetados ante cualquier circunstancia, a los animales también los protege la ley.
Según el artículo primero de la Ley 84 del 27 de diciembre de 1989, “los animales tendrán en todo el territorio nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor, causados directa o indirectamente por el hombre”.
Al hablar con Angélica Arias Preciado, habitante del sector, contó la manera en que ella y su familia, empezaron a darse cuenta de que las mascotas de otros vecinos empezaron a aparecer muertas.
“Yo tengo dos perros raza beagle, cuando la hembra estaba en calor, un perrito callejero la velaba, llegaba a la casa, mi hija le echaba comida y agua. Un día, mi esposo iba a sacar el carro y debajo del auto estaba el animal muerto, lo peor del caso es que al lado derecho e izquierdo del cuerpo del perro, había vómito. Era claro que lo habían envenenado” comentó Arias.
El documento de la Ley 84, reza que el maltrato animal es causa de castigo por la ley, dependiendo de la gravedad del asunto. El agresor podría pagar entre 50.000 hasta 500.000 pesos; de igual manera, estaría en riesgo de pagar una condena de uno a seis meses de prisión.
Para Angélica Arias, las represalias que ha tomado la persona que envenena los animales son extremas y una persona en sus cinco sentidos sería incapaz de realizar un acto de esta magnitud, “puede que muchos de los animales que estén en el conjunto, hagan sus necesidades en los jardines de algunos vecinos, pero eso no justifica que se sacrifique un animal como venganza a esto”, recalcó.
Katy González, que también reside en Villa Ligia III, tenía dos perros raza pincher, una con la que llevaba siete años y un cachorro de cuatro meses. “El siete de abril yo estaba con mi prima en la casa, y la perrita salió a hacer sus necesidades. Cuando ya nos íbamos a acostar, ella empezó a rasgar la puerta y a quejarse. Cuando se le abrió la puerta, empezó a vomitar, empezamos a llamar al veterinario pero ya era tarde” aseguró la joven.
Sin embargo, ese no fue el único caso que vivió Katy. El 24 del mismo mes, ella salió a la universidad y recibió una llamada de la empleada doméstica que labora en su casa y le dijo que el cachorro de cuatro meses empezó a presentar los mismos síntomas que la primera mascota muerta. Cuando Katy llegó a su casa, ya el perro había muerto.
“Yo me quejé con los vigilantes del conjunto, le dije a la administradora, nadie me va a responder por la pérdida de mis mascotas, que eran parte de la familia. Incluso hace pocos días una vecina se me acercó y me dijo que su gato había aparecido muerto”, acotó González.
Los habitantes que se han visto afectados, han seguido el protocolo para que se tomen las medidas necesarias.
Varios canes y felinos han aparecido muertos desde abril hasta la fecha.
Por: Freddy Oñate Acevedo/EL PILÓN
Un grupo de habitantes del complejo residencial Villa Ligia III, realizaron una denuncia pública en la que aseguran que, en el conjunto, alguien está envenenando las mascotas del lugar.
Hasta el momento, un total de cuatro perros y seis gatos, han aparecido muertos en las diferentes manzanas del lugar, lo que ha llamado la atención de varios residentes y que, además, ha levantado numerosas quejas; pues, quien atenta contra cualquier forma de vida, es considerado enfermo en cualquier parte del mundo.
Si bien el hombre, tiene derechos que deben ser respetados ante cualquier circunstancia, a los animales también los protege la ley.
Según el artículo primero de la Ley 84 del 27 de diciembre de 1989, “los animales tendrán en todo el territorio nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor, causados directa o indirectamente por el hombre”.
Al hablar con Angélica Arias Preciado, habitante del sector, contó la manera en que ella y su familia, empezaron a darse cuenta de que las mascotas de otros vecinos empezaron a aparecer muertas.
“Yo tengo dos perros raza beagle, cuando la hembra estaba en calor, un perrito callejero la velaba, llegaba a la casa, mi hija le echaba comida y agua. Un día, mi esposo iba a sacar el carro y debajo del auto estaba el animal muerto, lo peor del caso es que al lado derecho e izquierdo del cuerpo del perro, había vómito. Era claro que lo habían envenenado” comentó Arias.
El documento de la Ley 84, reza que el maltrato animal es causa de castigo por la ley, dependiendo de la gravedad del asunto. El agresor podría pagar entre 50.000 hasta 500.000 pesos; de igual manera, estaría en riesgo de pagar una condena de uno a seis meses de prisión.
Para Angélica Arias, las represalias que ha tomado la persona que envenena los animales son extremas y una persona en sus cinco sentidos sería incapaz de realizar un acto de esta magnitud, “puede que muchos de los animales que estén en el conjunto, hagan sus necesidades en los jardines de algunos vecinos, pero eso no justifica que se sacrifique un animal como venganza a esto”, recalcó.
Katy González, que también reside en Villa Ligia III, tenía dos perros raza pincher, una con la que llevaba siete años y un cachorro de cuatro meses. “El siete de abril yo estaba con mi prima en la casa, y la perrita salió a hacer sus necesidades. Cuando ya nos íbamos a acostar, ella empezó a rasgar la puerta y a quejarse. Cuando se le abrió la puerta, empezó a vomitar, empezamos a llamar al veterinario pero ya era tarde” aseguró la joven.
Sin embargo, ese no fue el único caso que vivió Katy. El 24 del mismo mes, ella salió a la universidad y recibió una llamada de la empleada doméstica que labora en su casa y le dijo que el cachorro de cuatro meses empezó a presentar los mismos síntomas que la primera mascota muerta. Cuando Katy llegó a su casa, ya el perro había muerto.
“Yo me quejé con los vigilantes del conjunto, le dije a la administradora, nadie me va a responder por la pérdida de mis mascotas, que eran parte de la familia. Incluso hace pocos días una vecina se me acercó y me dijo que su gato había aparecido muerto”, acotó González.
Los habitantes que se han visto afectados, han seguido el protocolo para que se tomen las medidas necesarias.