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Educacion - 11 junio, 2025

“Él era un peón más”: Sondra Macollins, ‘la abogada del hierro’ sobre el excomandante de las Farc ‘Martín Sombra’

En el conversatorio ‘Sondra Macollins Garvin, la ‘abogada de hierro’, y su novela sobre el excomandante de las Farc Martín Sombra’, se abordó cómo Eli Mendoza pasó de ser un monaguillo a uno de los comandantes más temidos de la guerrilla.

La novela ‘El peso de la sombra’ fue lanzada en la Feria del Libro de Valledupar, Felva. FOTO JESÚS OCHOA.
La novela ‘El peso de la sombra’ fue lanzada en la Feria del Libro de Valledupar, Felva. FOTO JESÚS OCHOA.
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Las 197 páginas del libro ‘El peso de la sombra’ quedaron al descubierto en el conversatorio ‘Sondra Macollins Garvin, la ‘abogada de hierro’, y su novela sobre el exfarc Martín Sombra’ que se realizó este domingo 8 de junio en el marco de la Feria del Libro de Valledupar, Felva, en la Casa de la Cultura de Valledupar, en donde no hubo espacio para los prejuicios sobre este temido exmiembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo, Farc-EP. 

En un sentido conversatorio, Sondra Macollins con la periodista y abogada Irina Fernández desnudó las “memorias” de Elí Mejía Mendoza, alias ‘Martín Sombra’, desde el niño de 10 años que fue obligado a entrar a la guerrilla bajo el ala de su padrino ‘Tirofijo’, el adolescente que sobrevivió y se abrió camino entre las filas, el hombre que construyó los frentes de las Farc y el adulto mayor olvidado por quienes creía que eran su familia. 

“Hay muchas reflexiones en el libro porque estamos hablando de lo que significa defender a un ciudadano. Tener derecho a un abogado para un proceso penal es un derecho que tenemos todos y ‘Martín Sombra’ tenía ese derecho. La primera vez que lo vi, siendo ya un hombre de la tercera edad, me generó empatía porque lo percibí como  una persona vulnerable”, explicó Macollins.

Esta vallecaucana apodada como la ‘abogada de hierro’ contó al público que cuando vio por primera vez a Mendoza no supo quién era. En ese instante le preguntó al cliente que estaba con ella el nombre de aquel hombre mayor y este al decirle su nombre provocó que en su cabeza se abriera “un mundo de posibilidades” porque estaba haciendo una tesis que argumenta que la extradición de colombianos a los Estados Unidos vulnera los principios generales del derecho. 

El caso 

De acuerdo con Macollins, la Constitución de 1991 prohibió la extradición de colombianos, pero en el año 1997 se modificó el artículo 35 con un apartado que puntualiza que “se va a extraditar a cualquier persona que cometa delitos en el exterior y no importa si hay tratado o no. Se hace con la ley y con la Constitución”. En ese sentido, a Mendoza lo querían extraditar  por haber cuidado en secuestro a unos americanos que se encontraban en poder de las Farc en ese momento, pero ese delito fue cometido en Colombia.

“Ese era el mejor caso para demostrar que se estaban vulnerando los derechos. Iba a pasar lo mismo que con Simón Trinidad y con otros grandes comandantes de estos grupos que se llevaron toda la verdad de Colombia para siempre porque nunca van a poder regresar. Por eso yo quería que ‘Martín’ se quedara en Colombia para hacer valer la soberanía nacional”, aseguró  Macollins.

Así mismo, precisó que desde su postura como abogada penalista, le parecía valioso que ‘Martín Sombra’ se quedara en el país y contara la verdad de lo que pasó en más de 60 años en la guerrilla colombiana.

De monaguillo a comandante de las Farc 

En el libro ‘El peso de la sombra’ no solo está el relato del abogado defensor sino que también una narrativa que transmite empatía entre ese controversial personaje y su historia. Esto es a tal grado que en las páginas de esa novela se refiere a él como Elí Mendoza, el hombre que una vez fue monaguillo, pero por estar envuelto en un entorno de violencia no tuvo más alternativa que adentrarse en ella. 

“Para que Elí me permitiera defenderlo lo primero que hice fue ganarme su confianza porque en ese momento era una persona de casi siete décadas que desconfiaba de todos, y también tenía la esperanza de que su familia, las Farc, le enviaran un abogado para defenderlo, que se pronunciaran por su captura, pero eso no pasó nunca”, dijo Macollins. 

Con pesar, esta ilustrada abogada reveló que después de conocer su historia comprendió que las Farc no se pronunciaron por su captura porque “él siempre fue un peón como miles de niños que en aquel entonces llegaron a las guerrillas liberales para enseñarles a disparar, odiar al Ejército y al partido Conservador”.  

Agregó que en la guerrilla los niños son la primera línea porque no tienen miedo a las balas hasta que les disparan o los matan : “Elí sobrevivió, formó otros frentes y entrenó niños, labor que hizo hasta que fue capturado en el año 2008”. 

Dios, el Diablo y la sociedad 

“Nadie es enteramente malo o enteramente bueno”, fue uno de los principales argumentos de Macollins para hacerle entender a los asistentes que las situaciones de violencia son determinantes en una persona para formar su grado de bondad y maldad. Aunque ‘Martín Sombra’ fue el victimario de muchos, también en su ser había un ápice de bondad.

“Él no dañaba a mujeres ni a niños. Era una promesa que se había hecho y en muchas ocasiones no estuvo de acuerdo con acciones de otros comandantes. El ser humano es una combinación de situaciones que nos construyen, que nos hacen ser más malos o más buenos que otros. Por ejemplo el muchacho que baleó a Miguel Uribe, hay que tener mucho grado de maldad para hacer un acto suicida como ese porque sabía que lo atraparían, pero igual lo hizo”, argumentó la jurista. 

En ese orden de ideas, sostuvo que en alguna parte de ese ser humano hay algo que lo apegue al mundo a través de un acto de bondad, la familia, algo que lo hace amar.  Acotando así que hay que apegarse a eso para rescatar a esas personas que se convierten en delincuentes: “todos tenemos un grado de responsabilidad. El Gobierno debe hacer una reingeniería con ellos o hacerlos productivos, autosostenibles si la persona está muy deteriorada y ya no puede regresar a la sociedad. Los delincuentes colombianos son nuestros”. 

Por Namieh Baute Barrios

Educacion
11 junio, 2025

“Él era un peón más”: Sondra Macollins, ‘la abogada del hierro’ sobre el excomandante de las Farc ‘Martín Sombra’

En el conversatorio ‘Sondra Macollins Garvin, la ‘abogada de hierro’, y su novela sobre el excomandante de las Farc Martín Sombra’, se abordó cómo Eli Mendoza pasó de ser un monaguillo a uno de los comandantes más temidos de la guerrilla.


La novela ‘El peso de la sombra’ fue lanzada en la Feria del Libro de Valledupar, Felva. FOTO JESÚS OCHOA.
La novela ‘El peso de la sombra’ fue lanzada en la Feria del Libro de Valledupar, Felva. FOTO JESÚS OCHOA.
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Las 197 páginas del libro ‘El peso de la sombra’ quedaron al descubierto en el conversatorio ‘Sondra Macollins Garvin, la ‘abogada de hierro’, y su novela sobre el exfarc Martín Sombra’ que se realizó este domingo 8 de junio en el marco de la Feria del Libro de Valledupar, Felva, en la Casa de la Cultura de Valledupar, en donde no hubo espacio para los prejuicios sobre este temido exmiembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo, Farc-EP. 

En un sentido conversatorio, Sondra Macollins con la periodista y abogada Irina Fernández desnudó las “memorias” de Elí Mejía Mendoza, alias ‘Martín Sombra’, desde el niño de 10 años que fue obligado a entrar a la guerrilla bajo el ala de su padrino ‘Tirofijo’, el adolescente que sobrevivió y se abrió camino entre las filas, el hombre que construyó los frentes de las Farc y el adulto mayor olvidado por quienes creía que eran su familia. 

“Hay muchas reflexiones en el libro porque estamos hablando de lo que significa defender a un ciudadano. Tener derecho a un abogado para un proceso penal es un derecho que tenemos todos y ‘Martín Sombra’ tenía ese derecho. La primera vez que lo vi, siendo ya un hombre de la tercera edad, me generó empatía porque lo percibí como  una persona vulnerable”, explicó Macollins.

Esta vallecaucana apodada como la ‘abogada de hierro’ contó al público que cuando vio por primera vez a Mendoza no supo quién era. En ese instante le preguntó al cliente que estaba con ella el nombre de aquel hombre mayor y este al decirle su nombre provocó que en su cabeza se abriera “un mundo de posibilidades” porque estaba haciendo una tesis que argumenta que la extradición de colombianos a los Estados Unidos vulnera los principios generales del derecho. 

El caso 

De acuerdo con Macollins, la Constitución de 1991 prohibió la extradición de colombianos, pero en el año 1997 se modificó el artículo 35 con un apartado que puntualiza que “se va a extraditar a cualquier persona que cometa delitos en el exterior y no importa si hay tratado o no. Se hace con la ley y con la Constitución”. En ese sentido, a Mendoza lo querían extraditar  por haber cuidado en secuestro a unos americanos que se encontraban en poder de las Farc en ese momento, pero ese delito fue cometido en Colombia.

“Ese era el mejor caso para demostrar que se estaban vulnerando los derechos. Iba a pasar lo mismo que con Simón Trinidad y con otros grandes comandantes de estos grupos que se llevaron toda la verdad de Colombia para siempre porque nunca van a poder regresar. Por eso yo quería que ‘Martín’ se quedara en Colombia para hacer valer la soberanía nacional”, aseguró  Macollins.

Así mismo, precisó que desde su postura como abogada penalista, le parecía valioso que ‘Martín Sombra’ se quedara en el país y contara la verdad de lo que pasó en más de 60 años en la guerrilla colombiana.

De monaguillo a comandante de las Farc 

En el libro ‘El peso de la sombra’ no solo está el relato del abogado defensor sino que también una narrativa que transmite empatía entre ese controversial personaje y su historia. Esto es a tal grado que en las páginas de esa novela se refiere a él como Elí Mendoza, el hombre que una vez fue monaguillo, pero por estar envuelto en un entorno de violencia no tuvo más alternativa que adentrarse en ella. 

“Para que Elí me permitiera defenderlo lo primero que hice fue ganarme su confianza porque en ese momento era una persona de casi siete décadas que desconfiaba de todos, y también tenía la esperanza de que su familia, las Farc, le enviaran un abogado para defenderlo, que se pronunciaran por su captura, pero eso no pasó nunca”, dijo Macollins. 

Con pesar, esta ilustrada abogada reveló que después de conocer su historia comprendió que las Farc no se pronunciaron por su captura porque “él siempre fue un peón como miles de niños que en aquel entonces llegaron a las guerrillas liberales para enseñarles a disparar, odiar al Ejército y al partido Conservador”.  

Agregó que en la guerrilla los niños son la primera línea porque no tienen miedo a las balas hasta que les disparan o los matan : “Elí sobrevivió, formó otros frentes y entrenó niños, labor que hizo hasta que fue capturado en el año 2008”. 

Dios, el Diablo y la sociedad 

“Nadie es enteramente malo o enteramente bueno”, fue uno de los principales argumentos de Macollins para hacerle entender a los asistentes que las situaciones de violencia son determinantes en una persona para formar su grado de bondad y maldad. Aunque ‘Martín Sombra’ fue el victimario de muchos, también en su ser había un ápice de bondad.

“Él no dañaba a mujeres ni a niños. Era una promesa que se había hecho y en muchas ocasiones no estuvo de acuerdo con acciones de otros comandantes. El ser humano es una combinación de situaciones que nos construyen, que nos hacen ser más malos o más buenos que otros. Por ejemplo el muchacho que baleó a Miguel Uribe, hay que tener mucho grado de maldad para hacer un acto suicida como ese porque sabía que lo atraparían, pero igual lo hizo”, argumentó la jurista. 

En ese orden de ideas, sostuvo que en alguna parte de ese ser humano hay algo que lo apegue al mundo a través de un acto de bondad, la familia, algo que lo hace amar.  Acotando así que hay que apegarse a eso para rescatar a esas personas que se convierten en delincuentes: “todos tenemos un grado de responsabilidad. El Gobierno debe hacer una reingeniería con ellos o hacerlos productivos, autosostenibles si la persona está muy deteriorada y ya no puede regresar a la sociedad. Los delincuentes colombianos son nuestros”. 

Por Namieh Baute Barrios