La historia contada por una de las víctimas de un grupo de las autodefensas busca que la justicia llegue al corregimiento de Mariangola.
Marieth Martínez Hernández, una mujer resiliente del corregimiento de Mariangola, ubicado en zona suroccidental de Valledupar, es la vocera de las víctimas del conflicto armado perpetrado por un grupo paramilitar que incursionó en esta zona por más de una década.
Entre los años 1996 y 2006, los habitantes de Mariangola sufrieron la intimidación, la violencia, matanzas campesinas y de líderes sociales, el desplazamiento forzado y violación a mujeres, adolescentes y niñas a manos de los paramilitares del Bloque Norte que operaba en el departamento del Cesar.
Los años crudos de la guerra dejó una alta cifra de muertos en el corregimiento, algunos de ellos, vecinos, amigos y familiares de Marieth Martínez. Estas masacres, en su mayoría, fueron cometidas en vía pública a la vista de los ciudadanos, según contó esta valiente mujer.
“Quiero dejar plasmado la violencia que se vivió en mi corregimiento Mariangola desde 1996 cuando se cometió la primera masacre de ocho personas porque hoy nuestros hijos, primos y demás familiares desconocen el vivir que nos tocó a nosotros en el territorio. Tener que ver muertos a vecinos, a campesinos, madres, hijos y líderes sociales nos dejó sin canto, nos dejó sin voz”, dijo Martínez Hernández.
Marieth, contó su historia en el marco del lanzamiento ‘La tierra se quedó sin su canto’, una reconstrucción de la trayectoria e impactos del Bloque Norte, el onceavo libro de la serie sobre el origen y actuación de las agrupaciones paramilitares en las regiones de Colombia y, particularmente en el Cesar, por su principal cabecilla ‘Jorge 40’.
“Tantos victimarios que nos dejaron sin voz. Tantos grupos armados que nos dejaron sin la memoria real de una tierra alegre, folclórica, músical y cultural, de paisajes inolvidables que se fueron opacando a través de los años por tanta violencia. Hoy no soy totalmente feliz porque seguimos sin saber de nuestros desaparecidos; continúan sin ser escuchadas tantas voces que están en el territorio y que por miedo no se atreven a contar la verdad”, agregó.
Una verdad que golpeó a Marieth Martínez cuando se enteró que su hija fue violada por miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en el marco del conflicto armado en este corregimiento de Valledupar.
“Por causa del desplazamiento, hoy soy madre cabeza de hogar y madre de una hija que fue violada debido al conflicto que se vivió en el territorio. Esta es la razón de mi lucha como líder social para que los derechos de las víctimas se cumplan a cabalidad y no quede de lado la memoria del territorio”, sostuvo.
La violencia sexual que sufrió su hija fue cometida cuando tenía nueve años.
“Después de tantos años regresamos a Mariangola y hace poco me enteré de la violación de mi hija puesto que intentó quitarse la vida, por ende, como madre sentí que no le había dado lo mejor para que ella tomara esa decisión, sin embargo, a raíz de ese episodio mi hija tuvo la fortaleza de contar los detalles de su violencia sexual”, añadió Martínez Hernández.
En la actualidad, esta mujer lucha para que la justicia llegue al corregimiento y le devuelva la tranquilidad a sus habitantes.
“Hay un sinsabor porque la justicia se demora muchísimo. Yo soy la voz de una de persona que estuvo en el territorio cuando iniciaron las masacres pero, también soy la voz, lamentablemente, de mi hija que fue víctima de abuso sexual. Por eso, no descansaré hasta que se haga justicia por mi hija y por todas aquellas mujeres que siguen sin ser escuchadas porque no se atreven a contar los hechos”, sentenció.
La primera incursión de las autodefensas en Mariangola, fue en 1996 con la masacre de ocho personas, posteriormente en 1998 cuando asesinaron a cinco personas. Y, la última escena bélica se ejecutó en la plaza principal del pueblo mientras se llevaba a cabo un partido de fútbol.
“Mi pueblo quedó solo. Se convirtió en un pueblo fantasma, la despensa agrícola cayó en su totalidad, la cultura se perdió y se quedaron sin voces los territorios, pero hemos tomado la bandera las personas que regresamos y las que se quedaron allí para que hoy Mariangola sea un territorio de reconciliación”.
En medio de su relato, Marieth expresó su rechazo a la elección de Jorge Rodrigo Tovar Vélez, hijo del exjefe paramilitar ‘Jorge 40’, como representante a la Cámara por la circunscripción transitoria especial para la paz número 12.
“Seguimos victimizados y me refiero a la Circunscripción Especial para la Paz, donde entregaron 16 curules a las víctimas del conflicto, pero la tristeza es que nos representa el hijo del mayor victimario de Mariangola, lo que significa, que seguimos sin tener voz porque nos debió representar una persona que haya sido víctima de ‘Jorge 40’, y no su hijo”, acotó Martínez Hernández.
En total, 127 masacres se perpetraron en el departamento del Cesar, que estuvo sitiado por cuatro grupos del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, según el informe presentado por la Dirección de Acuerdos de la Verdad, DAV, del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, en el auditorio Carlos Murgas Guerrero de la Universidad de Santander, en Valledupar .
“Este informe detalla las razones de las masacres, entonces encontramos que detrás había un tema de despojo, control militar, desaparición forzada. También era muy reiterado los entrenamientos de las personas que hacían parte de la estructura paramilitar; ellos picaban los cuerpos de las víctimas u otros guerrilleros como forma de adoctrinamiento y lo hacían en público para generar terror en la población”, explicó Lukas Rodríguez, coordinador de la investigación que dio como resultado el informe titulado ‘La tierra se quedó sin su canto’.
El informe trata sobre el fenómeno paramilitar en los departamentos de Atlántico, Cesar, La Guajira y Magdalena, resultado de los hallazgos encontrados en el mecanismo no judicial de Contribución a la Verdad de la DAV. Y, cuenta con más de 3.000 entrevistas a integrantes de las estructuras paramilitares del Bloque Norte, Frente Resistencia Tayrona y Autodefensas del Sur del Magdalena Isla de San Fernando.
KAREN LILIANA PÉREZ / EL PILÓN
@karenperezcol
La historia contada por una de las víctimas de un grupo de las autodefensas busca que la justicia llegue al corregimiento de Mariangola.
Marieth Martínez Hernández, una mujer resiliente del corregimiento de Mariangola, ubicado en zona suroccidental de Valledupar, es la vocera de las víctimas del conflicto armado perpetrado por un grupo paramilitar que incursionó en esta zona por más de una década.
Entre los años 1996 y 2006, los habitantes de Mariangola sufrieron la intimidación, la violencia, matanzas campesinas y de líderes sociales, el desplazamiento forzado y violación a mujeres, adolescentes y niñas a manos de los paramilitares del Bloque Norte que operaba en el departamento del Cesar.
Los años crudos de la guerra dejó una alta cifra de muertos en el corregimiento, algunos de ellos, vecinos, amigos y familiares de Marieth Martínez. Estas masacres, en su mayoría, fueron cometidas en vía pública a la vista de los ciudadanos, según contó esta valiente mujer.
“Quiero dejar plasmado la violencia que se vivió en mi corregimiento Mariangola desde 1996 cuando se cometió la primera masacre de ocho personas porque hoy nuestros hijos, primos y demás familiares desconocen el vivir que nos tocó a nosotros en el territorio. Tener que ver muertos a vecinos, a campesinos, madres, hijos y líderes sociales nos dejó sin canto, nos dejó sin voz”, dijo Martínez Hernández.
Marieth, contó su historia en el marco del lanzamiento ‘La tierra se quedó sin su canto’, una reconstrucción de la trayectoria e impactos del Bloque Norte, el onceavo libro de la serie sobre el origen y actuación de las agrupaciones paramilitares en las regiones de Colombia y, particularmente en el Cesar, por su principal cabecilla ‘Jorge 40’.
“Tantos victimarios que nos dejaron sin voz. Tantos grupos armados que nos dejaron sin la memoria real de una tierra alegre, folclórica, músical y cultural, de paisajes inolvidables que se fueron opacando a través de los años por tanta violencia. Hoy no soy totalmente feliz porque seguimos sin saber de nuestros desaparecidos; continúan sin ser escuchadas tantas voces que están en el territorio y que por miedo no se atreven a contar la verdad”, agregó.
Una verdad que golpeó a Marieth Martínez cuando se enteró que su hija fue violada por miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en el marco del conflicto armado en este corregimiento de Valledupar.
“Por causa del desplazamiento, hoy soy madre cabeza de hogar y madre de una hija que fue violada debido al conflicto que se vivió en el territorio. Esta es la razón de mi lucha como líder social para que los derechos de las víctimas se cumplan a cabalidad y no quede de lado la memoria del territorio”, sostuvo.
La violencia sexual que sufrió su hija fue cometida cuando tenía nueve años.
“Después de tantos años regresamos a Mariangola y hace poco me enteré de la violación de mi hija puesto que intentó quitarse la vida, por ende, como madre sentí que no le había dado lo mejor para que ella tomara esa decisión, sin embargo, a raíz de ese episodio mi hija tuvo la fortaleza de contar los detalles de su violencia sexual”, añadió Martínez Hernández.
En la actualidad, esta mujer lucha para que la justicia llegue al corregimiento y le devuelva la tranquilidad a sus habitantes.
“Hay un sinsabor porque la justicia se demora muchísimo. Yo soy la voz de una de persona que estuvo en el territorio cuando iniciaron las masacres pero, también soy la voz, lamentablemente, de mi hija que fue víctima de abuso sexual. Por eso, no descansaré hasta que se haga justicia por mi hija y por todas aquellas mujeres que siguen sin ser escuchadas porque no se atreven a contar los hechos”, sentenció.
La primera incursión de las autodefensas en Mariangola, fue en 1996 con la masacre de ocho personas, posteriormente en 1998 cuando asesinaron a cinco personas. Y, la última escena bélica se ejecutó en la plaza principal del pueblo mientras se llevaba a cabo un partido de fútbol.
“Mi pueblo quedó solo. Se convirtió en un pueblo fantasma, la despensa agrícola cayó en su totalidad, la cultura se perdió y se quedaron sin voces los territorios, pero hemos tomado la bandera las personas que regresamos y las que se quedaron allí para que hoy Mariangola sea un territorio de reconciliación”.
En medio de su relato, Marieth expresó su rechazo a la elección de Jorge Rodrigo Tovar Vélez, hijo del exjefe paramilitar ‘Jorge 40’, como representante a la Cámara por la circunscripción transitoria especial para la paz número 12.
“Seguimos victimizados y me refiero a la Circunscripción Especial para la Paz, donde entregaron 16 curules a las víctimas del conflicto, pero la tristeza es que nos representa el hijo del mayor victimario de Mariangola, lo que significa, que seguimos sin tener voz porque nos debió representar una persona que haya sido víctima de ‘Jorge 40’, y no su hijo”, acotó Martínez Hernández.
En total, 127 masacres se perpetraron en el departamento del Cesar, que estuvo sitiado por cuatro grupos del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, según el informe presentado por la Dirección de Acuerdos de la Verdad, DAV, del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, en el auditorio Carlos Murgas Guerrero de la Universidad de Santander, en Valledupar .
“Este informe detalla las razones de las masacres, entonces encontramos que detrás había un tema de despojo, control militar, desaparición forzada. También era muy reiterado los entrenamientos de las personas que hacían parte de la estructura paramilitar; ellos picaban los cuerpos de las víctimas u otros guerrilleros como forma de adoctrinamiento y lo hacían en público para generar terror en la población”, explicó Lukas Rodríguez, coordinador de la investigación que dio como resultado el informe titulado ‘La tierra se quedó sin su canto’.
El informe trata sobre el fenómeno paramilitar en los departamentos de Atlántico, Cesar, La Guajira y Magdalena, resultado de los hallazgos encontrados en el mecanismo no judicial de Contribución a la Verdad de la DAV. Y, cuenta con más de 3.000 entrevistas a integrantes de las estructuras paramilitares del Bloque Norte, Frente Resistencia Tayrona y Autodefensas del Sur del Magdalena Isla de San Fernando.
KAREN LILIANA PÉREZ / EL PILÓN
@karenperezcol