Las letras de Gabriel García Márquez estuvieron influenciadas por la música de la caja, guacharaca y acordeón. Así lo reiteró su hermano, Jaime García Márquez, en el marco del Primer Congreso Internacional de Festivales de Música Vallenata, desarrollado el pasado viernes y sábado en Valledupar.

La primera nota de ‘Gabo’ relacionada al folclor vallenato fue en el año 1948, al expresar: “que cosa tan comunicadora tiene la música de acordeón, que cuando la escuchamos se nos arruga el alma”. Jaime contó que ese escrito le emocionó muchísimo y que años más tarde le hizo la anotación que el alma no se arruga, que tal vez el corazón, a lo cual le respondió jocosamente “yo soy escritor y tu eres ingeniero, no te metas en estas cosas”.

Tres años después, el Premio Nobel de Literatura 1982 se refirió a la música vallenata al escribir sobre cómo componía Rafael Escalona y otros juglares de la región. “De esa relación que estableció con la música hay un hecho fundamental que habla de la importancia que tuvo Escalona en el proceso literario de Gabito. En esa correría por La Guajira cuando era vendedor de enciclopedias, tomaba personajes y hechos para sus novelas posteriores”, expresó.

El 15 de marzo de 1952 en la columna La Jirafa, publicada en el periódico El Heraldo, ‘Gabo’ tituló ‘Algo que se parece a un milagro’, donde cuenta que el municipio de La Paz estaba de luto porque varias casas se habían incendiado, por lo que no sonaba el acordeón y se habían suspendido los bailes.

“Gabo llegó a escribir sobre lo que estaba sucediendo en la región y empieza como una especie de comunión con la gente. Los hermanos López preguntan que si podían tocar el acordeón y hay una especie de aprobación de la comunidad lo que termina en una especie de fiesta. Lo interesante de allí es que el vallenato sirvió para acelerar el duelo; la ausencia de música vallenata estaba generando que el duelo nunca se acabara”, comentó Jaime.

El ponente también recordó que Aracataca, tierra natal de ‘Gabo’, estuvo ligada al vallenato porque con la llegada del banano se permitió que afloraran cultores de la música de acordeón y esta zona se convirtió en un espacio fundamental para ella.

“En 1966 Gabito llegó a la casa con Ibar Cepeda, quien trabajaba para Bavaria y armó una parranda. Como a las 12 del día apareció Escalona con Armando Zabaleta, ‘Colacho’ Mendoza y Leandro Díaz, armaron una gran parranda vallenata. El Diario del Caribe lo registró como el primer Festival Vallenato e incluso anunciaba que el segundo se haría en Valledupar. En 1986 Gabriel cuando fue jurado del Festival de la Leyenda Vallenata escribió un texto denominado ‘Valledupar, la parranda del siglo’, donde aclaró que en ningún momento tuvieron la intención de catalogar como primer festival vallenato a ese día de fiesta en Aracataca”, subrayó.

Para Jaime, la obra de su hermano que más tiene que ver con el vallenato es ‘El Amor en los tiempos del cólera’, argumentó que aunque en la única parte donde hace alusión a esta música es donde Florentino Ariza se encuentra con Fermina Daza en el mercado y le dice “este no es el lugar para una diosa coronada”, la manera como está construida esa novela tiene mucho del folclor de la caja, guacharaca y acordeón.

Resaltó que el epígrafe de la obra mencionada es un aparte de la canción de Leandro Díaz, titulada ‘La diosa coronada’.

Esposa de Gabo y Moralito
Una de las revelaciones que hizo Jaime al público asistente del Congreso, fue cuando Lorenzo Morales participó del Festival de la Leyenda Vallenata y Mercedes, esposa de Gabo, se enteró que no tenía acordeón, entonces buscó la manera y le regaló uno, con la condición que no le dijera a nadie quién había sido el donador.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
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