EDUCACION

Crisis en subsede del colegio San Joaquín de Valledupar: 300 niños afectados por aguas negras y abandono oficial

Las clases en el colegio San Joaquín El Paraíso se ven afectadas por aguas negras y mala infraestructura, poniendo en riesgo la educación de los niños.

Los salones donde estudian niños de primero a quinto de primaria tienen pupitres dañados y las paredes de drywall están agujereadas. Foto: EL PILÓN.

Los salones donde estudian niños de primero a quinto de primaria tienen pupitres dañados y las paredes de drywall están agujereadas. Foto: EL PILÓN.

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La problemática que afecta a cerca de 300 estudiantes de la subsede El Paraíso, anexo del colegio San Joaquín de Valledupar, va más allá del deterioro físico y la contaminación ambiental por aguas negras rebosadas. Se trata también de una crisis de gestión municipal e infraestructura agravada por la condición jurídica del predio que dificulta la intervención directa de las autoridades y afecta la continuidad educativa.

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La comunidad de El Paraíso, al oriente de la capital del Cesar, lamenta que los políticos solo visiten el barrio durante las campañas electorales, cuando buscan votos, pero una vez pasado ese momento se olvidan por completo de las necesidades reales del sector. “Nos vienen a buscar solo para pedir el voto y después desaparecen, dejando intactos los problemas que vivimos día a día”, denuncian los habitantes.

“Tierra de nadie”: la compleja situación legal del colegio

Según testimonios de representantes y docentes, la escuela opera bajo la modalidad de comodato, un régimen en el cual el colegio presta el espacio físico pero no es una sede principal de la Secretaría de Educación con titularidad total ni facultades claras para gestionar su mantenimiento.

Patio de recreo del colegio anexo San Joaquín en El Paraíso, donde los juegos infantiles están envejecidos y dañados, mientras que árboles caídos durante la reciente ola invernal afectaron las tejas de un salón de cuarto grado y baños. Foto: EL PILÓN.

“Esto genera un problema grave porque no es una sede oficial para que la Secretaría pueda intervenir directamente. Es tierra de nadie, porque aunque pertenece al colegio, no tiene la categoría de sede principal”, explica un docente que prefiere reservar su nombre.

“Nosotros prestamos el espacio y la Secretaría presta el servicio educativo. Hubo un acuerdo con la Secretaría para que se encargaran del mantenimiento, pero no sabemos si eso está formalizado. El anterior representante falleció y no tenemos la documentación que respalde los compromisos”, añadió.

La falta de documentos oficiales pone en jaque cualquier gestión clara y sostenible para resolver las múltiples deficiencias.

Problemas de alcantarillado e infraestructura

Uno de los principales retos que enfrenta el colegio es la ausencia de red de alcantarillado. “Aquí no hay alcantarillado sino pozos artesanales. Propuse que el colegio se independice haciendo un pozo artesanal grande para las aguas negras del colegio y que un operario externo lo mantenga”, relata el presidente de la JAC El Paraíso, Álvaro Hurtado.

Acequia de aguas negras y pozo rebosado que rodea el colegio. Foto: EL PILÓN.

Sin embargo, esta propuesta no ha podido ser implementada por falta de recursos y apoyo institucional. “Incluso sugerí eliminar los baños actuales y hacerlos en otra zona, buscando colaboración con la comunidad para liberarnos del problema”.

Acequia de aguas negras y pozo rebosado que rodea el colegio. Foto: EL PILÓN.

El colegio aisló su agua hasta la acequia, pero este trabajo quedó mal hecho y el agua se devuelve provocando el rebose y malos olores en las aulas y casas aledañas. “El mantenimiento debe hacerse cada 20 días, pero ni el colegio ni la comunidad tienen los recursos suficientes. Recogemos colaboraciones para limpiar, pero es insuficiente”. 

Voces de la comunidad

Álvaro Hurtado, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) El Paraíso, y Aide Lazcaro, líder comunitaria y representante de Red Panas, han sido las principales voces en denunciar la grave situación que afecta al colegio anexo San Joaquín, subsede El Paraíso. Ambos coinciden en que el problema de las aguas negras desbordadas y la falta de alcantarillado no es nuevo, sino que se ha venido agravando con el aumento de la población y la ocupación irregular de los barrios en los alrededores

Según Lazcaro, “la acequia se tapa constantemente por la acumulación de basura y las alcantarillas están colapsadas, lo que provoca que el agua sucia regrese a las casas y al colegio, afectando la salud de todos“. La líder enfatiza que la comunidad ha tenido que asumir gastos recurrentes para limpiar la acequia y las alcantarillas, con costos que oscilan entre 100 y 180 mil pesos cada vez, pero sin el apoyo suficiente de las autoridades.

Ambos líderes comunitarios hacen un llamado urgente para que las autoridades municipales y departamentales asuman su responsabilidad y garanticen un acceso digno y seguro a la educación para los niños. Lazcaro resalta: “Este colegio es la única opción para muchos niños de barrios vulnerables, y no podemos permitir que pierdan clase o estudien en condiciones insalubres que afectan su futuro“. La comunidad espera que esta denuncia sirva para activar respuestas concretas frente a una crisis que ya lleva años sin solución.

Impacto en la educación: horario flexible y precariedad

El docente comparte las medidas adoptadas para paliar el impacto sobre los estudiantes: “Hemos aplicado un horario flexible con clases de 40 minutos —en lugar de 50— para cumplir las cinco horas que exige el gobierno, pero que permita que los niños salgan antes cuando el olor a aguas negras se intensifica. Esto es un riesgo para su salud porque el baño queda en condiciones insalubres y es el lugar donde también comen”.

El techo de los baños de los niños tiene grietas causadas por la caída de ramas, cuando llueve los niños que usan los baños se mojan. Foto: EL PILÓN.

El presupuesto y las regalías llegan solo a la sede principal, lo que limita el margen de maniobra local. “Nosotros como comunidad y docentes llegamos hasta donde la ley y los recursos nos permiten”.

Niños vulnerables con grandes retos

El docente detalla la difícil realidad de los estudiantes y sus familias, muchos de los cuales viven en condiciones precarias vinculadas a actividades informales como el reciclaje. “Vi a dos niños salir después de clase con su abuelo en una carretilla recogiendo materiales reciclables. Viven del día a día, en un contexto vulnerable que amerita mayor apoyo estatal”.

Responsabilidad institucional

La comunidad y los docentes buscan señalar la falta de compromiso real por parte de las autoridades para atender un problema de vieja data que se agrava en tiempos de lluvias y que pone en riesgo la salud y educación de cientos de niños.

Esto no puede seguir igual. Necesitamos que la Secretaría de Educación y las entidades correspondientes asuman su responsabilidad, formalicen acuerdos, financien las mejoras y garanticen condiciones dignas para todos los estudiantes”, concluye el presidente de la JAC El Paraíso.

EL PILÓN buscó comunicarse con la Secretaría de Educación de Valledupar para indagar sobre su conocimiento acerca de la problemática y conocer los proyectos previstos para solucionar la crisis que afecta a 300 niños de primaria; sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se recibió respuesta.

Katlin Navarro Luna/EL PILÓN

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