A diario se ven las redes inundadas de videos pintorescos y chistosos teniendo como fondo la célebre canción de moda, que pegajosa se te introduce en el subconsciente y terminas tarareando.
El perro es considerado el mejor amigo del hombre, solo le faltó hablar para que de viva voz expresara su lealtad y el sacrificio del que sería capaz de hacer por su amo. Nuestra música vernácula rinde homenaje a este grandioso animal desde tiempos remotos e inició de lo que hoy es nuestra máxima expresión musical ante el mundo.
Alejo Durán y su perro negro, quién con sus apariciones repentinas a altas horas de la noche cargaba a la gente asustada, o ese perro de Pavajeau de Escalona que era tan rabioso que se le colocó el denominativo de ‘El Mayor Blanco’, capaz de enfrentarse hasta al más feroz de los tigres en la zona de Tocaimo.
Tiempo después llegó un licor con esa representación, con dos perros. Su nombre en inglés, Black & White (Blanco y Negro), pasó el tiempo y la globalización y acuerdos comerciales permitió la llegada de nuevos licores y el Blanco y Negro fue relegado casi que extinto, sin embargo se le siguió cantando a esos dos colores, uno representando el no racismo como lo hizo Hernando Marín:
¡Ay! ver junta a una mujer blanca
Con una negra…
Y que no existan rencillas por el color.
O cuando Omar Geles descubre que los encantos de esa bella mujer era el impulso para sacar en limpio esos sueños que aún estaban en borrador y convencido expresó:
Tú eres la que puede pintar en mil colores
Mi mundo a Blanco y Negro
Borrar mis decepciones.
Hermosas descripciones con enormes figuras, razones que se fortalecen aún más cuando Gabo dijo que Cien años de soledad era un vallenato de 357 páginas o cuando Gossain sostiene que el vallenato es un género literario.
Lo que sí nos queda claro es que literatura y vallenato siempre han estado ligados al punto que siempre se ha sostenido que el vallenato es un género para echar el cuento; ningún género musical tiene tanta fuerza narrativa como lo tiene el vallenato y sus cantos no son más que crónicas de hechos dados a lo largo de los mágicos pueblos del Caribe.
La tecnología y sus canales de difusión permiten hacer propuestas que cautivan a la gente hasta llevarlos a inundar las redes, virilizando dicha intención. Aprovechando el resurgir del Blanco y Negro como alternativa de consumo por su alto contenido de alcohol y menor valor comercial frente a otro tipo de whisky, y cuando escuchábamos con mucha fuerza en la voz de Silvestre Dangond un verso que se ha convertido en un proverbio Caribe, que dice:
El hombre es como el perro…
El hombre es igual al perro…
El perro está donde lo tratan bien…
El hombre está donde lo tratan bien.
Aparece Diego Daza invitando a poner una serie de vídeos sobre el fuerte licor que pasó de Black & White o Blanco y Negro, a un nombre más coloquial, castizo, que anda de boca en boca como el bostezo y hoy en las esquinas, parrandas, internet, de manera repetitiva la frase “Perro con perro”.
En ese preciso momento se recrea el instante cuando Sierva María de todos los Ángeles es mordida por un perro cenizo con un lucero en la frente, el primer domingo de diciembre, y revolcó la mesa de fritanga, desbarató tenderetes de indios y toldos de loterías en el puerto. Como lo relató García Márquez en ‘Del amor y otros demonios’, lo que nos deja ver que la imaginación de la gente del Caribe fue mordida por una bebida que de alguna manera ha sacado la creatividad propia de esta colorida región del país.
A diario se ven las redes inundadas de videos pintorescos y chistosos teniendo como fondo la célebre canción de moda, que pegajosa se te introduce en el subconsciente y terminas tarareando.
Al igual que el mercado del puerto del barrio de Getsemaní, en la citada obra literaria del nobel, el mercado de los pueblos del Caribe fue revolucionado, no por un furioso perro con un lucero en la frente que se ensañó contra cuatro personas que se le atravesaron en el camino, esta vez fue por dos animales de menor tamaño, visiblemente tiernos y mascotas consentidas de From James Buchanan.
Debido a estos dos inquietos animalitos, los habitantes de esta región del Caribe colombiano, que luego de nueve meses de pandemia y sobreviviendo a la penumbra del confinamiento tenían la energía natural acumulada, no tuvieron otra alternativa que desfogar toda esa brío en bailes y videos para estar puntual en la moda del momento.
Una vez más la región Caribe muestra su talante, su ingenio natural, su condición originaria de exaltar hechos que hacen más livianos los pesares cotidianos y con videos artesanales le hacen un quite a la situación mundial, ante un virus que vino del Asia a inquietar la calma de esta colorida y alegre región.
Tal vez con esto se demuestra que esta región tiene su verdadera empatía es con Europa, a tal punto que nos dieron un acordeón y le sacamos música y nos enviaron una bebida y la volvimos tendencia.
Por: Los Hermanos Bordeth
A diario se ven las redes inundadas de videos pintorescos y chistosos teniendo como fondo la célebre canción de moda, que pegajosa se te introduce en el subconsciente y terminas tarareando.
El perro es considerado el mejor amigo del hombre, solo le faltó hablar para que de viva voz expresara su lealtad y el sacrificio del que sería capaz de hacer por su amo. Nuestra música vernácula rinde homenaje a este grandioso animal desde tiempos remotos e inició de lo que hoy es nuestra máxima expresión musical ante el mundo.
Alejo Durán y su perro negro, quién con sus apariciones repentinas a altas horas de la noche cargaba a la gente asustada, o ese perro de Pavajeau de Escalona que era tan rabioso que se le colocó el denominativo de ‘El Mayor Blanco’, capaz de enfrentarse hasta al más feroz de los tigres en la zona de Tocaimo.
Tiempo después llegó un licor con esa representación, con dos perros. Su nombre en inglés, Black & White (Blanco y Negro), pasó el tiempo y la globalización y acuerdos comerciales permitió la llegada de nuevos licores y el Blanco y Negro fue relegado casi que extinto, sin embargo se le siguió cantando a esos dos colores, uno representando el no racismo como lo hizo Hernando Marín:
¡Ay! ver junta a una mujer blanca
Con una negra…
Y que no existan rencillas por el color.
O cuando Omar Geles descubre que los encantos de esa bella mujer era el impulso para sacar en limpio esos sueños que aún estaban en borrador y convencido expresó:
Tú eres la que puede pintar en mil colores
Mi mundo a Blanco y Negro
Borrar mis decepciones.
Hermosas descripciones con enormes figuras, razones que se fortalecen aún más cuando Gabo dijo que Cien años de soledad era un vallenato de 357 páginas o cuando Gossain sostiene que el vallenato es un género literario.
Lo que sí nos queda claro es que literatura y vallenato siempre han estado ligados al punto que siempre se ha sostenido que el vallenato es un género para echar el cuento; ningún género musical tiene tanta fuerza narrativa como lo tiene el vallenato y sus cantos no son más que crónicas de hechos dados a lo largo de los mágicos pueblos del Caribe.
La tecnología y sus canales de difusión permiten hacer propuestas que cautivan a la gente hasta llevarlos a inundar las redes, virilizando dicha intención. Aprovechando el resurgir del Blanco y Negro como alternativa de consumo por su alto contenido de alcohol y menor valor comercial frente a otro tipo de whisky, y cuando escuchábamos con mucha fuerza en la voz de Silvestre Dangond un verso que se ha convertido en un proverbio Caribe, que dice:
El hombre es como el perro…
El hombre es igual al perro…
El perro está donde lo tratan bien…
El hombre está donde lo tratan bien.
Aparece Diego Daza invitando a poner una serie de vídeos sobre el fuerte licor que pasó de Black & White o Blanco y Negro, a un nombre más coloquial, castizo, que anda de boca en boca como el bostezo y hoy en las esquinas, parrandas, internet, de manera repetitiva la frase “Perro con perro”.
En ese preciso momento se recrea el instante cuando Sierva María de todos los Ángeles es mordida por un perro cenizo con un lucero en la frente, el primer domingo de diciembre, y revolcó la mesa de fritanga, desbarató tenderetes de indios y toldos de loterías en el puerto. Como lo relató García Márquez en ‘Del amor y otros demonios’, lo que nos deja ver que la imaginación de la gente del Caribe fue mordida por una bebida que de alguna manera ha sacado la creatividad propia de esta colorida región del país.
A diario se ven las redes inundadas de videos pintorescos y chistosos teniendo como fondo la célebre canción de moda, que pegajosa se te introduce en el subconsciente y terminas tarareando.
Al igual que el mercado del puerto del barrio de Getsemaní, en la citada obra literaria del nobel, el mercado de los pueblos del Caribe fue revolucionado, no por un furioso perro con un lucero en la frente que se ensañó contra cuatro personas que se le atravesaron en el camino, esta vez fue por dos animales de menor tamaño, visiblemente tiernos y mascotas consentidas de From James Buchanan.
Debido a estos dos inquietos animalitos, los habitantes de esta región del Caribe colombiano, que luego de nueve meses de pandemia y sobreviviendo a la penumbra del confinamiento tenían la energía natural acumulada, no tuvieron otra alternativa que desfogar toda esa brío en bailes y videos para estar puntual en la moda del momento.
Una vez más la región Caribe muestra su talante, su ingenio natural, su condición originaria de exaltar hechos que hacen más livianos los pesares cotidianos y con videos artesanales le hacen un quite a la situación mundial, ante un virus que vino del Asia a inquietar la calma de esta colorida y alegre región.
Tal vez con esto se demuestra que esta región tiene su verdadera empatía es con Europa, a tal punto que nos dieron un acordeón y le sacamos música y nos enviaron una bebida y la volvimos tendencia.
Por: Los Hermanos Bordeth