Está escondida detrás del árbol, estoy seguro de que ya me vio. Camino lentamente para acercarme más a ella y sigue estática sin mover un musculo. Tiene ese color verde que tanto me gusta que me huele a dinero, es una hembra y está preñada. Saco la honda de mi mochila y la soga para amarrarla y sus enormes ojos siguen todos mis movimientos, ella sabe lo que le espera. Su brillante piel me hace rugir el estómago solo de imaginarme en unas horas su deliciosa carne en mi boca. Ansió todo el cuerpo de esa desdichada iguana que se convertirá en un plato exquisito en mi mesa y sus huevos en la venta de mañana.
No debí haber venido a este pequeño bosque, las hojas de aquí son deliciosas y se puede tomar el sol sin interrupciones pero ese ser humano siento que me amenaza. Lo vi desde lejos y ha estado caminando en mi dirección sigilosamente, tengo que huir.
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Miro el árbol más cercano y corro lo más rápido que pueden mis patas hacia él para treparlo pero un fuerte golpe en mi lomo me hace perder el equilibrio y caer. Algo me agarra de la cola y a duras penas puedo moverla para soltarme, me da la vuelta y amarra mis patas muy fuerte. Abro los ojos y un objeto metálico brilla encima de mí, lo mete en mi estómago y un dolor inconmensurable se abre en mis entrañas.
El relato que usted acaba de leer: ‘El cazador de iguanas’ es uno de los tantos encuentros que suceden diariamente en el departamento del Cesar entre las iguanas y los cazadores de esta especie herbívora que se alimenta de hojas, hierbas, capullos, flores y frutos. Estos alimentos se fermentan en su estómago donde hay bacterias que descomponen el tejido vegetal. Estos descendientes de los dinosaurios tienen una gran importancia en el ecosistema porque son “podadores” de las plantas.
No permiten que proliferen vegetaciones que pueden dañar infraestructuras, convertirse en obstáculos viales e impedir la visualización de señalizaciones del área urbana. Como parte de su dieta son las frutas, la iguana es la distribuidora de las semillas a otros espacios donde pueden crecer más árboles y plantas que pueden contribuir a la oxigenación de la ciudad según Jesús Pacheco, biólogo de la Universidad del Tolima.
CAZA INDISCRIMINADA EN EL CESAR
A pesar de sus beneficios y de que es un animal inofensivo es brutalmente asesinado por personas que se dedican a cazarlas para obtener su piel, cocinarla y comercializar sus huevos de acuerdo con Ernesto Herrera, excazador de este reptil, quien asegura que es perseguida en su época de desove, entre enero y abril para extraer los 20 a 70 huevos que las hembras acumulan en su interior después de haber realizado el proceso de apareamiento con el macho, y por su carne que es apetecida por un amplio número de cesarenses.
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Según la Policía Nacional donde se realizan mayor número de capturas sobre el tráfico y venta de esta especie es en Valledupar, Bosconia, La Paz, San Diego y el corregimiento de Mariangola. En el 2019 fueron detenidas 124 personas por este delito establecido en el artículo 38 del Código Penal, el cual se refiere a las personas que trafican, explotan, comercian, se apropian y transportan especies que hacen parte de la biodiversidad colombiana.
En el 2018 fueron recuperadas 1.470 iguanas que estaban en poder de cazadores fortuitos que planeaban comercializarlas. Estos animales fueron regresadas a su habitad natural. En lo que va corrido del 2020 diez personas que se dedican a esta práctica han sido detenidas, se han incautado 15.840 huevos y 331 iguanas han sido víctimas de la caza indiscriminada de acuerdo con la Policía Nacional.
LA INOFENSIVA DESCENDIENTE DE DINOSAURIOS
La iguana verde (Iguana iguana) es un lagarto arbóreo que proviene de la familia de los iguánidos, donde alrededor de 30 reptiles de diferentes características viven en el continente americano y el Caribe siendo los representantes evolucionados de los dinosaurios.
Estos lagartos escamosos que pueden llegar a medir hasta dos metros y tienen un cuerpo alargado adornado con picos detrás del cuello que se llaman tubérculos, habitan en Valledupar como resultado de la destrucción de los ecosistemas naturales donde residían según Jesús Pacheco, biólogo de la Universidad del Tolima.
La especie que habita en el departamento del Cesar es la llamada iguana verde que se ha adaptado al ambiente urbano y ha aprendido a convivir con los cesarenses en la ciudad según el experto. Estos lagartos de sangre fría comúnmente reposan en las ramas de los árboles o encima de las raíces para tomar el sol y alcanzar la temperatura optima que esta entre 28-35 °C.
De acuerdo con Mayra Galindo directora científica de la Fundación Uraku – Para la Protección y Conservación de los Recursos Naturales, el ciclo reproductivo de este reptil se da en temporada seca para que en temporadas húmedas eclosionen los huevos y haya mayor disponibilidad de alimentos.
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Entre 20 y 70 crías pueden nacer tras un periodo de 90 a 120 días de incubación. Los padres suelen desprenderse muy rápido de ellas. Las iguanas hembras alcanzan la madurez sexualmente entre los tres y los cuatro años de edad, aunque en ocasiones esto puede ocurrir en edades más tempranas, según la experta.
UN PLATO “EXQUISITO”
De acuerdo con los expertos, la caza de esta especie mayoritariamente es a las hembras porque un grupo de la población que reside en el departamento del Cesar consume los huevos de iguana y demandan la preparación culinaria de este animal.
Ernesto Herrera, un excazador de iguanas asegura que luego de cazar el reptil con una honda, golpearla en la cabeza con un objeto contundente u otras prácticas que varían dependiendo del sujeto; con una navaja abren la barriga de la iguana, meten la mano dentro del lagarto y sacan los huevos.
Según herrera esta incisión se hace de forma improvisada incluso en el mismo lugar donde la atrapan. Comenta que les rellenan el abdomen con tierra, aserrín, cenizas, piedra o cualquier tipo de elementos para detener el sangrado y luego las saturan con nailon o hilo.
Algunas son dejadas en libertad y otras son llevadas a restaurantes informales para ser preparadas en platos gastronómicos. En los peores casos son dejadas abiertas y se desangran, y las que quedan en libertad en una semana aproximadamente mueren por infecciones.
En diálogo con el diario EL PILÓN una trabajadora de un restaurante que vende este platillo comentó que generalmente se acompaña con arroz de coco, bollo, yuca y ensalada. La iguana guisada tiene un costo entre $20.000 y $30.000, también es muy apetecido el caldo con papa negra, amarilla y abundante cilantro.
Asegura que los comensales prefieren la carne de la iguana hembra porque es más “exquisita” que la del macho y tiene poderes afrodisiacos. Dicha afirmación no ha sido comprobada por ningún estudio según Jesús Pacheco.
De acuerdo con la trabajadora hay tres formas de guisar el reptil: deshuesada, con hueso, o molida. Entre las formas comunes de cocción es depositar el animal en una olla de cocina con agua caliente de 35 a 45 minutos agregándole sal y verduras al gusto como cebollín picado. Se prepara salsa agridulce con cebolla, ajo, vinagre, tomate, salsa negra y cerveza.
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Después de que la iguana esta sancochada se le agrega la salsa agridulce y se cocina a fuego lento por un espacio de veinte minutos para luego servir este plato, que según Herrera es a base de un animal que sufre tanto por la incisión como su desmembramiento porque se realiza estando con vida el reptil.
CULTURA QUE LAPIDA IGUANAS
En el cesar se consume este reptil desde hace más de 50 años porque es un animal fácil de cazar debido a que no alcanza a recorrer 100 metros a pesar de que es rápido. Cuando huye por varios minutos se cansa y por un largo intervalo de tiempo debe reposar a diferencia del conejo que anteriormente se cazaba con mayor demanda en el Cesar, pero implicaba un gasto energético mayor según José Pacheco.
De acuerdo con el biólogo la práctica de la caza de este animal fue heredada por la población que reside en la región al igual que las creencias de que los huevos son afrodisíacos, lo cual no está comprobado y en cambio estos contienen una significativa cantidad de grasa que dificulta la digestión y disminuye la virilidad porque el cuerpo se concentra en procesar el sebo.
Es difícil desarraigar la creencia sobre los supuestos beneficios que se obtienen por el consumo de este reptil y la preferencia de comercializar su carne que es más apetecible que la da res y cerdo de acuerdo con la trabajadora del restaurante informal.
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El ciudadano Edgar Kammerer comenta que en la cultura del departamento comer iguana es algo rutinario y normal pero no está bien hacerlo porque es un animal que sufre cuando es cazado de forma salvaje e indiscriminada.
Según las fuentes consultadas este animal que se ha convertido en residente del área urbana porque su ecosistema natural ha sido destruido por el hombre, vive una percusión constante y es víctima de la comercialización en el mercado negro cada año.
De acuerdo con Ecopetrol y el Instituto Alexander von Humboldt, que desarrollan el proyecto Iguana Viva, se extraen y se comercializan alrededor de 20 millones de huevos de más 300.000 iguanas por año, aumentando así la posibilidad de la extinción de la especie.
POR: NAMIEH BAUTE BARRIOS BAUTE/ EL PILÓN
NAMIEHDAYANA@GMAIL.COM