Desde la segunda mitad del siglo XX, el departamento del Cesar ha sido escenario de profundas transformaciones sociales, ambientales, productivas y económicas. Al tiempo, ha sido un territorio signado en varios periodos por la violencia, y en el que el desarrollo productivo no se ha traducido necesariamente en disminución de la desigualdad y de la exclusión social.
Sin embargo, en medio de estos desafíos, ciudadanos y ciudadanas del Cesar han decidido en el pasado encontrarse, escucharse y construir juntos visiones compartidas del territorio.
Así lo demuestran tres experiencias distintas —aunque profundamente conectadas— de diálogo improbable que, entre 2017 y 2023, han dado lugar a acuerdos entre personas diversas con incidencia en el departamento. Estas experiencias han surgido gracias a la convocatoria de actores de la región y a la conducción metodológica cuidadosa y paciente de la Plataforma Diálogos Improbables.
La primera experiencia tuvo lugar en 2017, con la creación del Grupo de Diálogo Improbable para la convivencia y la reconciliación en el Cesar. Ciudadanos de distintos sectores, muchos de ellos víctimas del conflicto armado, se reunieron para identificar los retos de la región en torno a la convivencia, la justicia y el tejido social. De ese proceso surgió un decálogo de principios que apelan al respeto por la vida, el valor del diálogo, la lucha contra la corrupción, el respeto por lo público, la inclusión, y la reconciliación con la naturaleza. Fue un llamado a sanar el pasado para imaginar un futuro distinto.
Cinco años después, en 2022, otro grupo ciudadano —esta vez conformado por líderes sociales, empresarios, académicos, representantes de comunidades étnicas y sindicalistas— se reunió para reflexionar sobre el futuro del corredor minero del Cesar. De este proceso de diálogo improbable resultó un acuerdo que identifica desafíos que van más allá de la economía del carbón: propone un nuevo pacto de gobernanza territorial, basado en la corresponsabilidad, la información transparente sobre las acciones que requiere el territorio, el fortalecimiento institucional, la diversificación productiva y el protagonismo juvenil. Se trata de aprovechar la crisis como oportunidad para redefinir el rumbo productivo y social del departamento.
La tercera experiencia, más reciente, se dio en 2023 con el Grupo de Diálogo Improbable de Jóvenes del Cesar, centrado en las implicaciones sociales y económicas de la transición minero-energética. Jóvenes de distintas procedencias políticas, étnicas y territoriales se sentaron a dialogar sobre el presente y el futuro de su región. Reconocieron la necesidad de una transición justa e incluyente, se comprometieron con la pedagogía acerca de la transición, la veeduría ciudadana y la articulación intergeneracional, y apostaron por seguir ampliando las voces del diálogo en el departamento.
Aunque los temas varían —reconciliación, transformación productiva, transición energética—, los tres acuerdos comparten principios y metodologías. Todos parten del reconocimiento de la diversidad como riqueza y del diálogo como herramienta para superar desconfianzas históricas. Todos promueven una participación amplia, deliberativa y propositiva, que trasciende las fronteras ideológicas y generacionales, de modo tal que el futuro del departamento se construya desde el territorio, con inclusión amplia de actores diversos. Y todos comparten una premisa profunda: la violencia, en sus diferentes manifestaciones, no puede ser el modo de trámite de los conflictos de nuestra sociedad y debe ser erradicada y cambiada por el diálogo y la inclusión.
Estas experiencias no solo han producido documentos valiosos: han demostrado que, incluso en contextos complejos, es posible imaginar acuerdos improbables entre actores insospechados. Esta experiencia del Cesar ofrece al país pistas, lecciones y esperanza acerca de cómo hallar salidas sostenibles a sus múltiples conflictos.
Estos procesos han demostrado que el diálogo no es ingenuo ni decorativo. Es, por el contrario, una herramienta poderosa de construcción democrática. Hoy por hoy, el departamento ve con preocupación la escalada de la violencia en varias partes de su territorio, y su rezago en el asunto estratégico de la transición energética, a la vez que parece ser testigo pasivo del deterioro de sus indicadores de bienestar social, así como de la legitimidad y efectividad de sus liderazgos y su institucionalidad. Por estas razones, es urgente que el diálogo se active de nuevo. En el Cesar hemos construido capacidades de escucha y deliberación que pueden orientar una conversación amplia sobre cómo construir un futuro sostenible y libre de violencia para nuestra región.
El Grupo de Diálogo Improbable del Cesar propone
A los cesarenses y al país, los siguientes principios de convivencia:
01
La vida es sagrada
Respetar la vida en todas sus manifestaciones, y la dignidad humana, por encima de cualquier interés o justificación.
02
La No-violencia es la opción
Condenar la violencia en todas sus expresiones, venga de donde venga, y rechazarla como método para resolver los conflictos sociales.
03
Las diferencias son nuestra mayor riqueza
Reconocer, respetar y aceptar las diferencias ideológicas, culturales, étnicas, políticas, religiosas, territoriales, de género y de edad, como base para la construcción de un desarrollo incluyente del Cesar, sin discriminación de ninguna índole.
Proteger el derecho que tiene cada uno a expresar sus ideas y a disentir, sin que ello traiga señalamiento, discriminación o censura.
04
El diálogo es el camino
Acoger el diálogo sincero y respetuoso como el único camino para la convivencia, la construcción de visiones compartidas, la resolución pací ca de los conflictos, la integración, la cooperación; y para reconocer y garantizar los derechos y deberes ciudadanos.
05
La participación fortalece la democracia Participar activamente en los diferentes espacios democráticos para la reconstrucción de la confianza, el pluralismo, la inclusión y la solidaridad.
06
La promoción del pensamiento crítico
Promover el pensamiento crítico, reflexivo e innovador frente a las diversas realidades, situaciones y asuntos que interesan a los cesarenses, a través de la investigación e información adecuada, con espacios de deliberación pública para formar opiniones con criterio propio, independientes, lejos de verdades impuestas y de visiones únicas.
07
Lo público se respeta
Rechazar la corrupción. Promover el respeto por lo público, donde el bienestar de todos prevalezca sobre los intereses particulares, trabajar para que las instituciones recuperen la credibilidad y eficacia, y actuar con transparencia, legalidad y ética en todos los escenarios de la vida.
08
Igualdad de derechos
Reconocer y respetar los derechos de todas las personas, pueblos y grupos poblacionales del Cesar, sin discriminación o exclusión alguna, asegurando condiciones de vida digna, y el acceso a bienes y servicios públicos en equidad y con igualdad de oportunidades.
09
La naturaleza se respeta
Recuperar y conservar el medio ambiente del Cesar, especialmente el agua, la flora y fauna nativas, protegiendo la Serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta y el complejo cenagoso de La Zapatosa. Esto haciendo uso racional de nuestros recursos naturales, reduciendo, mitigando y compensando los impactos del cambio climático y los daños causados por la minería, la agricultura y ganadería.
10
La cultura como fuente de cohesión
Promover diversas manifestaciones culturales y artísticas en el Cesar, como medio de reconstrucción de la confianza y del tejido social, y de incentivar el desarrollo humano en la región; renovar las formas de vivir, pensar, comunicar y relacionarse, facilitando la convivencia y la reconciliación.
POR: DIÁLOGOS IMPROBABLES.
