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En Aguachica crece la prostitución mezclada con droga y alcohol

Gran parte de los habitantes de Aguachica, saben en qué lugar existe un prostíbulo, y más si se trata que la ciudad es pequeña y que en cada sitio donde se comercializa el sexo, existen verdaderos celos por la competencia y cada día mejoran en sus ofertas.

En Aguachica crece la prostitución mezclada con droga y alcohol

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Por Alvaro Lora García

prensa1755@yahoo.es
prensarcntv@hotmail.com

Gran parte de los habitantes de Aguachica, saben en qué lugar existe un prostíbulo, y más si se trata que la ciudad es pequeña y que en cada sitio donde se comercializa el sexo, existen verdaderos celos por la competencia y cada día mejoran en sus ofertas.

En uno de los prostíbulos de Aguachica, se estableció que le pagan una comisión a los taxistas que lleven clientes buenos, sobre todo a personas que visitan por primera vez a la ciudad y que buscan pasar un rato de placer; esa comisión oscila entre diez mil y quince mil pesos.

El comercio sexual se ha expandido tanto en Aguachica, que por su importante ubicación geográfica, la hace apetecible para quienes buscan divertirse con mujeres, drogas y alcohol; tres ingredientes que para muchos, es lo que le queda a la juventud.

Dagoberto Palomino Figueroa, miembro de la Asociación de Delitos Sexuales, egresado de la Universidad Nacional, quien además está escribiendo un libro sobre el comercio sexual en poblaciones donde los castigos son endebles, escogió a Aguachica por segunda vez para recrear gran parte de su historia.
Precisó que en Aguachica, es más el sexo que se comercializa en las calles que en prostíbulos, existen personas que se dedican a contactar jovencitas para ofrecerlas a turistas y viajeros que pernoctan en la ciudad.
Aguachica, cuenta con más de 30 mototaxistas que en sus bolsos llevan catálogos con fotografías de mujeres en edades de 14 a 22 años, algunas de ellas alumnas de instituciones educativas oficiales; las muchachas cuentan con un celular y cada vez que son contactadas por el mototaxista, éstas tienen que pagarle diez mil pesos, incluyendo la carrera hacia el sitio donde son citadas por sus clientes.
En su investigación que concluyó el pasado fin de semana, advirtió que el ‘Cerro de los Chivos’ en Aguachica, cuenta con el mayor número de residencias que supera las registradas en la ciudad y cuanta con dos moteles que los fines de semana se repletan de parejas que llegan sin ninguna restricción.

Algunas de las menores contratadas solo reciben entre 10 mil y 15 mil pesos por complacer sexualmente a un camionero o persona del común, y quienes las ofertan, cobra cincuenta mil por cada una y les paga el transporte de regreso a la ciudad.
Las famosas ‘prepagos’ y proxenetas, de igual forma abundan en Aguachica sin ninguna restricción de las autoridades, lo que pone en peligro el control de los organismos de salud para prevenir el contagio del VIH Sida, que en los últimos dos años ha aumentado en forma alarmante.
Finalmente Palomino Figueroa, dijo que “No entiendo por qué las autoridades de Aguachica, no investigan sobre la legalidad de las más de dos mil habitaciones con las que cuentan las residencias, hoteles y moteles del ‘Cerro de los Chivos’; allí es evidente el comercio del sexo”.
Sobre este tema, las autoridades como la Policía de Infancia y Adolescencia y el Bienestar Familiar, han emprendido una dura tarea para evitar que las niñas sigan en la prostitución, pero pese a todas estas iniciativas a favor de ellas, no hay eco en la comunidad.

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