Fanáticos del fallecido artista vallenato cantaron sus canciones, contaron anécdotas y recordaron momentos inolvidables del ‘Ídolo de las multitudes’ en su octavo aniversario.
“Porque un artista solo no puede conservar su valor y hay que reconocer que ninguno nace con fama”. Así dice un fragmento de la canción ‘Para mi fanaticada’ que grabó Diomedes Díaz junto a Colacho Mendoza y que hoy en día refleja el cariño que el artista sentía por sus seguidores, quienes a ocho años de su muerte no lo olvidan y siguen recordando sus canciones.
En Valledupar, el cementerio Jardines del Ecce Homo fue una vez más epicentro de los homenajes al cantante vallenato al cumplirse el miércoles 22 de diciembre un nuevo aniversario de su fallecimiento. ‘Diomedistas’ de diferentes partes del país e indígenas provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta llegaron al camposanto para rendirle tributo al máximo exponente de la música vallenata.
Canciones como ‘La semillita’, ‘La sombra’, ‘Mi primera cana’ y ‘Muchas gracias’ se escucharon durante la ofrenda floral que realizaron amigos, familiares y fanáticos, demostrándole su cariño y agradeciéndole por ese amor tan profundo que les tuvo.
En diálogo con EL PILÓN, el folclorista Joaquín Guillén, quien fue amigo y manager del ‘Cacique de La Junta’, señaló que siempre tratará de mantener vivo su legado para que su catálogo musical perdure en el tiempo.
“Viviré agradecido de mi compadre Diomedes hasta que Dios me tenga con vida porque a él le debo mucho. Esa frase de que ‘Siempre he estado ahí’ es una muestra de que fuimos amigos desde que él no era nadie. Tuvimos una amistad muy sincera, sin fama, sin dinero, sin nada”, dijo Guillén.
Al mismo tiempo, mencionó que cada 26 de mayo y 22 de diciembre rinde tributo a su memoria con mariachis, porque la música mexicana era una de las predilectas de Diomedes Díaz, quien solía escuchar canciones de Vicente Fernández, José Alfredo Jiménez y Antonio Aguilar.
“Para mí Diomedes sigue vigente, dando lidia, haciendo todo lo que él dijo: ‘Que después de muerto iba a servir más’, y eso está comprobado: todos los artistas tienen que cantar su música porque todo el mundo se las pide”, finalizó.
Durante la serenata, indígenas arhuacos interpretaron canciones de Diomedes, así como profesaron el respeto y cariño que este les tenía, al punto que uno de ellos se acercó a su tumba y se arrodilló a un costado en medio de lágrimas.
LA SEMILLITA
Durante el homenaje hubo tiempo para recordar anécdotas y una de ellas fue contada por el compositor Rafael Díaz, quien narró la historia detrás de la canción ‘La semillita’, grabada por Diomedes Díaz y Álvaro López en el álbum ‘Con mucho gusto’.
“Ya él había dejado de componer y un día me dice: ‘Rafita, no me le des canción a más nadie, no porque yo sea envidioso ni celoso, no, porque el único compositor de la familia es usted y yo se las grabo toditas’… Él se fue para Bogotá y yo le había dado un canto a Silvestre Dangond que se llama ‘Loco, loco’ y llamó a José Zequeda para decirle que ese canto parecía de los Díaz y le dijeron que así era.
Preguntó de cuál compositor y cuando supo que era mío no dijo nada y me mandó a buscar. En el camino me dijo que como ya había dado uno de los éxitos me iba a castigar y que tenía que hacerle un canto a un palo mencionando a una mujer bajo él. Le pregunté si era de doble sentido y me contestó: ‘Sí, claro’”, relató al evocar a su hermano.
Añadió: “Nos venimos para Valledupar, pero ya yo venía tarareando porque al frente de mi casa había un palo de guayabas y había unas muchachas bonitas, yo molestaba a una de ellas, y ahí comencé: ‘Frente al frente de mi casa hay un palo de guayabas y tiene una guayabita que no se cae por nada. A veces la veo madura con ganas de puyarla, yo la puyo y está dura, oye y no se cae por nada…”.
Gracias a su carisma, don de gente y sencillez, Diomedes Díaz seguirá siendo uno de los artistas más recordados y queridos por los amantes del vallenato.
POR: CARMEN LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.
Fanáticos del fallecido artista vallenato cantaron sus canciones, contaron anécdotas y recordaron momentos inolvidables del ‘Ídolo de las multitudes’ en su octavo aniversario.
“Porque un artista solo no puede conservar su valor y hay que reconocer que ninguno nace con fama”. Así dice un fragmento de la canción ‘Para mi fanaticada’ que grabó Diomedes Díaz junto a Colacho Mendoza y que hoy en día refleja el cariño que el artista sentía por sus seguidores, quienes a ocho años de su muerte no lo olvidan y siguen recordando sus canciones.
En Valledupar, el cementerio Jardines del Ecce Homo fue una vez más epicentro de los homenajes al cantante vallenato al cumplirse el miércoles 22 de diciembre un nuevo aniversario de su fallecimiento. ‘Diomedistas’ de diferentes partes del país e indígenas provenientes de la Sierra Nevada de Santa Marta llegaron al camposanto para rendirle tributo al máximo exponente de la música vallenata.
Canciones como ‘La semillita’, ‘La sombra’, ‘Mi primera cana’ y ‘Muchas gracias’ se escucharon durante la ofrenda floral que realizaron amigos, familiares y fanáticos, demostrándole su cariño y agradeciéndole por ese amor tan profundo que les tuvo.
En diálogo con EL PILÓN, el folclorista Joaquín Guillén, quien fue amigo y manager del ‘Cacique de La Junta’, señaló que siempre tratará de mantener vivo su legado para que su catálogo musical perdure en el tiempo.
“Viviré agradecido de mi compadre Diomedes hasta que Dios me tenga con vida porque a él le debo mucho. Esa frase de que ‘Siempre he estado ahí’ es una muestra de que fuimos amigos desde que él no era nadie. Tuvimos una amistad muy sincera, sin fama, sin dinero, sin nada”, dijo Guillén.
Al mismo tiempo, mencionó que cada 26 de mayo y 22 de diciembre rinde tributo a su memoria con mariachis, porque la música mexicana era una de las predilectas de Diomedes Díaz, quien solía escuchar canciones de Vicente Fernández, José Alfredo Jiménez y Antonio Aguilar.
“Para mí Diomedes sigue vigente, dando lidia, haciendo todo lo que él dijo: ‘Que después de muerto iba a servir más’, y eso está comprobado: todos los artistas tienen que cantar su música porque todo el mundo se las pide”, finalizó.
Durante la serenata, indígenas arhuacos interpretaron canciones de Diomedes, así como profesaron el respeto y cariño que este les tenía, al punto que uno de ellos se acercó a su tumba y se arrodilló a un costado en medio de lágrimas.
LA SEMILLITA
Durante el homenaje hubo tiempo para recordar anécdotas y una de ellas fue contada por el compositor Rafael Díaz, quien narró la historia detrás de la canción ‘La semillita’, grabada por Diomedes Díaz y Álvaro López en el álbum ‘Con mucho gusto’.
“Ya él había dejado de componer y un día me dice: ‘Rafita, no me le des canción a más nadie, no porque yo sea envidioso ni celoso, no, porque el único compositor de la familia es usted y yo se las grabo toditas’… Él se fue para Bogotá y yo le había dado un canto a Silvestre Dangond que se llama ‘Loco, loco’ y llamó a José Zequeda para decirle que ese canto parecía de los Díaz y le dijeron que así era.
Preguntó de cuál compositor y cuando supo que era mío no dijo nada y me mandó a buscar. En el camino me dijo que como ya había dado uno de los éxitos me iba a castigar y que tenía que hacerle un canto a un palo mencionando a una mujer bajo él. Le pregunté si era de doble sentido y me contestó: ‘Sí, claro’”, relató al evocar a su hermano.
Añadió: “Nos venimos para Valledupar, pero ya yo venía tarareando porque al frente de mi casa había un palo de guayabas y había unas muchachas bonitas, yo molestaba a una de ellas, y ahí comencé: ‘Frente al frente de mi casa hay un palo de guayabas y tiene una guayabita que no se cae por nada. A veces la veo madura con ganas de puyarla, yo la puyo y está dura, oye y no se cae por nada…”.
Gracias a su carisma, don de gente y sencillez, Diomedes Díaz seguirá siendo uno de los artistas más recordados y queridos por los amantes del vallenato.
POR: CARMEN LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.