Vocación agropecuaria, excelentes tierras, luminosidad, pisos térmicos y abundantes fuentes hídricas son unas de las grandes ventajas que tiene el departamento del Cesar para mantener y mejorar el sector agropecuario y por qué no, llegar a tener una soberanía alimentaria. En esta región se cultivan la gran mayoría de los productos de pancoger, incluso de calidad de exportación como la piña, el mango, el café, cacao entre otros.
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Actualmente en este departamento existen diferentes cultivos que han permitido que se posicione en un importante puesto y que por ejemplo, solo la siembra de la palma de aceite representa el 92 % del Producto Interno Bruto, PIB, con cerca de 90 mil hectáreas productivas, que hoy tienen más de 10 núcleos palmeros, 10 extractoras de aceite y una planta de biocombustible. Esto de acuerdo con la Secretaría de Agricultura del Cesar.
También el café juega un papel importante con 30 mil hectáreas sembradas y 9.000 familias que dependen directamente de ello. En la región Caribe, el Cesar es el primer departamento caficultor, con un entorno propicio a través de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá.
Sin embargo, el sector agropecuario enfrenta una crisis en todo el país y el Cesar no es ajeno a esto, la cual se deriva de la apertura económica que han permitido excesivas importaciones que ha acabado con el campo colombiano.
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De acuerdo con el presidente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya, comité Cesar, y del Comité Intergremial, Aristides López, la apertura económica debió ser utilizada para importar tecnología o bienes de capital y conocimiento, pero considera que en los últimos años se ha evidenciado que se entregó la soberanía y seguridad alimentaria del país a las importaciones.
“Es bastante vergonzoso que estemos importando alrededor de 14 millones de toneladas de alimentos. En el Cesar y Valledupar en particular hay ventajas comparativas que le permitirían al departamento en general ser parte importante del nuevo enfoque mundial que se está hablando a raíz de la pandemia en cuanto a la producción de alimentos. Es un hecho las lesiones que está revelando la actual situación mundial de la pandemia; una es el dejar a un lado la excesiva dependencia económica de algunos mercados básicos determinados y la otra lección que está evidenciando el covid-19 es que el campo ha jugado, juega y jugará un papel muy importante y estratégico en el futuro y si se quiere entrar en ese rol se tiene que hacer desde dos dimensiones claves que son la reactivación económica y una sostenibilidad ambiental, con un elemento fundamental y dinamizador que es el agua”, explicó Aristides López.
Considera que este factor, es decir, el agua en el departamento se está desaprovechando e ignorando.
“El agua va a jugar un papel fundamental, no solo en el desarrollo agropecuario sino también en la mejor calidad de vida de la población, teniendo en cuenta que hay que garantizar el acceso al saneamiento básico sobre todo a la población rural y la ejecución de proyectos de irrigación en el municipio de Valledupar. La explotación de acuíferos en este municipio es una condición que nos permite estar muy bien posicionados en el sector agropecuario al aumentar de manera significativa la cultura de riego. No se puede olvidar que en Valledupar está el proyecto del embalse de Besotes, el cual nos debe garantizar el agua potable para Valledupar, que si se llega a desarrollarse sería de doble propósito: una para el agua potable en Valledupar, cuando el río Guatapurí baje su caudal, y que también permitiría irrigar cultivos importantes de calidad exportadora; esto permitiría una generación de empleo en el campo atacando un indicador que es el desempleo que agobia a la población que no es a raíz del covid-19; la pandemia solo lo agudizó porque ya estaba”, destacó el presidente del Comité Intergremial.
Asimismo añadió que lo anterior puede insertar al departamento en el modelo mundial de producción de alimentos que es la soberanía alimentaria desde las regiones para lo cual deben existir bienes públicos dotados por el Estado.
“Creemos que ha faltado voluntad y decisión política para que haya unos incentivos -no regalos- y un tratamiento diferencial a un sector que produce comida; es decir, a las regiones y en este caso el Cesar. Necesitamos que se dote de una infraestructura a través de bienes públicos no solamente físicos sino desde la investigación y generación de conocimientos. El reto es grande donde todos los actores son importantes, donde a los gremios agropecuarios les toca trabajar en la asociatividad con los pequeños, medianos y grandes productores, para ser actores importantes y el llamado a consumir lo nuestro”, puntualizó Aristides López.
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El Cesar tiene grandes cultivos que no solo permiten contar con lo propio sino también dinamizar la economía. En yuca hay más de 7 mil hectáreas, que hacen parte de una dinámica de seguridad alimentaria propia para el territorio. De fríjol existen más de 6 mil hectáreas. Plátano con más de 4 mil hectáreas. De aguacate hay cerca de 2.875 hectáreas, concentrados en las variedades Criollos y Lorena; con pininos en el Hass (que hoy es sinónimo del mercado norteamericano), con 300 hectáreas, sobre todo en la Serranía del Perijá, a la altura de Codazzi, Manaure, San Diego y La Paz. Cordón cítrico: con más de 2.500 hectáreas, concentrados en Chimichagua y Pueblo Bello.
OPORTUNIDAD DE NEGOCIO
Recientemente el Ministerio de Agricultura anunció la reactivación de las Jornadas de Negocio de Agricultura por Contrato, en la cual el Cesar tendrá participación.
Esta estrategia tiene como fin el brindar a los productores la oportunidad de vender por anticipado su producción agropecuaria, con términos y condiciones previamente acordados entre productores y compradores, gestionando para ello acuerdos comerciales con mercados formales, para lo cual se desarrolló una plataforma digital para que todos los productores puedan participar.
Los principales productos transados a través de esquemas de agricultura por contrato son: acuicultura y pesca 17 %; ganadería bovina, incluidas las cadenas de leche, carne y derivados 14 %; café 13 %; frutas y hortalizas 11 %; cacao 10 %; arroz 4 %; aguacate 3 %; caucho 3 %; tabaco 3 % y ñame 2 %.
Los 32 departamentos del país cuentan con productores vinculados, entre los que más participación tienen se destacan Cauca 9 %, Caldas 8 %, Antioquia 8 %, Cesar 6 %, Boyacá 6 %, Bolívar 6 %, Santander 5 %, Tolima 5 %, Córdoba 4 % y Sucre 4 %.
Los productores interesados se pueden vincular a la estrategia por medio de la página web del Ministerio de Agricultura www.minagricultura.gov.co. Para los productores que no tienen computador o acceso a internet, podrán inscribirse con ayuda de las secretarías de agricultura de su departamento o municipio.