Habitantes de la urbanización Lorenzo Morales, ubicada al sur de Valledupar, piden apoyo del Estado para superar conflictos internos como la drogadicción, microtráfico, hurtos y desempleo.
En el último extremo del sur de Valledupar está ubicada la urbanización Lorenzo Morales. Para llegar a este sitio la ruta más accesible es a través de la calle 44 con carrera 27, al final de esta vía está ubicada la etapa I con 520 apartamentos y la etapa II con 560, para un total de 1.080 viviendas de 54 metros cuadrados cada una.
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Estas viviendas fueron construidas por el Ministerio de Vivienda sobre un lote público aportado por la Alcaldía de Valledupar. El objetivo fue darles solución habitacional a las familias que residían en alto riesgo en la margen derecha del río Guatapurí. En julio de 2014 llegaron los primeros habitantes luego de un sorteo realizado en abril de ese mismo año para escoger a los beneficiados.
Actualmente, seis años después en la etapa I habitan 2.500 personas, donde cada familia está conformada por no menos de cinco integrantes. Lisbeth María Hoyos Martínez, es la administradora de esta etapa, donde están organizados bajo la Ley 675 de Propiedad Horizontal; esto les ha permitido tener vigilancia comunitaria y circuito de cámaras de seguridad a través de la recaudación de fondos con la cuota mensual que cancela cada apartamento que es de $20.000.
“Gracias a Dios estamos acá en Lorenzo Morales, con problemas como en todos lados, pero nosotros mismos hemos ido superando muchos problemas principalmente la convivencia entre vecinos. Actualmente la comunidad está entrando en razón; a través del consejo estamos ayudando a que resuelvan sus problemas mediante la conciliación porque muchas veces lo hacían con machete y piedras”, resaltó Hoyos Martínez.
Añadió que una de las grandes circunstancias con las que han luchado es con el estigma que les tienen en la ciudad, donde los ven como lo peor. “Si abordábamos un taxi con solo decir la palabra ‘Lorenzo’, se iban y no nos traían, pero esto ha cambiado con la vía pavimentada. No desconocemos que por un tiempo se presentaban actos delictivos en la vía como cobro de extorsión, pero eso ya se superó”, subrayó.
Igualmente manifestó que una de las grandes problemáticas que están enfrentando es el alto índice de desocupación de las personas. “Hay mucha necesidad laboral; aquí la gran mayoría de la población se rebusca del día a día con labores como mototaxi y trabajo informal, tomando en cuenta que tienen un nivel académico bajo. Esto hace que los jóvenes pasen sin una ocupación, algo en que invertir su tiempo y eso los lleva a desviar su camino”, refirió Hoyos Martínez.
En Lorenzo Morales cuentan con dos salones comunales que únicamente están siendo utilizados para el comedor de los adultos mayores, puesto que debido a la pandemia las actividades extras que realizaban fueron suspendidas. Sin embargo, algunas se han ido retomando.
A un lado de la urbanización está el megacolegio y el Centro de Desarrollo Infantil, donde estudian la mayoría de los niños que ahí habitan. En la parte posterior de las torres hay un lote que adecuaron para cancha de fútbol que actualmente está enmontado y sin iluminación por tanto no lo están utilizando.
“Acá tenemos todos los servicios públicos e internet a bajo costo, esto nos ha permitido hacer todo más llevadero”, resaltó Lisbet María Hoyos Martínez.
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En las diferentes torres de apartamentos se puede apreciar cómo los habitantes han realizado emprendimientos para tener una manera de captar ingresos, como peluquerías, tiendas de víveres, variedades, carnicerías, entre otros. Pero también están ubicadas dos ventas de apuestas ilegales, que pese a las continuas denuncias que han realizado algunos habitantes las autoridades no han actuado al respecto.
“Cuando hemos llamado a la Policía por algún otro inconveniente se han dado cuenta de esas máquinas de apuestas ilegales, pero no hacen nada por llevárselas. Aquí las personas diariamente apuestan y muchas veces se ha generado conflicto en torno a ello”, aseveró un habitante que pidió no revelar su nombre.
Los habitantes de este complejo habitacional dicen estar conscientes de la problemática social que tienen, al referirse a los hurtos, drogadicción y venta de estupefacientes. “Decir que no hay estos problemas sería mentir, pero tampoco nos atrevemos a denunciar porque las consecuencias no serían buenas, respecto a eso aquí hay temor y lo mejor es callar”, dijo un residente.
Fabio Martínez Flórez es el presidente del Consejo de Administración, quien manifestó que las políticas de gobierno mediante los entes territoriales ‘brillan por su ausencia’.
“Aquí no muestran apoyo a los jóvenes para ayudarlos a salir de la drogadicción, la falta de trabajo los lleva al vandalismo. Cuando se inició este proyecto el Ministerio de Vivienda nos apoyó a través de una corporación con planes sociales y luego prometieron universidades, pero todo quedó en papeles porque no volvieron más”, refirió el líder comunal.
Añadió que el gobierno municipal y departamental les presta una ayuda ‘caótica’ y la Policía llega únicamente cuando hay un conflicto, pero no de manera preventiva.
“Aquí se necesitan programas sociales a largo plazo para combatir la drogadicción que es una gran problemática”, puntualizó Martínez Flórez.
En este lugar son muchos los jóvenes que tienen sueños y metas, quienes desean tener apoyo de las autoridades locales y departamentales. La escasez de recursos es una de sus grandes limitantes.
Jhonky Fuentes Gutiérrez es un apasionado por el baile, talento que ha aprovechado para enseñar a niños y jóvenes en bailes urbanos y folclóricos; a los adultos les imparte clases de rumba terapia y aeróbicos.
Desde hace varios años creó la escuela de baile Arte, Familia y Amor al Baile, en la que niños, niñas y jóvenes desde los 7 años en adelante están aprendiendo esta disciplina. Para las clases se reúnen en uno de los salones comunales dos veces por semana.
“Aquí hay mucho talento y nivel en niños entre 7 y 10 años. Esto los ayuda a tener la mente ocupada y que se sientan comprometidos con los ensayos, para que no cojan para otros lados. Sin embargo, nuestra limitante muchas veces es que no tenemos apoyo de nadie y como estamos en este sector tenemos poca visibilidad; por autogestión hemos conseguido los uniformes y los gastos que podamos tener”, dijo Jhonky.
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Otra de los jóvenes de esta populosa urbanización es Simón Zuleta Castillo, conocido como ‘SimonRap’. Está recién graduado de bachiller y espera tener la oportunidad de ingresar a una universidad, mientras se dedica a componer canciones del género rap, del cual es un apasionado.
“El rap me gusta porque es un movimiento que uno ejerce y muestra mi desempeño en la sociedad; me inspiro en lo que veo y siento para componer las canciones. Actualmente estoy con el objetivo de mostrar lo bueno y positivo que tiene Lorenzo Morales porque se debe saber que no todo es delincuencia y droga. Como en cualquier sociedad existen esos declives, pero aquí hay jóvenes talentosos y personas que quieren salir adelante, jóvenes y adultos emprendedores y eso es lo que hay que ver”, indicó SimonRap.
La Oficina de Gestión Social de Valledupar, indicó que en este sector de la ciudad han hecho diferentes jornadas de prevención.
“Inicialmente se abarcó esta temática a través de la virtualidad, a través de las redes sociales institucionales, Salas de Meet, teniendo una asistencia de más de 200 jóvenes, y además fue uno de los temas centrales que se abarcó en la Semana de la Juventud que se celebró en agosto y durante este mes se realizaron actividades“, refirió la sectorial.
De esta misma manera indicaron que han realizado grupos de encuentros pedagógicos, enfocado 10 0% para la población con problemas de drogadicción.
“Hemos sensibilizado en temas preventivos frente al consumo de sustancias psicoactivas, embarazos en adolescentes y promocionamos la educación, la salud, hábitos de estilo de vida saludable, entre otras temáticas. Estas acciones se han hecho de manera conjunta con la Secretaría de Salud y Secretaría de Gobierno Municipal“, aseveró la Oficina de Gestión Social de Valledupar.
POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.
Habitantes de la urbanización Lorenzo Morales, ubicada al sur de Valledupar, piden apoyo del Estado para superar conflictos internos como la drogadicción, microtráfico, hurtos y desempleo.
En el último extremo del sur de Valledupar está ubicada la urbanización Lorenzo Morales. Para llegar a este sitio la ruta más accesible es a través de la calle 44 con carrera 27, al final de esta vía está ubicada la etapa I con 520 apartamentos y la etapa II con 560, para un total de 1.080 viviendas de 54 metros cuadrados cada una.
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Estas viviendas fueron construidas por el Ministerio de Vivienda sobre un lote público aportado por la Alcaldía de Valledupar. El objetivo fue darles solución habitacional a las familias que residían en alto riesgo en la margen derecha del río Guatapurí. En julio de 2014 llegaron los primeros habitantes luego de un sorteo realizado en abril de ese mismo año para escoger a los beneficiados.
Actualmente, seis años después en la etapa I habitan 2.500 personas, donde cada familia está conformada por no menos de cinco integrantes. Lisbeth María Hoyos Martínez, es la administradora de esta etapa, donde están organizados bajo la Ley 675 de Propiedad Horizontal; esto les ha permitido tener vigilancia comunitaria y circuito de cámaras de seguridad a través de la recaudación de fondos con la cuota mensual que cancela cada apartamento que es de $20.000.
“Gracias a Dios estamos acá en Lorenzo Morales, con problemas como en todos lados, pero nosotros mismos hemos ido superando muchos problemas principalmente la convivencia entre vecinos. Actualmente la comunidad está entrando en razón; a través del consejo estamos ayudando a que resuelvan sus problemas mediante la conciliación porque muchas veces lo hacían con machete y piedras”, resaltó Hoyos Martínez.
Añadió que una de las grandes circunstancias con las que han luchado es con el estigma que les tienen en la ciudad, donde los ven como lo peor. “Si abordábamos un taxi con solo decir la palabra ‘Lorenzo’, se iban y no nos traían, pero esto ha cambiado con la vía pavimentada. No desconocemos que por un tiempo se presentaban actos delictivos en la vía como cobro de extorsión, pero eso ya se superó”, subrayó.
Igualmente manifestó que una de las grandes problemáticas que están enfrentando es el alto índice de desocupación de las personas. “Hay mucha necesidad laboral; aquí la gran mayoría de la población se rebusca del día a día con labores como mototaxi y trabajo informal, tomando en cuenta que tienen un nivel académico bajo. Esto hace que los jóvenes pasen sin una ocupación, algo en que invertir su tiempo y eso los lleva a desviar su camino”, refirió Hoyos Martínez.
En Lorenzo Morales cuentan con dos salones comunales que únicamente están siendo utilizados para el comedor de los adultos mayores, puesto que debido a la pandemia las actividades extras que realizaban fueron suspendidas. Sin embargo, algunas se han ido retomando.
A un lado de la urbanización está el megacolegio y el Centro de Desarrollo Infantil, donde estudian la mayoría de los niños que ahí habitan. En la parte posterior de las torres hay un lote que adecuaron para cancha de fútbol que actualmente está enmontado y sin iluminación por tanto no lo están utilizando.
“Acá tenemos todos los servicios públicos e internet a bajo costo, esto nos ha permitido hacer todo más llevadero”, resaltó Lisbet María Hoyos Martínez.
No dejes de leer: Diseñarán estrategia de seguridad para ‘entibiar’ a Nando Marín
En las diferentes torres de apartamentos se puede apreciar cómo los habitantes han realizado emprendimientos para tener una manera de captar ingresos, como peluquerías, tiendas de víveres, variedades, carnicerías, entre otros. Pero también están ubicadas dos ventas de apuestas ilegales, que pese a las continuas denuncias que han realizado algunos habitantes las autoridades no han actuado al respecto.
“Cuando hemos llamado a la Policía por algún otro inconveniente se han dado cuenta de esas máquinas de apuestas ilegales, pero no hacen nada por llevárselas. Aquí las personas diariamente apuestan y muchas veces se ha generado conflicto en torno a ello”, aseveró un habitante que pidió no revelar su nombre.
Los habitantes de este complejo habitacional dicen estar conscientes de la problemática social que tienen, al referirse a los hurtos, drogadicción y venta de estupefacientes. “Decir que no hay estos problemas sería mentir, pero tampoco nos atrevemos a denunciar porque las consecuencias no serían buenas, respecto a eso aquí hay temor y lo mejor es callar”, dijo un residente.
Fabio Martínez Flórez es el presidente del Consejo de Administración, quien manifestó que las políticas de gobierno mediante los entes territoriales ‘brillan por su ausencia’.
“Aquí no muestran apoyo a los jóvenes para ayudarlos a salir de la drogadicción, la falta de trabajo los lleva al vandalismo. Cuando se inició este proyecto el Ministerio de Vivienda nos apoyó a través de una corporación con planes sociales y luego prometieron universidades, pero todo quedó en papeles porque no volvieron más”, refirió el líder comunal.
Añadió que el gobierno municipal y departamental les presta una ayuda ‘caótica’ y la Policía llega únicamente cuando hay un conflicto, pero no de manera preventiva.
“Aquí se necesitan programas sociales a largo plazo para combatir la drogadicción que es una gran problemática”, puntualizó Martínez Flórez.
En este lugar son muchos los jóvenes que tienen sueños y metas, quienes desean tener apoyo de las autoridades locales y departamentales. La escasez de recursos es una de sus grandes limitantes.
Jhonky Fuentes Gutiérrez es un apasionado por el baile, talento que ha aprovechado para enseñar a niños y jóvenes en bailes urbanos y folclóricos; a los adultos les imparte clases de rumba terapia y aeróbicos.
Desde hace varios años creó la escuela de baile Arte, Familia y Amor al Baile, en la que niños, niñas y jóvenes desde los 7 años en adelante están aprendiendo esta disciplina. Para las clases se reúnen en uno de los salones comunales dos veces por semana.
“Aquí hay mucho talento y nivel en niños entre 7 y 10 años. Esto los ayuda a tener la mente ocupada y que se sientan comprometidos con los ensayos, para que no cojan para otros lados. Sin embargo, nuestra limitante muchas veces es que no tenemos apoyo de nadie y como estamos en este sector tenemos poca visibilidad; por autogestión hemos conseguido los uniformes y los gastos que podamos tener”, dijo Jhonky.
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Otra de los jóvenes de esta populosa urbanización es Simón Zuleta Castillo, conocido como ‘SimonRap’. Está recién graduado de bachiller y espera tener la oportunidad de ingresar a una universidad, mientras se dedica a componer canciones del género rap, del cual es un apasionado.
“El rap me gusta porque es un movimiento que uno ejerce y muestra mi desempeño en la sociedad; me inspiro en lo que veo y siento para componer las canciones. Actualmente estoy con el objetivo de mostrar lo bueno y positivo que tiene Lorenzo Morales porque se debe saber que no todo es delincuencia y droga. Como en cualquier sociedad existen esos declives, pero aquí hay jóvenes talentosos y personas que quieren salir adelante, jóvenes y adultos emprendedores y eso es lo que hay que ver”, indicó SimonRap.
La Oficina de Gestión Social de Valledupar, indicó que en este sector de la ciudad han hecho diferentes jornadas de prevención.
“Inicialmente se abarcó esta temática a través de la virtualidad, a través de las redes sociales institucionales, Salas de Meet, teniendo una asistencia de más de 200 jóvenes, y además fue uno de los temas centrales que se abarcó en la Semana de la Juventud que se celebró en agosto y durante este mes se realizaron actividades“, refirió la sectorial.
De esta misma manera indicaron que han realizado grupos de encuentros pedagógicos, enfocado 10 0% para la población con problemas de drogadicción.
“Hemos sensibilizado en temas preventivos frente al consumo de sustancias psicoactivas, embarazos en adolescentes y promocionamos la educación, la salud, hábitos de estilo de vida saludable, entre otras temáticas. Estas acciones se han hecho de manera conjunta con la Secretaría de Salud y Secretaría de Gobierno Municipal“, aseveró la Oficina de Gestión Social de Valledupar.
POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.