Según lo establecido por las autoridades, todo parece indicar que a algunos delincuentes en Aguachica ya no les llama la atención el robo de celulares de alta gama, y ahora se dedican a robar cabello para negociarlo en el vecino país. En motocicletas de alto cilindraje, ya no con revólveres, ni pistolas, ni cuchillos, sino […]
Según lo establecido por las autoridades, todo parece indicar que a algunos delincuentes en Aguachica ya no les llama la atención el robo de celulares de alta gama, y ahora se dedican a robar cabello para negociarlo en el vecino país.
En motocicletas de alto cilindraje, ya no con revólveres, ni pistolas, ni cuchillos, sino con tijeras de podar plantas, lo delincuentes cortan el cabello a las mujeres, tras ser reducidas a la impotencia, cuando los semáforos están en rojo.
Son varios los casos de robo de cabello que se han presentado en la cabecera municipal de Aguachica y según las autoridades el pelo está siendo comercializado en Venezuela por un valor de 500 dólares, que al cambio de pesos colombianos, está alrededor de cerca de un millón de pesos.
Este sábado, hubo un intento de atraco a una mujer que se movilizaba en una motocicleta en el semáforo de la calle quinta con carrera 20, donde los traficantes de pelo, no lograron su objetivo, por cuanto la posible víctima reaccionó de manera oportuna y alertó a los conductores que se encontraban esperando que cambiara el semáforo de rojo a verde, impidiendo que le cortaran el pelo a la fuerza.
Pese a que los ladrones de cabello fueron perseguidos por conductores de vehículos y mototaxistas, lograron evadir el cerco que le tendieron; no obstante, algunas mujeres que tienen el pelo largo, se abstienen de salir a la calle, o se lo recogen, al tiempo que viven en estado de zozobra por el peligro en que se encuentran ante la nueva modalidad delictiva.
La comunidad de Aguachica hizo un llamado a la Policía para que diseñe y ponga en marcha planes especiales en la localidad, para capturar a las bandas dedicadas al tráfico de cabello hacia el vecino país, donde es apetecido y bien pago por los propietarios de los salones de belleza.
Por Abdel Martínez Pérez
Según lo establecido por las autoridades, todo parece indicar que a algunos delincuentes en Aguachica ya no les llama la atención el robo de celulares de alta gama, y ahora se dedican a robar cabello para negociarlo en el vecino país. En motocicletas de alto cilindraje, ya no con revólveres, ni pistolas, ni cuchillos, sino […]
Según lo establecido por las autoridades, todo parece indicar que a algunos delincuentes en Aguachica ya no les llama la atención el robo de celulares de alta gama, y ahora se dedican a robar cabello para negociarlo en el vecino país.
En motocicletas de alto cilindraje, ya no con revólveres, ni pistolas, ni cuchillos, sino con tijeras de podar plantas, lo delincuentes cortan el cabello a las mujeres, tras ser reducidas a la impotencia, cuando los semáforos están en rojo.
Son varios los casos de robo de cabello que se han presentado en la cabecera municipal de Aguachica y según las autoridades el pelo está siendo comercializado en Venezuela por un valor de 500 dólares, que al cambio de pesos colombianos, está alrededor de cerca de un millón de pesos.
Este sábado, hubo un intento de atraco a una mujer que se movilizaba en una motocicleta en el semáforo de la calle quinta con carrera 20, donde los traficantes de pelo, no lograron su objetivo, por cuanto la posible víctima reaccionó de manera oportuna y alertó a los conductores que se encontraban esperando que cambiara el semáforo de rojo a verde, impidiendo que le cortaran el pelo a la fuerza.
Pese a que los ladrones de cabello fueron perseguidos por conductores de vehículos y mototaxistas, lograron evadir el cerco que le tendieron; no obstante, algunas mujeres que tienen el pelo largo, se abstienen de salir a la calle, o se lo recogen, al tiempo que viven en estado de zozobra por el peligro en que se encuentran ante la nueva modalidad delictiva.
La comunidad de Aguachica hizo un llamado a la Policía para que diseñe y ponga en marcha planes especiales en la localidad, para capturar a las bandas dedicadas al tráfico de cabello hacia el vecino país, donde es apetecido y bien pago por los propietarios de los salones de belleza.
Por Abdel Martínez Pérez