El País de España nos dice que la obra de Kahlo es “uno de los cuadros subastados más caros realizados por una mujer (…) Detrás de esta representación que, según Sotheby’s ( la gran casa de subastas) , “encapsula su preocupación permanente por la mortalidad, lo físico y las complejidades emocionales de la individualidad”, se esconde una historia que describe la abrupta salida del lienzo de México, atravesada por una desilusión amorosa. El profesor Luis-Martín Lozano, historiador en arte mexicano y latinoamericano, cuenta en videollamada a EL PAÍS que el fresco, al que define como “un autorretrato complejo”, salió del país entre los años 40 y 50, antes del decreto del Gobierno que en 1984 declaró la obra completa de Frida Kahlo como Monumento Artístico de la Nación y prohibió la salida del país de todas sus creaciones. La intención de Kahlo era deshacerse de un regalo que había pintado para el fotógrafo estadounidense Nickolas Muray, el que fuera su amante por 10 años y que, en 1939, le anunció que se iba a casar.
Aquellos años no fueron fáciles para la artista. Recién llegada de París en 1939, Kahlo recibe una noticia que la destroza. “Rivera le pide el divorcio y Frida está desolada porque no entiende por qué. Ellos tenían una relación abierta: ella sabía que [él] se metía con muchas mujeres; él, a su vez, sospechaba que ella tenía amantes. No es una relación convencional, pero el asunto es que ella se tiene que abrir camino sola y está dispuesta a hacerlo”, explica Lozano. Y tenía razones para creer. Acababa de tener una exposición en solitario en Nueva York en la que había vendido varias obras, el museo Louvre le había comprado una pintura durante su viaje a la capital francesa y, además, tenía a Nick. “Él es un soporte, es un hombre que la quiere y que no le pide nada a cambio”, relata el experto, que matiza: “Entre comillas, porque, en realidad, Nick se hubiera casado con Frida si Frida hubiera tenido la capacidad de dejar a Diego”.
La noticia del casamiento de Muray toma desprevenida a Kahlo, que para entonces estaba por terminar El sueño (la cama), un regalo para agradecerle su apoyo tanto emocional como económico a lo largo de los años”.
Y continúa la historia. “En algún momento, el fresco sí es exhibido para su venta en la Galería Misrachi, de donde es adquirido por un hombre llamado Luis de Hoyos. “No sabemos mucho de él. Lo que sabemos es que él venía a México y le encantaba pescar”, comenta Lozano. Y es precisamente De Hoyos el que explica, de alguna manera, la posterior aparición de la obra fuera del país. “Cuando él fallece en su casa en Estados Unidos, cerca de Nueva York, entre los cuadros que le van a dar a Sotheby’s estaba éste”, cuenta el experto. El resto es historia. El 9 de mayo de 1980, la casa de subastas lo vende a un comprador privado y, el pasado 20 de noviembre, el lienzo fue visto nuevamente después de 45 años”’.
“Anna Di Stasi, directora de Arte Latinoamericano en Sotheby’s, dijo a ese diario “Ya llevamos una década construyendo un mercado de arte primordialmente liderado por mujeres, muchas de ellas latinoamericanas que han encontrado una proyección importante, a precios impensables hace 15 años, sobre su producción artística”, detalla. La también vicepresidenta senior de Sotheby’s considera que “estas subastas establecen un conocimiento que antes no había sobre la región y sobre el patrimonio cultural de un continente”.
En ARTVA no ha dejado de sorprender la fuerte irrupción de la mujer en el arte, que se expresa en todos los ámbitos de la cultura; ya es extendida en profesiones y oficios de la sociedad, las empresas, la academia y las instituciones públicas y privadas.











