Un vigilante mató a su excompañera sentimental y luego se habría suicidado.
Crimen pasional en el barrio Las Manuelitas. Un vigilante mató a su excompañera sentimental y luego se habría suicidado.
La relación de seis años entre Zoila Escalante Arenas, una humilde mesera y Emiro José Peña Castillo, vigilante, terminó en un aterrador crimen que es materia de investigación por parte de las autoridades. La pareja hacía tres meses se había separado y de acuerdo con el reporte preliminar, el hombre de 35 años acabó con la vida de la mesera de 30 años y luego se suicidó.
Sin embargo, los familiares no creen en esta versión y piden que se investigue a fondo el caso, porque al parecer, el cadáver de Emiro presentaba varios impactos de bala en la cabeza.
“Estamos esperando los resultados de la necropsia para ver si él fue quien se disparó o otras personas alcanzaron a dispararle”, dijo Mario Marenco, minutos después de ocurrido el homicidio. Además explicó que su familiar tenía problemas sentimentales. “Me contó que tenía problemas con la muchacha y estaba obstinado que si no era para él para nadie”.
El aterrador crimen ocurrió a las 2:30 de la tarde, en la carrera 24 con calle 35, en casa de un hermano de la mujer asesinada, donde estaba radicada tras la separación. “Ella estaba en el cuarto y él aprovechando que la puerta estaba abierta entró y al rato se escucharon los tiros”, dijo uno de los habitantes del sector, quien pidió reserva de su identidad.
Agregó que en un desesperado intento por salvar la vida de la mujer, la trasladaron herida con dos impactos de bala al Hospital ‘Eduardo Arrendondo Daza’ sede San Martín, donde llegó sin signos vitales. Mientras que Emiro murió mientras recibía atención médica en el Hospital Rosario Pumarejo de López.
¿Qué dicen las autoridades?
El Mayor Jonhy Padilla, comandante del Primer Distrito de Policía Valledupar, dijo que los móviles del crimen son pasionales.
“El joven se retira de su actividad laboral, directamente llega a la residencia de su excompañera sentimental; allí ingresa y sin mediar palabras la impacta en dos ocasiones y éste a su vez se dispara”, precisó el oficial.
El levantamiento del cadáver estuvo a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía, que lo trasladó a las instalaciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde se aclararan las causas de la muerta y las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrió el doble homicidio.
EL PILÓN conoció que minutos antes de la muerte de Emiro José Peña Castillo, fueron sustraídos seis millones de pesos de la entidad que él custodiaba como vigilante, en la calle 16 con carrera 19E del barrio La Popa. Las autoridades investigan si el robo tiene alguna relación con la muerte del vigilante.
Perfiles
Emiro José Peña Castillo, de 35 años, natural de Valledupar, trabajaba como vigilante en una empresa de recaudo de Electricaribe. Residía en el barrio La Victoria y no tuvo hijos con Zoila, pero sí dejó seis hijos con diferentes mujeres.
Zoila Escalante Arenas, de 30 años, era del corregimiento Aguas Blancas, y trabaja de mesera en una pizzería del norte de Valledupar. No tuvo hijos.
“Me contó que tenía problemas con la muchacha, estaba obstinado que si no era para él, no era para nadie”: Mario Marenco, familiar.
Un vigilante mató a su excompañera sentimental y luego se habría suicidado.
Crimen pasional en el barrio Las Manuelitas. Un vigilante mató a su excompañera sentimental y luego se habría suicidado.
La relación de seis años entre Zoila Escalante Arenas, una humilde mesera y Emiro José Peña Castillo, vigilante, terminó en un aterrador crimen que es materia de investigación por parte de las autoridades. La pareja hacía tres meses se había separado y de acuerdo con el reporte preliminar, el hombre de 35 años acabó con la vida de la mesera de 30 años y luego se suicidó.
Sin embargo, los familiares no creen en esta versión y piden que se investigue a fondo el caso, porque al parecer, el cadáver de Emiro presentaba varios impactos de bala en la cabeza.
“Estamos esperando los resultados de la necropsia para ver si él fue quien se disparó o otras personas alcanzaron a dispararle”, dijo Mario Marenco, minutos después de ocurrido el homicidio. Además explicó que su familiar tenía problemas sentimentales. “Me contó que tenía problemas con la muchacha y estaba obstinado que si no era para él para nadie”.
El aterrador crimen ocurrió a las 2:30 de la tarde, en la carrera 24 con calle 35, en casa de un hermano de la mujer asesinada, donde estaba radicada tras la separación. “Ella estaba en el cuarto y él aprovechando que la puerta estaba abierta entró y al rato se escucharon los tiros”, dijo uno de los habitantes del sector, quien pidió reserva de su identidad.
Agregó que en un desesperado intento por salvar la vida de la mujer, la trasladaron herida con dos impactos de bala al Hospital ‘Eduardo Arrendondo Daza’ sede San Martín, donde llegó sin signos vitales. Mientras que Emiro murió mientras recibía atención médica en el Hospital Rosario Pumarejo de López.
¿Qué dicen las autoridades?
El Mayor Jonhy Padilla, comandante del Primer Distrito de Policía Valledupar, dijo que los móviles del crimen son pasionales.
“El joven se retira de su actividad laboral, directamente llega a la residencia de su excompañera sentimental; allí ingresa y sin mediar palabras la impacta en dos ocasiones y éste a su vez se dispara”, precisó el oficial.
El levantamiento del cadáver estuvo a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía, que lo trasladó a las instalaciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde se aclararan las causas de la muerta y las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrió el doble homicidio.
EL PILÓN conoció que minutos antes de la muerte de Emiro José Peña Castillo, fueron sustraídos seis millones de pesos de la entidad que él custodiaba como vigilante, en la calle 16 con carrera 19E del barrio La Popa. Las autoridades investigan si el robo tiene alguna relación con la muerte del vigilante.
Perfiles
Emiro José Peña Castillo, de 35 años, natural de Valledupar, trabajaba como vigilante en una empresa de recaudo de Electricaribe. Residía en el barrio La Victoria y no tuvo hijos con Zoila, pero sí dejó seis hijos con diferentes mujeres.
Zoila Escalante Arenas, de 30 años, era del corregimiento Aguas Blancas, y trabaja de mesera en una pizzería del norte de Valledupar. No tuvo hijos.
“Me contó que tenía problemas con la muchacha, estaba obstinado que si no era para él, no era para nadie”: Mario Marenco, familiar.