Solo pérdidas materiales causó la caída de un gigantesco árbol de higuito, de cien años de existencia que fue arrancado de raíz por las fuertes brisas que soplan sobre Valledupar.

El árbol cayó sobre una Iglesia Cristiana y varios vehículos que le hacían mantenimiento en un lavadero de carros localizado en la calle 23 con carrera 16, avenida Pastrana, del barrio Simón Bolívar.

Varios de los empleados del negocio Auto Max se salvaron de quedar bajo las gruesas ramas del árbol, que además destruyó varias líneas telefónicas y eléctricas, al igual que averió varios automotores y causó averías al local donde funcionaba la Iglesia CristianaCuadrangular Centro de Avivamento, donde quedaron recostadas la mayoría de las ramas.

Momentos difíciles vivieron además los vecinos del sector y los propietarios de los automotores que estaban lavando en ese negocio, al observar cuando el árbol comenzó a desprenderse de sus raíces, las cuales destruyeron gran parte del pavimento de la zona peatonal que las recubría.

Voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Valledupar se trasladaron en la mañana de ayer al lugar, para poder cortar con machete y motosierra las ramas y ser evacuadas con las precauciones del caso, para que no siguieran haciendo daño en la estructura metálica, el techo y la pared donde funcionó la Iglesia.

Los moradores y propietarios de los negocios adyacentes motivados por la curiosidad quedaron sorprendidos con las escasas raíces que sostenían al árbol, que estuvo a punto de causar una tragedia en el sector.

Los afectados le solicitaron a la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar para que inicien un estudio minucioso de varios árboles antiguos que se encuentran sobre la avenida Pastrana que podrían estar en las mismas condiciones y que podrían poner en riesgo la vida e integridad física de las familias residentes en los barrios Simón Bolívar y Doce de Octubre, donde se encuentran plantados los árboles tanto en el carril central, como en los lados de la misma avenida.

Puntos de vista

Yair Herrera Araujo, empleado del lavadero de carro. Yo hubiera sido el más afectado, porque quedé debajo de las gigantescas ramas. Me encontraba lavando un carro, cuando de repente sentí el estropicio. Inicialmente no sabía lo que había pasado, pero sí quedé debajo; gracias a Dios que cayó encima de la Iglesia.

Jhon Daza Molina, administrador del lavadero de carro. Eso fue cuestión de segundos, sentí cuando cayó encima de la Iglesia y las ramas quedaron encima de varios carros que estaban lavando. Por fortuna, no hubo heridos, ni víctimas, pero nos llevamos un gran susto.

Willian Darío Castro Vanegas, empleado. Me sorprende que ese árbol tan viejo, no tenga raíces gruesas y me preocupa que los demás que se encuentran cerca, estén en las mismas condiciones y corran la misma suerte. El llamado a las autoridades ambientales, para que investiguen sobre el caso.