EL PILÓN recopiló detalles sobre la preocupación que tienen algunos maestros y padres de familia frente a los posibles contagios por covid-19 en el retorno a la presencialidad en las instituciones públicas.
La población estudiantil de Valledupar se prepara para volver a clases sin límite de aforo a partir del 31 de enero, tal como lo ordenó el Ministerio de Educación Nacional, bajo la premisa que el retorno a la presencialidad es una prioridad del Gobierno Nacional para garantizar el derecho a la educación, lo cual no ha sido suficiente para un sector de docentes y padres de familias que cuestionan las garantías que se tendrán en los recintos cerrados donde se dictan las asignaturas.
Elkin Jiménez, presidente de la Asociación de Maestros y Trabajadores de la Educación, Asomate, aseguró a este medio informativo que desde este colectivo han apoyado los procesos de alternancia pero ahora, donde no habrá límite de aforo durante las clases, se sienten preocupados porque algunos docentes, a pesar de estar vacunados, se contagiaron de coronavirus, y reclaman porque no se debería tener la misma cantidad de estudiantes. “No estamos de acuerdo con que se llenen los salones, eso aumenta el riesgo”, expresó.
Asimismo, algunos padres al enterarse sobre el 100% de la presencialidad reaccionaron con comentarios, a través de los canales digitales de esta casa editorial. Manifestaron: “No queremos enviar a nuestros hijos a un colegio con un salón donde hay 40 niños con poca ventilación”, “qué pésima decisión en medio de la variante ómicron” y “yo decido si envío a mis hijos o no”.
Por su parte, el secretario de Educación, Iván Bolaños Baute, afirmó que “la preocupación siempre va a existir, pero hemos venido preparándonos porque no van a desaparecer los protocolos de bioseguridad”.
Desde otra postura, Roymer López, docente de informática y medios audiovisuales en la Institución Educativa Técnica e Industrial Pedro Castro Monsalvo, Instpecam, consideró que “volver a dictar las clases de manera presencial es más beneficioso, porque resulta menos desgastante y permite el avance académico, pero no se puede dejar de lado el riesgo de salud”.
Según el licenciado, acatará las directrices pero pide a las entidades correspondientes que organicen mejor el proceso para garantizar que las escuelas sean espacios seguros.
El mismo argumento planteó el profesor de matemáticas en la Institución Educativa Leonidas Acuña, Alcídes Páez, quien indicó: “A los docentes les ha dado duro eso de la virtualidad, no es tan fácil como la gente cree, pero para volver hay cosas por ajustar como el esquema completo de vacunación en los estudiantes”.
No obstante, Páez aseguró que el retorno a los ambientes físicos ayudarán a corregir las falencias que ha presentado la educación local en el último año. “Yo también soy padre y me toca estar pendiente de que mis hijos hagan el uso correcto del tapaboca y eso es complicado”, finalizó.
Como el punto de preocupación ha sido el factor salud, tanto en docentes como en estudiantes e incluso en padres de familias, EL PILÓN indagó el porcentaje de niños, niñas y jóvenes vacunadas en Valledupar y desde la coordinación de vacunación del municipio, aseguraron que hasta el 12 de enero se han aplicado 90.548 dosis a personas entre los 3 a 15 años.
En cuanto a las primeras dosis entre las mismas edades, se portaron 70.900, mientras que la segunda la tienen 19.648 niños y niñas en la ciudad, incluida la población infantil migrante que proviene de Venezuela.
Finalmente, desde el Ministerio de Educación Nacional se ha afirmado en reiteradas ocasiones que con una inversión de $1,2 billones, entre 2020 y 2021 se prepararon para brindar las condiciones básicas de bioseguridad en los diferentes centros educativos del país.
A nivel local, el Secretario de Educación señaló a EL PILÓN que para el 31 de enero esperan que el 98% de los estudiantes estén vacunados, pues se presume que han asistido a las jornadas de vacunación en los diferentes puntos de la ciudad.
Por ANDREA GUERRA / EL PILÓN.
@andreaguerraperiodista
EL PILÓN recopiló detalles sobre la preocupación que tienen algunos maestros y padres de familia frente a los posibles contagios por covid-19 en el retorno a la presencialidad en las instituciones públicas.
La población estudiantil de Valledupar se prepara para volver a clases sin límite de aforo a partir del 31 de enero, tal como lo ordenó el Ministerio de Educación Nacional, bajo la premisa que el retorno a la presencialidad es una prioridad del Gobierno Nacional para garantizar el derecho a la educación, lo cual no ha sido suficiente para un sector de docentes y padres de familias que cuestionan las garantías que se tendrán en los recintos cerrados donde se dictan las asignaturas.
Elkin Jiménez, presidente de la Asociación de Maestros y Trabajadores de la Educación, Asomate, aseguró a este medio informativo que desde este colectivo han apoyado los procesos de alternancia pero ahora, donde no habrá límite de aforo durante las clases, se sienten preocupados porque algunos docentes, a pesar de estar vacunados, se contagiaron de coronavirus, y reclaman porque no se debería tener la misma cantidad de estudiantes. “No estamos de acuerdo con que se llenen los salones, eso aumenta el riesgo”, expresó.
Asimismo, algunos padres al enterarse sobre el 100% de la presencialidad reaccionaron con comentarios, a través de los canales digitales de esta casa editorial. Manifestaron: “No queremos enviar a nuestros hijos a un colegio con un salón donde hay 40 niños con poca ventilación”, “qué pésima decisión en medio de la variante ómicron” y “yo decido si envío a mis hijos o no”.
Por su parte, el secretario de Educación, Iván Bolaños Baute, afirmó que “la preocupación siempre va a existir, pero hemos venido preparándonos porque no van a desaparecer los protocolos de bioseguridad”.
Desde otra postura, Roymer López, docente de informática y medios audiovisuales en la Institución Educativa Técnica e Industrial Pedro Castro Monsalvo, Instpecam, consideró que “volver a dictar las clases de manera presencial es más beneficioso, porque resulta menos desgastante y permite el avance académico, pero no se puede dejar de lado el riesgo de salud”.
Según el licenciado, acatará las directrices pero pide a las entidades correspondientes que organicen mejor el proceso para garantizar que las escuelas sean espacios seguros.
El mismo argumento planteó el profesor de matemáticas en la Institución Educativa Leonidas Acuña, Alcídes Páez, quien indicó: “A los docentes les ha dado duro eso de la virtualidad, no es tan fácil como la gente cree, pero para volver hay cosas por ajustar como el esquema completo de vacunación en los estudiantes”.
No obstante, Páez aseguró que el retorno a los ambientes físicos ayudarán a corregir las falencias que ha presentado la educación local en el último año. “Yo también soy padre y me toca estar pendiente de que mis hijos hagan el uso correcto del tapaboca y eso es complicado”, finalizó.
Como el punto de preocupación ha sido el factor salud, tanto en docentes como en estudiantes e incluso en padres de familias, EL PILÓN indagó el porcentaje de niños, niñas y jóvenes vacunadas en Valledupar y desde la coordinación de vacunación del municipio, aseguraron que hasta el 12 de enero se han aplicado 90.548 dosis a personas entre los 3 a 15 años.
En cuanto a las primeras dosis entre las mismas edades, se portaron 70.900, mientras que la segunda la tienen 19.648 niños y niñas en la ciudad, incluida la población infantil migrante que proviene de Venezuela.
Finalmente, desde el Ministerio de Educación Nacional se ha afirmado en reiteradas ocasiones que con una inversión de $1,2 billones, entre 2020 y 2021 se prepararon para brindar las condiciones básicas de bioseguridad en los diferentes centros educativos del país.
A nivel local, el Secretario de Educación señaló a EL PILÓN que para el 31 de enero esperan que el 98% de los estudiantes estén vacunados, pues se presume que han asistido a las jornadas de vacunación en los diferentes puntos de la ciudad.
Por ANDREA GUERRA / EL PILÓN.
@andreaguerraperiodista