En una trampa mortal para los vehículos de tracción animal se han convertido los sistemas de desagüe ubicados frente al conjunto cerrado Rosario Norte I, en la avenida Sierra Nevada.
La comunidad del conjunto residencial Rosario Norte I, vive un constante drama por el número de caballos que quedan atrapados en las rejillas de desagüe del sector, debido al pronunciado espacio de las divisiones de estas. Según los ciudadanos esta semana otro animal fue víctima de las rejillas al introducir su pata en las rejas del sistema pluvial.
Los vehículos de tracción animal que transitan por la avenida Sierra Nevada, se exponen al peligro de quedar atrapados a diario. No solo los caballos son los afectados de estas trampas de desagüe; ciclistas, mototaxistas y peatones caminan con temor sobre ellas porque son demasiado anchas. Su extensión supera las medidas recomendadas para no ser un riesgo para la ciudadanía y los animales.
Según los habitantes del conjunto residencial Rosario Norte I, el problema es tan grave que las llantas de las bicicletas se quedan atascadas entre los espacios que dividen una de otra. Además, afirman que el pie de un peatón recientemente quedo atrapado en el alcantarillado por varios minutos y presentó laceraciones en la extremidad.
Junto a la peligrosidad de las rejillas de la avenida Sierra Nevada, hay una alcantarilla dañada que según los ciudadanos el brote de aguas residuales ha sido constante durante todo el año. Los habitantes del sector se quejan de esta problemática por el fétido olor y la poca sanidad en el centro de la vía.
El agua sucia llega a la acequia Mercedes, pasa por el Divino Niño, Villa Taxi y la ciudadela 450 años. La comunidad afirma que la presencia de Emdupar ha sido inconstante frente a esta problemática, por ello llevan más de un año con el brote de agua y desde la fundación de la avenida con el peligro.
Los dueños de los vehículos de tracción animal que todavía circulan por la ciudad, se niegan a dejar de transitar por la avenida porque alegan según vecinos del sector, que es una vía que ellos necesitan para trabajar. Debido a esto exponen a los animales al riesgo de perder una pata y hacerse daño cuando caen en las rejillas.
El proceso de la reconversión laboral que inició su ejecución en el año 2016, sigue sin concretarse a pesar de haber un contrato para unas licitaciones con la Asociación de Vehículos de Tracción Animal de Valledupar. Así lo afirman Fredy Márquez y Elías Castañeda, miembros del gremio quienes fueron a la alcaldía en busca de una respuesta frente al vencimiento del certificado presupuestal que les dieron el 7 de octubre, después de largas conversaciones con la administración de la ciudad.
En dicho documento está estipulado el presupuesto de 343 millones de pesos aproximadamente para la reconversión laboral de estos ciudadanos.
El certificado vence el 31 de diciembre del presente año, hecho que preocupa a los carremuleros porque hasta ahora no han recibido algún tipo de ayuda para dejar de utilizar estos semovientes como instrumento de trabajo.
Debido a la problemática laboral en la que continúan estos ciudadanos, los caballos siguen siendo el medio de trabajo para obtener el sustento para sus familias. Los miembros de la segunda fase están a la espera de una pronta respuesta para definir el proceso de reconversión laboral, antes de que venza el certificado presupuestal el 31 de este mes.
Los caballos son las victimas principales de la tardanza en la reconversión laboral, de calles abandonadas, amos violentos y sistemas de desagües peligrosos. Esta modalidad de trabajo que tiene más de 80 años en la capital cesarense, es sancionada por el Código Nacional de Policía. Sin embargo el maltrato que padecen estos animales no ha mermado los últimos años.
Son azotados en vías públicas mientras arrastran cargas pesadas, están en estados de desnutrición y con pesos que superan sus capacidades. La explotación a la que los dueños de estos animales los someten es una problemática que los defensores de los animales han catalogado de criminal e intolerante que merece años de cárcel.
El desempleo en la ciudad es la justificación que dan los trabajadores de tracción animal, para el mantenimiento de esta forma de trabajo que sobreexige esfuerzo en estos animales que en su mayoría no son remunerados con buenos tratos.
El diseño y construcción de las rejillas ubicadas en la avenida Sierra Nevada no fue realizado por la Empresa de Servicios Públicos Acueducto y Alcantarillado de Valledupar, Emdupar, asegura el jefe de Gestión Técnica.
Este fue un proyecto del municipio de Valledupar, en el que no se trabajó en conjunto con Emdupar para la pavimentación del sector ni un estudio en la capacidad de la tubería, esto ha provocado el brote de agua en la avenida y que cada vez que llueva el conjunto cerrado Rosario Norte I, se rebose de aguas.
La peligrosidad de las rejillas para peatones, ciclistas y vehículos de tracción animal, continuará debido a que hasta el momento no hay una autoridad local que pueda proponer una solución para acabar con los accidentes que se presentan en la avenida. La comunidad seguirá a la espera de una medida por parte de la alcaldía, para que el brote de agua termine y al pendiente de avisar a los carremuleros que transiten por la vía del peligro de las rejillas pluviales.
POR: NAMIEH BAUTE BARRIOS/ EL PILÓN
[email protected]
En una trampa mortal para los vehículos de tracción animal se han convertido los sistemas de desagüe ubicados frente al conjunto cerrado Rosario Norte I, en la avenida Sierra Nevada.
La comunidad del conjunto residencial Rosario Norte I, vive un constante drama por el número de caballos que quedan atrapados en las rejillas de desagüe del sector, debido al pronunciado espacio de las divisiones de estas. Según los ciudadanos esta semana otro animal fue víctima de las rejillas al introducir su pata en las rejas del sistema pluvial.
Los vehículos de tracción animal que transitan por la avenida Sierra Nevada, se exponen al peligro de quedar atrapados a diario. No solo los caballos son los afectados de estas trampas de desagüe; ciclistas, mototaxistas y peatones caminan con temor sobre ellas porque son demasiado anchas. Su extensión supera las medidas recomendadas para no ser un riesgo para la ciudadanía y los animales.
Según los habitantes del conjunto residencial Rosario Norte I, el problema es tan grave que las llantas de las bicicletas se quedan atascadas entre los espacios que dividen una de otra. Además, afirman que el pie de un peatón recientemente quedo atrapado en el alcantarillado por varios minutos y presentó laceraciones en la extremidad.
Junto a la peligrosidad de las rejillas de la avenida Sierra Nevada, hay una alcantarilla dañada que según los ciudadanos el brote de aguas residuales ha sido constante durante todo el año. Los habitantes del sector se quejan de esta problemática por el fétido olor y la poca sanidad en el centro de la vía.
El agua sucia llega a la acequia Mercedes, pasa por el Divino Niño, Villa Taxi y la ciudadela 450 años. La comunidad afirma que la presencia de Emdupar ha sido inconstante frente a esta problemática, por ello llevan más de un año con el brote de agua y desde la fundación de la avenida con el peligro.
Los dueños de los vehículos de tracción animal que todavía circulan por la ciudad, se niegan a dejar de transitar por la avenida porque alegan según vecinos del sector, que es una vía que ellos necesitan para trabajar. Debido a esto exponen a los animales al riesgo de perder una pata y hacerse daño cuando caen en las rejillas.
El proceso de la reconversión laboral que inició su ejecución en el año 2016, sigue sin concretarse a pesar de haber un contrato para unas licitaciones con la Asociación de Vehículos de Tracción Animal de Valledupar. Así lo afirman Fredy Márquez y Elías Castañeda, miembros del gremio quienes fueron a la alcaldía en busca de una respuesta frente al vencimiento del certificado presupuestal que les dieron el 7 de octubre, después de largas conversaciones con la administración de la ciudad.
En dicho documento está estipulado el presupuesto de 343 millones de pesos aproximadamente para la reconversión laboral de estos ciudadanos.
El certificado vence el 31 de diciembre del presente año, hecho que preocupa a los carremuleros porque hasta ahora no han recibido algún tipo de ayuda para dejar de utilizar estos semovientes como instrumento de trabajo.
Debido a la problemática laboral en la que continúan estos ciudadanos, los caballos siguen siendo el medio de trabajo para obtener el sustento para sus familias. Los miembros de la segunda fase están a la espera de una pronta respuesta para definir el proceso de reconversión laboral, antes de que venza el certificado presupuestal el 31 de este mes.
Los caballos son las victimas principales de la tardanza en la reconversión laboral, de calles abandonadas, amos violentos y sistemas de desagües peligrosos. Esta modalidad de trabajo que tiene más de 80 años en la capital cesarense, es sancionada por el Código Nacional de Policía. Sin embargo el maltrato que padecen estos animales no ha mermado los últimos años.
Son azotados en vías públicas mientras arrastran cargas pesadas, están en estados de desnutrición y con pesos que superan sus capacidades. La explotación a la que los dueños de estos animales los someten es una problemática que los defensores de los animales han catalogado de criminal e intolerante que merece años de cárcel.
El desempleo en la ciudad es la justificación que dan los trabajadores de tracción animal, para el mantenimiento de esta forma de trabajo que sobreexige esfuerzo en estos animales que en su mayoría no son remunerados con buenos tratos.
El diseño y construcción de las rejillas ubicadas en la avenida Sierra Nevada no fue realizado por la Empresa de Servicios Públicos Acueducto y Alcantarillado de Valledupar, Emdupar, asegura el jefe de Gestión Técnica.
Este fue un proyecto del municipio de Valledupar, en el que no se trabajó en conjunto con Emdupar para la pavimentación del sector ni un estudio en la capacidad de la tubería, esto ha provocado el brote de agua en la avenida y que cada vez que llueva el conjunto cerrado Rosario Norte I, se rebose de aguas.
La peligrosidad de las rejillas para peatones, ciclistas y vehículos de tracción animal, continuará debido a que hasta el momento no hay una autoridad local que pueda proponer una solución para acabar con los accidentes que se presentan en la avenida. La comunidad seguirá a la espera de una medida por parte de la alcaldía, para que el brote de agua termine y al pendiente de avisar a los carremuleros que transiten por la vía del peligro de las rejillas pluviales.
POR: NAMIEH BAUTE BARRIOS/ EL PILÓN
[email protected]