Aprender el proceso que deben pasar las semillas para transformarse en productos exquisitos, es una de las actividades más enriquecedoras que se pueden realizar en nuestro departamento.
Debido a sus climas y paisajes, el departamento del Cesar es rico en biodiversidad y cultivos, siendo la serranía del Perijá, específicamente, uno de los territorios con más variedad escondida. El contraste térmico permite que La Jagua de Ibirico cuente con las condiciones naturales para la producción de café, cacao y otros alimentos, razón por la que se convierte en un destino ideal para los amantes del campo.
EL PILÓN realizó un recorrido por la serranía y conoció la ruta de producción que requieren el café y el cacao para transformarse en productos consumibles y llegar hasta la mesa no solo de los jagüeros, sino de algunas ciudades del país. Es importante señalar que en este municipio se cultivan y fabrican estos productos de manera natural y ancestral, dándoles el sabor y aroma que ‘engancha’ a quienes los consumen.
Adentrarse en la serranía y experimentar esta ruta turística, guiada por los campesinos productores, es enriquecedora porque además de conocer sobre el proceso de siembra y fabricación, las personas aprenden que este proceso no es nada fácil. Estamos hablando de procedimientos largos y complejos que demandan una atención cuidadosa al detalle.
Bajo ese orden de ideas, los productores de La Jagua contaron que recoger el fruto del arbusto del que procede el café es el primer paso, el cual se hace cuando las cerezas adquieren un color rojizo o amarillento. Seguido de esto se hace el despulpado, es decir, a la vez que se recolectan se eliminan los residuos de la cosecha, se quitan las capas que envuelven los granos y se obtiene así el café verde.
EL PILÓN dialogó con Dina Luz Rodríguez, socia fundadora de Asotepros, fábrica transformadora de café ubicada en el corregimiento La Victoria de San Isidro, en La Jagua de Ibirico, quien expresó: “Hay que estar muy pendientes, esto es de mucho cuidado, nuestro café es tostado en una máquina y nuestra especialidad es el café gourmet, el cual es más suave y exquisito. El café se tuesta a una temperatura de 214 grados y después de eso se deja enfriar por 12 horas en un recipiente, posteriormente se pasa al molino y finalmente al empaque”.
De ese modo, las personas que decidan visitar esta parte del Cesar podrán ver el proceso desde la planta hasta el pocillo de café. Los campesinos de la zona esperan la llegada de locales y visitantes para enseñarles, con mucha paciencia y dedicación, la labor a la que se dedican diariamente. “Gracias a Dios en la serranía del Perijá tenemos buen cultivo de café y en la taza sabe delicioso. Nuestra marca (Xagua café) ha salido en muchos mercados, es conocida en muchas partes del país”.
Al igual que con el café, la recolección del cacao es una tarea delicada. Y uno de los mayores desafíos radica en saber cuándo recolectar las macetas, ya que un cacao sin madurar no tendrá desarrollado todos sus maravillosos sabores y aromas; infortunadamente, las macetas no siempre maduran al mismo tiempo, aun cuando estén en el mismo árbol.
La buena cosecha y procesamiento son cruciales para un cacao fino de alta calidad, por eso, EL PILÓN dialogó con expertos productores. “Sembramos las semillas, les ponemos el riego, fertilizantes y demás, hasta que empiece a producir para recogerlo. Después de este paso se abre la maceta, se pone a fermentar por 4 días en un recipiente y luego se pone a secar en el sol, y los tostamos de forma ancestral, con un caldero y en leña”, relató Nelson Quintana Romero, un hombre de 71 años que reside en la finca ‘No hay como Dios’, situada en una de las veredas de La Jagua de Ibirico.
Rosa Pacheco, esposa de Nelson, explicó que después de tostarse se debe descascarar el cacao, un procedimiento que con el tiempo genera ampollas en las manos debido a la temperatura en la que se encuentra; posteriormente se muele, siendo uno de los pasos más difíciles, ya que se requiere de fuerza y constancia para lograr que la manecilla del molino gire con los granos de cacao en su interior.
Después de todo este arduo trabajo, las personas podrán disfrutar de una deliciosa taza de chocolate 100 % natural, con un sabor exquisito. Seguido de esto, EL PILÓN conversó con Chocojagua, una empresa jagüera que se dedica a la transformación de esta materia prima, convirtiéndola en chocolate de barra, crema de avellanas, chocolate en polvo, chupetas, y próximamente, productos faciales a base de cacao.
Yalexis Jiménez, representante legal de Chocojagua, acotó: “iniciamos con un molino y un caldero, y después logramos conseguir las máquinas que mejoraron la calidad del producto. Salíamos casa a casa a informar que aquí en La Jagua había un grupo de 10 mujeres que hacían chocolate natural, y dábamos degustaciones. Así empezamos. Ahora nuestros productos, con empaques biodegradables, se venden en algunas tiendas y depósitos”.
Finalmente, es importante que las personas conozcan todos estos procesos de transformación, que consuman los alimentos elaborados por los mismos productores y sobre todo, que apoyen los negocios que sin duda cuentan con una responsabilidad socio-ambiental bastante alta.
La Jagua de Ibirico posee innumerables actividades enfocadas en el ecoturismo que aún no han sido exploradas y descubiertas, por tanto, el alcalde del municipio, Ovelio Jiménez, busca mostrar estas riquezas para potenciar la zona como destino ideal para el turismo ambiental y sostenible.
Aprender el proceso que deben pasar las semillas para transformarse en productos exquisitos, es una de las actividades más enriquecedoras que se pueden realizar en nuestro departamento.
Debido a sus climas y paisajes, el departamento del Cesar es rico en biodiversidad y cultivos, siendo la serranía del Perijá, específicamente, uno de los territorios con más variedad escondida. El contraste térmico permite que La Jagua de Ibirico cuente con las condiciones naturales para la producción de café, cacao y otros alimentos, razón por la que se convierte en un destino ideal para los amantes del campo.
EL PILÓN realizó un recorrido por la serranía y conoció la ruta de producción que requieren el café y el cacao para transformarse en productos consumibles y llegar hasta la mesa no solo de los jagüeros, sino de algunas ciudades del país. Es importante señalar que en este municipio se cultivan y fabrican estos productos de manera natural y ancestral, dándoles el sabor y aroma que ‘engancha’ a quienes los consumen.
Adentrarse en la serranía y experimentar esta ruta turística, guiada por los campesinos productores, es enriquecedora porque además de conocer sobre el proceso de siembra y fabricación, las personas aprenden que este proceso no es nada fácil. Estamos hablando de procedimientos largos y complejos que demandan una atención cuidadosa al detalle.
Bajo ese orden de ideas, los productores de La Jagua contaron que recoger el fruto del arbusto del que procede el café es el primer paso, el cual se hace cuando las cerezas adquieren un color rojizo o amarillento. Seguido de esto se hace el despulpado, es decir, a la vez que se recolectan se eliminan los residuos de la cosecha, se quitan las capas que envuelven los granos y se obtiene así el café verde.
EL PILÓN dialogó con Dina Luz Rodríguez, socia fundadora de Asotepros, fábrica transformadora de café ubicada en el corregimiento La Victoria de San Isidro, en La Jagua de Ibirico, quien expresó: “Hay que estar muy pendientes, esto es de mucho cuidado, nuestro café es tostado en una máquina y nuestra especialidad es el café gourmet, el cual es más suave y exquisito. El café se tuesta a una temperatura de 214 grados y después de eso se deja enfriar por 12 horas en un recipiente, posteriormente se pasa al molino y finalmente al empaque”.
De ese modo, las personas que decidan visitar esta parte del Cesar podrán ver el proceso desde la planta hasta el pocillo de café. Los campesinos de la zona esperan la llegada de locales y visitantes para enseñarles, con mucha paciencia y dedicación, la labor a la que se dedican diariamente. “Gracias a Dios en la serranía del Perijá tenemos buen cultivo de café y en la taza sabe delicioso. Nuestra marca (Xagua café) ha salido en muchos mercados, es conocida en muchas partes del país”.
Al igual que con el café, la recolección del cacao es una tarea delicada. Y uno de los mayores desafíos radica en saber cuándo recolectar las macetas, ya que un cacao sin madurar no tendrá desarrollado todos sus maravillosos sabores y aromas; infortunadamente, las macetas no siempre maduran al mismo tiempo, aun cuando estén en el mismo árbol.
La buena cosecha y procesamiento son cruciales para un cacao fino de alta calidad, por eso, EL PILÓN dialogó con expertos productores. “Sembramos las semillas, les ponemos el riego, fertilizantes y demás, hasta que empiece a producir para recogerlo. Después de este paso se abre la maceta, se pone a fermentar por 4 días en un recipiente y luego se pone a secar en el sol, y los tostamos de forma ancestral, con un caldero y en leña”, relató Nelson Quintana Romero, un hombre de 71 años que reside en la finca ‘No hay como Dios’, situada en una de las veredas de La Jagua de Ibirico.
Rosa Pacheco, esposa de Nelson, explicó que después de tostarse se debe descascarar el cacao, un procedimiento que con el tiempo genera ampollas en las manos debido a la temperatura en la que se encuentra; posteriormente se muele, siendo uno de los pasos más difíciles, ya que se requiere de fuerza y constancia para lograr que la manecilla del molino gire con los granos de cacao en su interior.
Después de todo este arduo trabajo, las personas podrán disfrutar de una deliciosa taza de chocolate 100 % natural, con un sabor exquisito. Seguido de esto, EL PILÓN conversó con Chocojagua, una empresa jagüera que se dedica a la transformación de esta materia prima, convirtiéndola en chocolate de barra, crema de avellanas, chocolate en polvo, chupetas, y próximamente, productos faciales a base de cacao.
Yalexis Jiménez, representante legal de Chocojagua, acotó: “iniciamos con un molino y un caldero, y después logramos conseguir las máquinas que mejoraron la calidad del producto. Salíamos casa a casa a informar que aquí en La Jagua había un grupo de 10 mujeres que hacían chocolate natural, y dábamos degustaciones. Así empezamos. Ahora nuestros productos, con empaques biodegradables, se venden en algunas tiendas y depósitos”.
Finalmente, es importante que las personas conozcan todos estos procesos de transformación, que consuman los alimentos elaborados por los mismos productores y sobre todo, que apoyen los negocios que sin duda cuentan con una responsabilidad socio-ambiental bastante alta.
La Jagua de Ibirico posee innumerables actividades enfocadas en el ecoturismo que aún no han sido exploradas y descubiertas, por tanto, el alcalde del municipio, Ovelio Jiménez, busca mostrar estas riquezas para potenciar la zona como destino ideal para el turismo ambiental y sostenible.