“Es una misericordia de Dios que nosotros estemos vivos”, afectada.
A casi una semana de las inundaciones que se registraron en el corregimiento de Aguas Blancas y en el que más de cien familias resultaron damnificadas, los habitantes de esa localidad exigen la intervención de la administración municipal ante las diferentes problemáticas que afrontan por la construcción de la nueva vía de la Ruta del Sol que comprende el tramo entre Bosconia y Valledupar.
Tal es el caso de la señora Dubis Arias, quien manifestó sentir mucho temor de morir arrastrada por las fuertes aguas que inundaron su vivienda. Según recuerda, alcanzaron hasta un metro de altura, llevando a su paso los enseres de cocina, animales de cría, colchones, entre otros, pero lo que más la perturbaba era observar cómo se derrumbaban las paredes de su casa construida con bahareque.
“Es una misericordia de Dios que nosotros estemos vivos, que no hubo pérdidas humanas, pero en el momento en el que a mí me llegó esa agua a la cintura me desesperé, tenía una niña conmigo y a una nieta que no se podía mover porque tenía un pie maduro, hasta que vino mi yerno y nos sacó de aquí”, narró esta adulta mayor, quien además aseguró que después de sentirse a salvo, la atormentaba el hecho de pensar que podría quedar sin un techo para pasar sus últimos años de vida.
La abuela Dubis, como llaman de cariño a esta humilde adulta mayor, manifestó que sintió mucha impotencia al no tener fuerza en sus piernas que le permitiera sostenerse y así recuperar sus ‘chócoros’ que les costó tanto esfuerzo conseguirlos, por lo que se limitó a contemplar cómo eran arrastrados por la corriente. “Hemos vivido una tragedia grande, mucha desesperación, hoy ha sido un día que desde que me levanté he estado con la presión alta y yo nunca había sufrido de la presión”, concluyó.
Caso parecido enfrenta la familia de Nilson Villa Camacho, quien relató que de no ser por la ayuda de sus vecinos posiblemente hubiese perdido a sus hijos ya que al momento de la inundación se encontraba laborando en una finca cercana y quedó atrapado en medio de la creciente, por lo que fueron estos quienes socorrieron a la familia del campesino luego de que las turbulentas aguas derrumbaran las paredes de la vivienda.
Villa Camacho asegura que lo perdieron todo y que en estos momentos no tienen donde vivir, que solo cuentan con una colchoneta que le donaron de la alcaldía de Valledupar y que duermen en una de las casas de los moradores de este corregimiento, quienes de manera solidaria le dieron albergue a él, a su esposa y a sus cuatros hijos.
El rector de la institución educativa de Aguas Blancas, Josué Libardo Sarmiento Lozano, afirmó que, aunque las infraestructuras del claustro académico no se vieron afectadas por las inundaciones, la concurrencia de los estudiantes ha disminuido debido a que muchos de ellos perdieron sus uniformes y útiles escolares.
“Muchas mamás nos comunicaron que los niños no podían ir a clases porque no tenían cuadernos, porque además de no tener uniformes tampoco tenían ropa, gente que lo perdió absolutamente todo, ellos quedaron sin nada” y que aunque no se tiene un dato exacto de la cantidad de alumnos afectados si se ha notado la ausencia de un grupo mayoritario”, precisó el docente.
Lorenzo Mendoza, referente en manejo de desastres de la oficina de gestión del riesgo de Valledupar, informó que el riesgo se elevó debido a los trabajos que se vienen realizando en esta zona y al aumento del caudal del río por el efecto de las lluvias por lo que durante el fin de semana se realizó una mesa de trabajo en la zona con la administración municipal, la interventoría de la obra, la Agencia Nacional de Infraestructura y representantes de la empresa Yuma, en el que se establecieron unos compromisos consistentes en que durante el transcurso de la semana se realizarán los procesos de circulación del agua para que mientras continúe la ola invernal no se presenten nuevamente las inundaciones.
El funcionario enfatizó que se han estado entregando ayudas humanitarias de emergencia, ya lo hicieron con cien colchones y en el transcurso de la semana lo harán con las demás familias que necesiten de este tipo de donaciones.
El concejal Omar Ditta, quien estuvo en el corregimiento, señaló que desde el Concejo de Valledupar lo que buscan es plantear ‘soluciones efectivas que le den la cara a la gente’ porque merecen que el estado les responda, por tal motivo van a proponer un debate de control político que ponga a la comunidad en el centro de la atención y que además procure que la gestión de los diferentes actores públicos que estén involucrado le den la cara a la gente y solucionen los problemas.
El concejal le hace un llamado al pueblo vallenato a ser solidarios con los habitantes del corregimiento de Aguas Blancas, ya que puede evidenciar que la situación amerita la unión de los pueblos “es triste ver hogares casi que destruidos, sin donde dormir y los niños que además no pueden ir a los colegios porque no tienen los medios para hacerlo”, concluyó.
JAIR PIMIENTA/EL PILÓN
“Es una misericordia de Dios que nosotros estemos vivos”, afectada.
A casi una semana de las inundaciones que se registraron en el corregimiento de Aguas Blancas y en el que más de cien familias resultaron damnificadas, los habitantes de esa localidad exigen la intervención de la administración municipal ante las diferentes problemáticas que afrontan por la construcción de la nueva vía de la Ruta del Sol que comprende el tramo entre Bosconia y Valledupar.
Tal es el caso de la señora Dubis Arias, quien manifestó sentir mucho temor de morir arrastrada por las fuertes aguas que inundaron su vivienda. Según recuerda, alcanzaron hasta un metro de altura, llevando a su paso los enseres de cocina, animales de cría, colchones, entre otros, pero lo que más la perturbaba era observar cómo se derrumbaban las paredes de su casa construida con bahareque.
“Es una misericordia de Dios que nosotros estemos vivos, que no hubo pérdidas humanas, pero en el momento en el que a mí me llegó esa agua a la cintura me desesperé, tenía una niña conmigo y a una nieta que no se podía mover porque tenía un pie maduro, hasta que vino mi yerno y nos sacó de aquí”, narró esta adulta mayor, quien además aseguró que después de sentirse a salvo, la atormentaba el hecho de pensar que podría quedar sin un techo para pasar sus últimos años de vida.
La abuela Dubis, como llaman de cariño a esta humilde adulta mayor, manifestó que sintió mucha impotencia al no tener fuerza en sus piernas que le permitiera sostenerse y así recuperar sus ‘chócoros’ que les costó tanto esfuerzo conseguirlos, por lo que se limitó a contemplar cómo eran arrastrados por la corriente. “Hemos vivido una tragedia grande, mucha desesperación, hoy ha sido un día que desde que me levanté he estado con la presión alta y yo nunca había sufrido de la presión”, concluyó.
Caso parecido enfrenta la familia de Nilson Villa Camacho, quien relató que de no ser por la ayuda de sus vecinos posiblemente hubiese perdido a sus hijos ya que al momento de la inundación se encontraba laborando en una finca cercana y quedó atrapado en medio de la creciente, por lo que fueron estos quienes socorrieron a la familia del campesino luego de que las turbulentas aguas derrumbaran las paredes de la vivienda.
Villa Camacho asegura que lo perdieron todo y que en estos momentos no tienen donde vivir, que solo cuentan con una colchoneta que le donaron de la alcaldía de Valledupar y que duermen en una de las casas de los moradores de este corregimiento, quienes de manera solidaria le dieron albergue a él, a su esposa y a sus cuatros hijos.
El rector de la institución educativa de Aguas Blancas, Josué Libardo Sarmiento Lozano, afirmó que, aunque las infraestructuras del claustro académico no se vieron afectadas por las inundaciones, la concurrencia de los estudiantes ha disminuido debido a que muchos de ellos perdieron sus uniformes y útiles escolares.
“Muchas mamás nos comunicaron que los niños no podían ir a clases porque no tenían cuadernos, porque además de no tener uniformes tampoco tenían ropa, gente que lo perdió absolutamente todo, ellos quedaron sin nada” y que aunque no se tiene un dato exacto de la cantidad de alumnos afectados si se ha notado la ausencia de un grupo mayoritario”, precisó el docente.
Lorenzo Mendoza, referente en manejo de desastres de la oficina de gestión del riesgo de Valledupar, informó que el riesgo se elevó debido a los trabajos que se vienen realizando en esta zona y al aumento del caudal del río por el efecto de las lluvias por lo que durante el fin de semana se realizó una mesa de trabajo en la zona con la administración municipal, la interventoría de la obra, la Agencia Nacional de Infraestructura y representantes de la empresa Yuma, en el que se establecieron unos compromisos consistentes en que durante el transcurso de la semana se realizarán los procesos de circulación del agua para que mientras continúe la ola invernal no se presenten nuevamente las inundaciones.
El funcionario enfatizó que se han estado entregando ayudas humanitarias de emergencia, ya lo hicieron con cien colchones y en el transcurso de la semana lo harán con las demás familias que necesiten de este tipo de donaciones.
El concejal Omar Ditta, quien estuvo en el corregimiento, señaló que desde el Concejo de Valledupar lo que buscan es plantear ‘soluciones efectivas que le den la cara a la gente’ porque merecen que el estado les responda, por tal motivo van a proponer un debate de control político que ponga a la comunidad en el centro de la atención y que además procure que la gestión de los diferentes actores públicos que estén involucrado le den la cara a la gente y solucionen los problemas.
El concejal le hace un llamado al pueblo vallenato a ser solidarios con los habitantes del corregimiento de Aguas Blancas, ya que puede evidenciar que la situación amerita la unión de los pueblos “es triste ver hogares casi que destruidos, sin donde dormir y los niños que además no pueden ir a los colegios porque no tienen los medios para hacerlo”, concluyó.
JAIR PIMIENTA/EL PILÓN