CESAR

Desnutrición infantil en Cesar se dispara y se acerca a niveles del Chocó

La desnutrición infantil crece en Colombia; Cesar enfrenta una crisis sanitaria del hambre.

Niño menor de cinco años afectado por desnutrición aguda en el Cesar, departamento que enfrenta un aumento preocupante de casos infantiles debido a la pobreza, la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a servicios básicos de salud y nutrición. Foto: Connectas.org.

Niño menor de cinco años afectado por desnutrición aguda en el Cesar, departamento que enfrenta un aumento preocupante de casos infantiles debido a la pobreza, la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a servicios básicos de salud y nutrición. Foto: Connectas.org.

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El departamento del Cesar ocupa el octavo lugar entre 33 entidades territoriales del país en número de casos de desnutrición en menores de cinco años, según el más reciente informe del Sistema de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) para la semana epidemiológica 18 de 2025. Con 343 casos reportados hasta el 3 de mayo, el Cesar se ubica justo detrás de regiones históricamente golpeadas por la epidemia del hambre, como el Chocó, y evidencia un incremento del 5 % respecto al año anterior.

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La tendencia nacional es preocupante. En lo corrido del año, Colombia suma 7.910 casos de desnutrición aguda en niños menores de cinco años, acercándose rápidamente a los 9.038 registrados en el mismo periodo de 2024, año que marcó un máximo histórico reciente con 24.396 casos. Departamentos como Sucre, Amazonas, Magdalena, Antioquia, Risaralda, Putumayo, Norte de Santander, Boyacá, Valle del Cauca y Guaviare también muestran incrementos, pero el caso del Cesar destaca por el aumento sostenido y la concentración de casos en ciertos municipios.

Municipios en alerta de hambre

El Sivigila reporta un incremento de casos en 13 municipios del Cesar. Chiriguaná y Manaure, por ejemplo, duplicaron sus cifras respecto al año anterior, mientras que Bosconia, Gamarra y Tamalameque registraron un aumento del 100 %. El Paso y La Paz crecieron un 75 %, Aguachica un 69 % y Chimichagua un 50 %. Incluso, la capital, Valledupar, junto a Pailitas, tuvo un incremento del 33 %. El Copey y Becerril también reportan alzas, aunque menores.

Entidades territoriales con aumentos de casos en desnutrición infantil. Fuente: INS.

El perfil epidemiológico revela que uno de cada dos niños afectados es menor de un año, y cuatro de cada diez pertenecen a alguna de las cinco etnias presentes en el departamento: yukpa, arhuaco, wiwa, kankuamo y kogui. La población yukpa es la más afectada, con 83 casos, seguida de los arhuacos con 34. Además, nueve de cada diez niños desnutridos están afiliados al régimen subsidiado de salud, lo que refleja la relación entre pobreza, exclusión y desnutrición.

Casos según municipio del Cesar. Fuente: INS.

Contrario a lo que muchos piensan, más de la mitad de los casos se concentran en cabeceras municipales y centros poblados, lo que cuestiona la eficacia de las acciones articuladas entre EPS, ICBF y administraciones locales.

¿Qué es la desnutrición y cuáles son sus tipos?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la desnutrición como un estado en el que la ingesta de nutrientes es insuficiente para satisfacer las necesidades del organismo, lo que afecta el crecimiento, el desarrollo y la salud en general. Existen varios tipos de desnutrición que afectan a la población infantil. La desnutrición aguda moderada se caracteriza por una pérdida significativa de peso en poco tiempo, sin signos de complicaciones graves, y se identifica por un peso para la talla menor al esperado, pero sin edemas. Por otro lado, la desnutrición aguda severa implica una pérdida extrema de peso, presencia de edemas y un alto riesgo de muerte si no se interviene rápidamente, estos tipos son los que se presentan en el Cesar, según registra el Instituto Nacional de Salud.

Número de casos por desnutrición, según entidad territorial. Imagen: Sivigila.

El bajo peso al nacer es definido por la OMS como un peso inferior a 2.500 gramos al momento del nacimiento, es un factor de riesgo que incrementa la morbimortalidad neonatal y el riesgo de enfermedades crónicas en la vida adulta, el promedio en el Cesar es muy cerca de esa cifra, 2.700 gramos. Reducir en un 30 % los casos de bajo peso al nacer es una de las metas mundiales para 2025.

La prueba del apetito: clave para el diagnóstico y tratamiento

Una forma de determinar el diagnóstico en la atención de la desnutrición aguda es la prueba del apetito. Esta consiste en ofrecer al niño una cantidad específica de alimento terapéutico listo para consumir, bajo supervisión médica. Si el niño acepta y consume la cantidad mínima establecida según su peso, se considera que puede recibir tratamiento ambulatorio. En cambio, si rechaza el alimento o no lo consume en la cantidad esperada, se requiere hospitalización inmediata, ya que la pérdida de apetito es señal de complicaciones graves. 

En el Cesar, siete de cada diez niños con desnutrición dieron positivo a esta prueba, lo que permite un abordaje ambulatorio, aunque el reto sigue siendo la detección oportuna y la articulación de los servicios de salud, así como evitar la reincidencia de casos. Actualmente, dos de cada diez niños menores de 5 años vuelven a presentar desnutrición una vez tratados.

Retos y metas

La OMS recomienda intervenciones integrales que incluyan mejoras en la atención materna, acceso a suplementos nutricionales, agua potable y saneamiento, así como estrategias culturalmente adaptadas para poblaciones indígenas. “Identificar y priorizar a los grupos más vulnerables es fundamental para alcanzar la meta de reducir la desnutrición y el bajo peso al nacer, que en Latinoamérica afecta al 9 % de los recién nacidos”, explica el organismo.

El aumento de casos en el Cesar y en Colombia exige respuestas urgentes, sostenidas y coordinadas. El reciente Memorando Económico del País del Banco Mundial subraya que, “a pesar de los avances macroeconómicos y la estabilidad relativa de Colombia en la región, persisten profundas brechas sociales y territoriales que se reflejan en fenómenos como el hambre y la desnutrición infantil”. El informe señala que el crecimiento económico, aunque sostenido, no ha sido suficiente para cerrar las desigualdades estructurales, especialmente en departamentos apartados o con alta presencia de población indígena y rural, como el Cesar. 

Porcentaje de casos por edad. Imagen: Sivigila.

Esta realidad se traduce en que millones de colombianos, en particular los niños, siguen enfrentando dificultades para acceder a una alimentación adecuada, lo que perpetúa ciclos de pobreza y limita el desarrollo humano y el capital social del país.

El Banco Mundial advierte que la informalidad laboral y empresarial, junto con la baja productividad y la insuficiente inserción internacional de la economía, han marginado a grandes sectores de la población a empleos precarios y bajos ingresos, dificultando el acceso regular a alimentos nutritivos. Así, el hambre y la desnutrición infantil no son solo un problema de salud pública, sino también un síntoma de la falta de inclusión y equidad en el modelo de desarrollo en el Cesar y los municipios críticos.

Por: Katlin Navarro Luna / EL PILÓN

Temas tratados
  • Cesar
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