Guillermo Antonio Buitrago Pachón no pudo reponerse a las heridas causadas a la altura de la cabeza, en lo que sería, un atentado según sus familiares.
Luego de desafiar la muerte durante varias horas, a raíz de un impacto de bala que recibió en la cabeza, un paro cardiorrespiratorio sorprendió a Guillermo Antonio Buitrago Pachón, comerciante baleado el lunes cuando intentaba sacar su vehículo del Parqueadero San Jorge, para ir a trabajar a su local comercial ubicado en el Mercado Público de Valledupar.
El propietario del almacén de insumos agropecuarios se encontraba en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Médicos de Alta Complejidad del Caribe, donde se produjo su deceso a las 10:30 de la noche del martes.
Su progenitor, Guillermo Buitrago, explicó que aunque los médicos les dijeron desde un principio que la esperanza de vida era poca, por los afectos letales que le causó el proyectil en el cráneo, ellos estaban aferrados y apegados a Dios para que saliera adelante.
Descartó que se tratara de un atraco, al señalar que dos hombres a bordo de una motocicleta lo siguieron hasta el parqueadero; el parrillero descendió, luego se le acercó y cuando trató de abrir el vehículo para montarse, fue cuando le dispararon.
“A mi hijo lo fueron fue a matar porque parece que le hicieron un seguimiento, sabían a la hora que salía de su casa y el tiempo que se gastaba camino al parqueadero. Desconozco si había recibido alguna amenaza de muerte, él nunca me lo manifestó, ni si era objeto de extorsión; mi hijo era una persona muy reservada y pienso que para no preocuparme prefería callar en caso que eso hubiera pasado. Voy a dejar en manos de Dios para que sea la justicia divina que le cobre la muerte de mi hijo. Nosotros somos una familia cristiana dedicada siempre al trabajo, que nunca le hicimos, ni deseamos mal a nadie. Sin embargo los investigadores de la Sijín, nos han colaborado mucho en tratar de esclarecer el crimen”, aseguró el progenitor de Guillermo Antonio.
Mientras tanto, las autoridades locales realizan las labores de investigaciones como entrevistas a la familia y a algunos testigos en busca de evidencia, para lograr capturar a los responsables. Los vídeos de las cámaras de seguridad instaladas en el barrio San Jorge, son piezas claves para identificar a los asesinos, indicaron las autoridades policiales a la prensa local.
La víctima era de Bogotá y era propietario de un negocio en el Mercado Público; dejó varios hijos y su esposa quedó embarazada.
Por Abdel Martínez Pérez/ EL PILÓN
Guillermo Antonio Buitrago Pachón no pudo reponerse a las heridas causadas a la altura de la cabeza, en lo que sería, un atentado según sus familiares.
Luego de desafiar la muerte durante varias horas, a raíz de un impacto de bala que recibió en la cabeza, un paro cardiorrespiratorio sorprendió a Guillermo Antonio Buitrago Pachón, comerciante baleado el lunes cuando intentaba sacar su vehículo del Parqueadero San Jorge, para ir a trabajar a su local comercial ubicado en el Mercado Público de Valledupar.
El propietario del almacén de insumos agropecuarios se encontraba en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Médicos de Alta Complejidad del Caribe, donde se produjo su deceso a las 10:30 de la noche del martes.
Su progenitor, Guillermo Buitrago, explicó que aunque los médicos les dijeron desde un principio que la esperanza de vida era poca, por los afectos letales que le causó el proyectil en el cráneo, ellos estaban aferrados y apegados a Dios para que saliera adelante.
Descartó que se tratara de un atraco, al señalar que dos hombres a bordo de una motocicleta lo siguieron hasta el parqueadero; el parrillero descendió, luego se le acercó y cuando trató de abrir el vehículo para montarse, fue cuando le dispararon.
“A mi hijo lo fueron fue a matar porque parece que le hicieron un seguimiento, sabían a la hora que salía de su casa y el tiempo que se gastaba camino al parqueadero. Desconozco si había recibido alguna amenaza de muerte, él nunca me lo manifestó, ni si era objeto de extorsión; mi hijo era una persona muy reservada y pienso que para no preocuparme prefería callar en caso que eso hubiera pasado. Voy a dejar en manos de Dios para que sea la justicia divina que le cobre la muerte de mi hijo. Nosotros somos una familia cristiana dedicada siempre al trabajo, que nunca le hicimos, ni deseamos mal a nadie. Sin embargo los investigadores de la Sijín, nos han colaborado mucho en tratar de esclarecer el crimen”, aseguró el progenitor de Guillermo Antonio.
Mientras tanto, las autoridades locales realizan las labores de investigaciones como entrevistas a la familia y a algunos testigos en busca de evidencia, para lograr capturar a los responsables. Los vídeos de las cámaras de seguridad instaladas en el barrio San Jorge, son piezas claves para identificar a los asesinos, indicaron las autoridades policiales a la prensa local.
La víctima era de Bogotá y era propietario de un negocio en el Mercado Público; dejó varios hijos y su esposa quedó embarazada.
Por Abdel Martínez Pérez/ EL PILÓN