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Cesar registra 22 presuntos feminicidios y es noveno en el país, según Policía

A corte del 30 de junio de 2025, el Cesar registra 22 presuntos feminicidios, ubicándose en el puesto 9 a nivel nacional según el SIEDCO.

Regularmente colectivos y organizaciones de mujeres en el Cesar se pronuncian en contra de la violencia de género. Foto: Jesús Ochoa.

Regularmente colectivos y organizaciones de mujeres en el Cesar se pronuncian en contra de la violencia de género. Foto: Jesús Ochoa.

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Según datos recientes del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (SIEDCO), a corte del 30 de junio de 2025, en el departamento del Cesar se han registrado 22 presuntos feminicidios. Esta cifra ubica al Cesar en el puesto 9 entre las 33 unidades territoriales del país que incluyen Bogotá D.C., que lidera con 59 casos. El primer lugar lo ocupa el Valle del Cauca con 79 presuntos feminicidios.

Leer: Feminicidios en el Cesar: más allá de “celos” y “pasión”

La tasa de presuntos feminicidios en el Cesar, calculada en relación con el número de habitantes, es de 1.55 por cada cien mil mujeres, lo que indica que dos mujeres por cada 300.000 habitantes femeninos podrían ser víctimas de este delito. Este dato, aunque menor que en los departamentos más afectados, revela una problemática que demanda atención de las instituciones y gobiernos locales.

El término “presunto feminicidio”

A nivel legal, un presunto feminicidio es la investigación inicial de la muerte violenta de una mujer en la que existen indicios o circunstancias que sugieren que el motivo del crimen podría estar relacionado con su condición de ser mujer, es decir, por razones de género. La Ley 1761 de 2015 en Colombia define el feminicidio como el asesinato de una mujer “por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género”, contemplando una serie de situaciones que pueden anteceder o concurrir con la muerte, como relaciones previas de violencia física, sexual o psicológica, opresión sobre la autonomía de la mujer, o utilización de relaciones de poder o de dominio.

Se utiliza la expresión “presunto feminicidio” porque la calificación definitiva solo se determina después de la investigación judicial. Inicialmente, toda muerte violenta de una mujer debe ser tratada como posible feminicidio para garantizar la adecuada investigación con perspectiva de género, conforme a lineamientos internacionales y nacionales, aunque no todo homicidio de mujer será tipificado penalmente como feminicidio si no se comprueban el móvil y los elementos exigidos en la ley.

La Gobernación del Cesar realizó una reunión en El Copey con los enlaces municipales y sectoriales para abordar de manera directa la violencia sexual y la violencia basada en género. De esta manera, se ha activado el Plan de Acción del Mecanismo Articulador Departamental en los municipios priorizados, como El Copey. Teniendo en cuenta que se han reportado 22 casos de presuntos feminicidios en lo que va del año. EL PILÓN intentó contactarse con la Oficina Departamental de la Mujer, pero no obtuvo respuesta sobre la reunión y las acciones que se están tomando.

La violencia de género en la sociedad vallenata

Las cifras de presuntos feminicidios representan solo la punta del iceberg. Hasta el mes de julio, el Instituto Nacional de Salud reportó 263 casos de violaciones a mujeres en el departamento, de los cuales 147 corresponden a menores entre 12 y 17 años. La mayoría de estos hechos ocurren en el estrato socioeconómico 1, con 241 casos registrados, y el 36% de los casos se concentran en Valledupar.

Presuntos feminicidios en Colombia a corte del 30 de junio del 2025. Imagen: Siedco.

En cuanto a la violencia física, el número de mujeres afectadas se duplica, alcanzando 591 casos de agresiones frecuentes por parte de parejas o familiares. Las mujeres entre 18 y 39 años son las más vulnerables, con 481 registros en este rango etario. Nuevamente, la mayoría de los casos se concentran en la población de estrato 1, con 567 reportes, evidenciando una fuerte relación entre violencia y condición socioeconómica.

Es así como el feminicidio, según la definición legal en Colombia y lineamientos internacionales, es el asesinato de mujeres motivado por su condición de género, típicamente precedido o acompañado por violencia física, sexual y psicológica. Así, la violencia física reiterada y las violaciones son señales probatorias clave que, cuando no son atendidas con efectividad, pueden conducir al feminicidio. 

La epidemiología de esta violencia en departamentos como Cesar y ciudades como Valledupar evidencia la crítica necesidad de fortalecer la respuesta institucional desde lo territorial para interrumpir este ciclo.

Presuntos feminicidios hasta demostrar el feminicidio

Para profundizar en el entendimiento de esta problemática, EL PILÓN entrevistó a Shirley Silva, abogada penalista y docente en la Fundación Universitaria del Área Andina, experta en derecho penal criminológico y comprometida con la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Sobre las diferencias legales clave entre feminicidio y presuntos feminicidios, Silva aclara que el feminicidio requiere demostrar que la muerte de una mujer está motivada por su condición de género, en un contexto de discriminación y dominación. Cuando la violencia se enmarca en intentos de control o sometimiento sobre la mujer, y existe un historial de violencia sexual o emocional, se configura feminicidio.

Respecto a la judicialización, Silva indica que en sentencias recientes de la Corte Suprema de Justicia han insistido en la necesidad de una investigación contextualizada que identifique la discriminación de género como factor fundamental para la correcta calificación del delito.

La abogada insiste que para avanzar en la reducción del feminicidio en el Cesar y en todo el país, es indispensable enfrentar la cultura patriarcal, fortalecer la capacitación con perspectiva de género en todas las instancias judiciales y brindar a las víctimas un trato digno y efectivo: “La gran barrera para el acceso a la justicia es la falta de implementación real del enfoque de derechos humanos en la investigación y juzgamiento, y es necesario desarraigar esos prejuicios machistas que aún limitan el reconocimiento pleno de las mujeres como sujetos de derecho”, concluye.

Estas cifras evidencian que la problemática del feminicidio en el Cesar no solo es un número en estadísticas sino una realidad compleja que requiere acciones integrales, desde políticas públicas hasta cambios estructurales en la cultura y en las instituciones. 

Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN

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