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Día del estudiante. Un poco de historia

“No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias”. Paulo Freire
Los jóvenes, enérgicos y vitales, son un grupo social que suele oxigenar y visibilizar las contradicciones y conflictos en todas las sociedades y en todos los tiempos. El saber académico, científico, humanista, artístico, adquirido en la escuela, en la universidad, desarrolla en algunos jóvenes un pensamiento crítico contra un orden establecido que no comparten, y se rebelan. La respuesta frecuente del sistema, incapaz de comprender el inconformismo juvenil, es la represión, extrema a veces.

La pasión que le imprimen los jóvenes a sus protestas los ha puesto a la vanguardia de sucesos históricos. La revuelta estudiantil europea del mayo francés de 1968 fue la movilización anticapitalista más importante después de la segunda guerra mundial. A estas protestas se sumaron obreros sindicalizados y partidos de izquierda que pusieron en jaque a De Gaulle. Esta rebeldía se extendió a otros países de Europa y América (EEUU, México, Uruguay)

En Colombia, desde comienzos del siglo XX, los estudiantes expresaron inconformidad y se rebelaron contra el gobierno dictatorial de Rafael Reyes (1904-1909). Más tarde, en junio de 1929, protestaron contra la designación como jefe de Policía, del general Cortés Vargas, responsable de la masacre de las bananeras(Ciénaga-1928).

La Guardia presidencial del gobierno de Abadía Méndez reprimió duramente la protesta y Gonzalo Bravo Páez, estudiante de derecho-Universidad Nacional, fue asesinado; su entierro determinó el fin de la hegemonía conservadora.

El 8 de junio de 1954, bajo la dictadura de Rojas Pinilla, cuando los estudiantes conmemoraban 25 años de la muerte de Bravo Páez las balas los silenciaron y otro estudiante-Uriel Gutiérrez-alumno de medicina y filosofía, fue asesinado. Crispín Villazón de Armas, entonces presidente de la FEC (Federación de Estudiantes Colombianos), presidió estas honras fúnebres. Al día siguiente, la rabia estudiantil arreció y la respuesta del gobierno fue más brutal. En la carrera séptima, centro de Bogotá, sonaron los balazos, 9 estudiantes murieron y más de 50 quedaron heridos. Los nombres de los mártires están en una placa esquinera del edificio de Comunicaciones.

En 1973, otro 8 de junio, en Medellín, el estudiante de Economía –Luís Fernando Barrientos- fue asesinado por las fuerzas represivas gubernamentales. Pero la opresión no cesa. En 2002 la respuesta a la protesta contra el recorte presupuestal en la UIS, fue la muerte de Jaime Alfonso Acosta, estudiante de Ingeniería. Otras víctimas: Gustavo Marulanda-Univ. de Antioquia; Oscar Salas-Univ. Nacional y Simón Torres alumno de secundaria en Medellín. El reciente 8 de junio, fue gravemente herido por Esmad un estudiante de la Univ. del Tolima-Ibagué.

Por todo lo ocurrido, el 8 de junio se conmemora el DÍA DEL ESTUDIANTE CAIDO. Se trata de honrar la memoria de jóvenes víctimas de la represión oficial, que lucharon por una Colombia más justa y contra la política que destina más recursos para la guerra que para la educación.

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