Los futbolistas de Inglaterra y Túnez tuvieron que enfrentarte entre ellos y contra enjambres de mosquitos el lunes durante su primer partido en la Copa del Mundo en la ciudad rusa de Volgogrado.
Los futbolistas de Inglaterra y Túnez tuvieron que enfrentarte entre ellos y contra enjambres de mosquitos el lunes durante su primer partido en la Copa del Mundo en la ciudad rusa de Volgogrado.
El área alrededor de la antigua Stalingrado es conocida por sus pantanos y ríos, un caldo de cultivo perfecto para los insectos durante el caluroso y seco verano en el sur de Rusia. Los medios rusos dijeron que en los meses previos al partido las autoridades usaron aviones para rociar el área alrededor del estadio, que está junto al enorme río Volga, con una sustancia especial diseñada para matarlos, pero el esfuerzo fue solo parcialmente exitoso.
Las autoridades también intentaron regular el flujo de agua en una represa hidroeléctrica cercana, que los locales creen que tiene un efecto directo sobre la cantidad de insectos.
Varios jugadores fueron rociados por el personal justo antes del saque inicial, pero tampoco pareció ser suficiente. El inglés Raheem Sterling pareció particularmente molesto por los pequeños mosquitos que le rodeaban la cara antes del comienzo de la segunda mitad.
El tunecino Ferjani Sassi también fue molestado por ellos antes de ejecutar un penal, pero aún así logró anotar cuando el equipo africano logró el empate parcial ante Inglaterra, que finalmente se quedó con una agónica victoria 2-1.
https://twitter.com/enunabaldosa/status/1008780051226202112/photo/1
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Los futbolistas de Inglaterra y Túnez tuvieron que enfrentarte entre ellos y contra enjambres de mosquitos el lunes durante su primer partido en la Copa del Mundo en la ciudad rusa de Volgogrado.
Los futbolistas de Inglaterra y Túnez tuvieron que enfrentarte entre ellos y contra enjambres de mosquitos el lunes durante su primer partido en la Copa del Mundo en la ciudad rusa de Volgogrado.
El área alrededor de la antigua Stalingrado es conocida por sus pantanos y ríos, un caldo de cultivo perfecto para los insectos durante el caluroso y seco verano en el sur de Rusia. Los medios rusos dijeron que en los meses previos al partido las autoridades usaron aviones para rociar el área alrededor del estadio, que está junto al enorme río Volga, con una sustancia especial diseñada para matarlos, pero el esfuerzo fue solo parcialmente exitoso.
Las autoridades también intentaron regular el flujo de agua en una represa hidroeléctrica cercana, que los locales creen que tiene un efecto directo sobre la cantidad de insectos.
Varios jugadores fueron rociados por el personal justo antes del saque inicial, pero tampoco pareció ser suficiente. El inglés Raheem Sterling pareció particularmente molesto por los pequeños mosquitos que le rodeaban la cara antes del comienzo de la segunda mitad.
El tunecino Ferjani Sassi también fue molestado por ellos antes de ejecutar un penal, pero aún así logró anotar cuando el equipo africano logró el empate parcial ante Inglaterra, que finalmente se quedó con una agónica victoria 2-1.
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