Integrantes del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Jagua de Ibirico se declararon en paro indefinido desde el pasado jueves porque hasta la fecha se les deben cinco meses de salario y la seguridad social de dos meses. Según los denunciantes, el retraso en el pago de sus sueldos les ha causado dificultades económicas en sus hogares y tienen temor de ejercer sus labores porque no cuentan con el servicio de salud si llegaran a tener un accidente de trabajo.

De acuerdo con Carlos Pacheco, bombero de dicho municipio, no continuarán trabajando porque no han visto disposición en cancelarles los salarios adeudados, por lo que no están dispuestos a seguir arriesgando sus vidas sin tener garantías económicas y de salud. 

“La administración municipal está al día con los recursos que le gira a la estación, el problema es que nosotros también dependemos de la sobretasa bomberil y de la sectorial de Industria y Comercio que se surte con el pago de los impuestos de los ciudadanos. Con la crisis minera y económica del municipio la gente no ha podido pagar los impuestos”, manifestó Pacheco. 

En ese sentido, aseveró que el recaudo ha sido muy bajo y por ello no les han cancelados los salarios. Sin embargo, señaló que en años anteriores la cantidad de dinero que llegaba a la estación era muy alta y que incluso hasta el año pasado el recaudo seguía cubriendo sus salarios, pero “el mal manejo de esos recursos ha provocado que estemos en la situación actual. En la que los implementos están en malas condiciones”, precisó. 

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Según Pacheco, en la estación tienen dos máquinas que necesitan reparaciones, puesto que la que está en funcionamiento casi no tiene combustible,  las herramientas para atender las emergencias están en su mayoría desgastadas y eso pone en peligro la vida de él y la de sus compañeros, acotando que no solo prestan el servicio en La Jagua de Ibirico sino al municipio de Becerril, por lo que necesitan un equipo en óptimas condiciones. 

BOMBEROS SIN RECURSOS 

El bombero entrevistado precisó que en reiteradas ocasiones le han comunicado al capitán de la estación las múltiples dificultades que están atravesando por la falta de pago, a lo que el dirigente les ha respondido “que no puede hacer nada porque no hay recursos”. Agregó que ante la falta de garantías el pasado jueves no atendieron una llamada de emergencia de un incendio forestal en una vereda de ese municipio debido a que si resultan heridos no serán atendidos en un centro de salud. 

En ese sentido, Harold Ramírez, miembro de ese cuerpo de bomberos, comentó que por los salarios atrasados no pudo seguir pagando el arriendo de la casa en la que vivía con su esposa y sus tres hijos. A raíz de que se le cumplió el plazo de espera que le dio el arrendatario tuvo que enviar a su familia a la casa de sus padres en otro municipio. 

“Tristemente me tocó despedirme de mis hijos porque me pidieron que desocupara la casa en donde vivíamos; ya teníamos más de cuatro meses que no pagábamos el arriendo. Era muy difícil para mí llegar a la casa porque mis hijos me pedían comida y yo no tenía nada. Todavía es la hora que nos deben y no tenemos seguridad social”, explicó Ramírez. 

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¿QUÉ DICE EL COMANDANTE? 

Al respecto, el comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Jagua de Ibirico, Fabel Pardoy, aseveró que a los bomberos solo se les debe la seguridad social del mes de junio y que los trabajadores de la primera línea de fuego si cuentan con todos los implementos necesarios para atender las emergencias, asegurando que las máquinas están en óptimas condiciones. 

“Hay bomberos que están trabajando a pesar de las dificultades. Aparte de la situación económica que está atravesando la estación también hay un sindicalismo apoyado por los bomberos de Valledupar. Cabe precisar que no fue un incendio forestal, fue un corto de un cable en una casa al que yo en compañía de otros bomberos atendimos”, comentó Pardoy. 

Agregó que las dificultades económicas se deben a que el dinero recaudado por Industria y Comercio no ha sido suficiente para mantener en total funcionamiento toda la estación.

Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN