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Columnista - 15 junio, 2015

Día del estudiante. Un poco de historia

“No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias”. Paulo Freire Los jóvenes, enérgicos y vitales, son un grupo social que suele oxigenar y visibilizar las contradicciones y conflictos en todas las sociedades y en todos los tiempos. El saber académico, científico, humanista, artístico, adquirido en […]

“No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias”. Paulo Freire
Los jóvenes, enérgicos y vitales, son un grupo social que suele oxigenar y visibilizar las contradicciones y conflictos en todas las sociedades y en todos los tiempos. El saber académico, científico, humanista, artístico, adquirido en la escuela, en la universidad, desarrolla en algunos jóvenes un pensamiento crítico contra un orden establecido que no comparten, y se rebelan. La respuesta frecuente del sistema, incapaz de comprender el inconformismo juvenil, es la represión, extrema a veces.

La pasión que le imprimen los jóvenes a sus protestas los ha puesto a la vanguardia de sucesos históricos. La revuelta estudiantil europea del mayo francés de 1968 fue la movilización anticapitalista más importante después de la segunda guerra mundial. A estas protestas se sumaron obreros sindicalizados y partidos de izquierda que pusieron en jaque a De Gaulle. Esta rebeldía se extendió a otros países de Europa y América (EEUU, México, Uruguay)

En Colombia, desde comienzos del siglo XX, los estudiantes expresaron inconformidad y se rebelaron contra el gobierno dictatorial de Rafael Reyes (1904-1909). Más tarde, en junio de 1929, protestaron contra la designación como jefe de Policía, del general Cortés Vargas, responsable de la masacre de las bananeras(Ciénaga-1928).

La Guardia presidencial del gobierno de Abadía Méndez reprimió duramente la protesta y Gonzalo Bravo Páez, estudiante de derecho-Universidad Nacional, fue asesinado; su entierro determinó el fin de la hegemonía conservadora.

El 8 de junio de 1954, bajo la dictadura de Rojas Pinilla, cuando los estudiantes conmemoraban 25 años de la muerte de Bravo Páez las balas los silenciaron y otro estudiante-Uriel Gutiérrez-alumno de medicina y filosofía, fue asesinado. Crispín Villazón de Armas, entonces presidente de la FEC (Federación de Estudiantes Colombianos), presidió estas honras fúnebres. Al día siguiente, la rabia estudiantil arreció y la respuesta del gobierno fue más brutal. En la carrera séptima, centro de Bogotá, sonaron los balazos, 9 estudiantes murieron y más de 50 quedaron heridos. Los nombres de los mártires están en una placa esquinera del edificio de Comunicaciones.

En 1973, otro 8 de junio, en Medellín, el estudiante de Economía –Luís Fernando Barrientos- fue asesinado por las fuerzas represivas gubernamentales. Pero la opresión no cesa. En 2002 la respuesta a la protesta contra el recorte presupuestal en la UIS, fue la muerte de Jaime Alfonso Acosta, estudiante de Ingeniería. Otras víctimas: Gustavo Marulanda-Univ. de Antioquia; Oscar Salas-Univ. Nacional y Simón Torres alumno de secundaria en Medellín. El reciente 8 de junio, fue gravemente herido por Esmad un estudiante de la Univ. del Tolima-Ibagué.

Por todo lo ocurrido, el 8 de junio se conmemora el DÍA DEL ESTUDIANTE CAIDO. Se trata de honrar la memoria de jóvenes víctimas de la represión oficial, que lucharon por una Colombia más justa y contra la política que destina más recursos para la guerra que para la educación.

Columnista
15 junio, 2015

Día del estudiante. Un poco de historia

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Imelda Daza Cotes

“No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias”. Paulo Freire Los jóvenes, enérgicos y vitales, son un grupo social que suele oxigenar y visibilizar las contradicciones y conflictos en todas las sociedades y en todos los tiempos. El saber académico, científico, humanista, artístico, adquirido en […]


“No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias”. Paulo Freire
Los jóvenes, enérgicos y vitales, son un grupo social que suele oxigenar y visibilizar las contradicciones y conflictos en todas las sociedades y en todos los tiempos. El saber académico, científico, humanista, artístico, adquirido en la escuela, en la universidad, desarrolla en algunos jóvenes un pensamiento crítico contra un orden establecido que no comparten, y se rebelan. La respuesta frecuente del sistema, incapaz de comprender el inconformismo juvenil, es la represión, extrema a veces.

La pasión que le imprimen los jóvenes a sus protestas los ha puesto a la vanguardia de sucesos históricos. La revuelta estudiantil europea del mayo francés de 1968 fue la movilización anticapitalista más importante después de la segunda guerra mundial. A estas protestas se sumaron obreros sindicalizados y partidos de izquierda que pusieron en jaque a De Gaulle. Esta rebeldía se extendió a otros países de Europa y América (EEUU, México, Uruguay)

En Colombia, desde comienzos del siglo XX, los estudiantes expresaron inconformidad y se rebelaron contra el gobierno dictatorial de Rafael Reyes (1904-1909). Más tarde, en junio de 1929, protestaron contra la designación como jefe de Policía, del general Cortés Vargas, responsable de la masacre de las bananeras(Ciénaga-1928).

La Guardia presidencial del gobierno de Abadía Méndez reprimió duramente la protesta y Gonzalo Bravo Páez, estudiante de derecho-Universidad Nacional, fue asesinado; su entierro determinó el fin de la hegemonía conservadora.

El 8 de junio de 1954, bajo la dictadura de Rojas Pinilla, cuando los estudiantes conmemoraban 25 años de la muerte de Bravo Páez las balas los silenciaron y otro estudiante-Uriel Gutiérrez-alumno de medicina y filosofía, fue asesinado. Crispín Villazón de Armas, entonces presidente de la FEC (Federación de Estudiantes Colombianos), presidió estas honras fúnebres. Al día siguiente, la rabia estudiantil arreció y la respuesta del gobierno fue más brutal. En la carrera séptima, centro de Bogotá, sonaron los balazos, 9 estudiantes murieron y más de 50 quedaron heridos. Los nombres de los mártires están en una placa esquinera del edificio de Comunicaciones.

En 1973, otro 8 de junio, en Medellín, el estudiante de Economía –Luís Fernando Barrientos- fue asesinado por las fuerzas represivas gubernamentales. Pero la opresión no cesa. En 2002 la respuesta a la protesta contra el recorte presupuestal en la UIS, fue la muerte de Jaime Alfonso Acosta, estudiante de Ingeniería. Otras víctimas: Gustavo Marulanda-Univ. de Antioquia; Oscar Salas-Univ. Nacional y Simón Torres alumno de secundaria en Medellín. El reciente 8 de junio, fue gravemente herido por Esmad un estudiante de la Univ. del Tolima-Ibagué.

Por todo lo ocurrido, el 8 de junio se conmemora el DÍA DEL ESTUDIANTE CAIDO. Se trata de honrar la memoria de jóvenes víctimas de la represión oficial, que lucharon por una Colombia más justa y contra la política que destina más recursos para la guerra que para la educación.