A sus 52 años, Wilfredo Rosales Ortega se ha convertido en un personaje admirado dentro del folclor gracias a su prodigiosa memoria que almacena datos, algunos inéditos, de la música vallenata.
Con apenas 9 años, Wilfredo Rosales Ortega se aprendió todas las canciones consignadas en dos casetes que escuchó en una grabadora nueva que había comprado su papá en Maicao.
Ese pequeño episodio, que pasó desapercibido para el hogar de los Rosales Ortega, fue la primera señal que Wilfredo tenía un talento especial.
Sin embargo, más allá de su niñez en la que se destacaba por su gran capacidad para retener y memorizar letras, fue en medio de su trasegar laboral cuando se dio cuenta que tenía un “señalamiento de Dios de ser una persona memoriosa”.
En el edificio en el que trabajaba como guarda de seguridad, se dañaron los citófonos y terminó aprendiéndose los 250 teléfonos y las 100 placas de los 100 carros de los residentes en el conjunto cerrado.
Entonces fue cuando se dio cuenta que tenía una memoria prodigiosa y quería ponerla al servicio de su gran pasión: la música vallenata.
“Las personas que más saben de vallenato viven en Valledupar, pero a la persona que más le gusta, vive en Medellín, y ese soy yo”, recalca con orgullo el hombre de 53 años.
Tal afirmación, lejos de ser pretenciosa, fue confirmada la mañana de este viernes en la Universidad del Área Andina donde fue invitado como panelista del conversatorio ‘Jorge Oñate, en la historia del canto vallenato’, en el cual hizo gala de sus dotes al punto que los asistentes terminaron ovacionándolo por la capacidad de recordar cada dato de la vida musical del ‘Jilguero de América’.
“50 trabajos discográficos de Jorge Oñate, 647 canciones grabadas, 12 canciones de su autoría y existen las siete maravillas en el mundo, yo digo, que Jorge Oñate es el único cantante de las siete etapas de oro: la primera, con los hermanos López (9 trabajos discográficos); la segunda con ‘Colacho’ Mendoza; la tercera, con Raúl ‘Chiche’ Martínez; la cuarta, con ‘Juancho’ Rois; la quinta, con Álvaro López; la sexta, con ‘Cocha’ Molina; y la séptima con Cristian Camilo Peña. La voz más educada de la música vallenata”, de esta manera inició su intervención el oriundo de Sincé (Sucre).
A medida que avanzaba su relato, ‘la Biblia del Vallenato’, como algunos se han animado a llamarlo, descrestaba con datos inéditos y certeros que generaban incredulidad entre los asistentes.
“En el primer elepé de Jorge Oñate encuentro una curiosidad, hay cuatro canciones con nombre de mujer y Jorge no volvió a grabar 4 canciones con nombre de mujer en el mismo trabajo discográfico. Otra curiosidad, Jorge Oñate salió en carátula apenas en el quinto elepé, ¿cuál fue el quinto? ‘El Jardincito’”, reseñaba Wilfredo.
Y así, fue desgranando la vida musical del cantante pacífico, año tras año, elepé tras elepé, con apuntes desconocidos y verídicos ante un público estupefacto que no daba crédito a tantos datos vallenatos ayudado solo de su memoria prodigiosa.
“No estudié porque mis padres son unos campesinos, a quienes amo con toda la fuerza de mi alma, el computador de mi padre fue un machete, y el computador de mi madre fue un molino, moliendo maíz para hacer un bollo de mazorca, pero son las personas que más amo y que más admiro, no tuve la posibilidad de estudiar pero me tocó este destino, de ser un guarda de seguridad, de tener una memoria prodigiosa, y ser hoy reconocido en la fiesta más grande que tenemos los colombianos”, apuntó en entrevista con EL PILÓN.
DATOS DE WILFREDO SOBRE JORGE OÑATE
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ / EL PILÓN.
A sus 52 años, Wilfredo Rosales Ortega se ha convertido en un personaje admirado dentro del folclor gracias a su prodigiosa memoria que almacena datos, algunos inéditos, de la música vallenata.
Con apenas 9 años, Wilfredo Rosales Ortega se aprendió todas las canciones consignadas en dos casetes que escuchó en una grabadora nueva que había comprado su papá en Maicao.
Ese pequeño episodio, que pasó desapercibido para el hogar de los Rosales Ortega, fue la primera señal que Wilfredo tenía un talento especial.
Sin embargo, más allá de su niñez en la que se destacaba por su gran capacidad para retener y memorizar letras, fue en medio de su trasegar laboral cuando se dio cuenta que tenía un “señalamiento de Dios de ser una persona memoriosa”.
En el edificio en el que trabajaba como guarda de seguridad, se dañaron los citófonos y terminó aprendiéndose los 250 teléfonos y las 100 placas de los 100 carros de los residentes en el conjunto cerrado.
Entonces fue cuando se dio cuenta que tenía una memoria prodigiosa y quería ponerla al servicio de su gran pasión: la música vallenata.
“Las personas que más saben de vallenato viven en Valledupar, pero a la persona que más le gusta, vive en Medellín, y ese soy yo”, recalca con orgullo el hombre de 53 años.
Tal afirmación, lejos de ser pretenciosa, fue confirmada la mañana de este viernes en la Universidad del Área Andina donde fue invitado como panelista del conversatorio ‘Jorge Oñate, en la historia del canto vallenato’, en el cual hizo gala de sus dotes al punto que los asistentes terminaron ovacionándolo por la capacidad de recordar cada dato de la vida musical del ‘Jilguero de América’.
“50 trabajos discográficos de Jorge Oñate, 647 canciones grabadas, 12 canciones de su autoría y existen las siete maravillas en el mundo, yo digo, que Jorge Oñate es el único cantante de las siete etapas de oro: la primera, con los hermanos López (9 trabajos discográficos); la segunda con ‘Colacho’ Mendoza; la tercera, con Raúl ‘Chiche’ Martínez; la cuarta, con ‘Juancho’ Rois; la quinta, con Álvaro López; la sexta, con ‘Cocha’ Molina; y la séptima con Cristian Camilo Peña. La voz más educada de la música vallenata”, de esta manera inició su intervención el oriundo de Sincé (Sucre).
A medida que avanzaba su relato, ‘la Biblia del Vallenato’, como algunos se han animado a llamarlo, descrestaba con datos inéditos y certeros que generaban incredulidad entre los asistentes.
“En el primer elepé de Jorge Oñate encuentro una curiosidad, hay cuatro canciones con nombre de mujer y Jorge no volvió a grabar 4 canciones con nombre de mujer en el mismo trabajo discográfico. Otra curiosidad, Jorge Oñate salió en carátula apenas en el quinto elepé, ¿cuál fue el quinto? ‘El Jardincito’”, reseñaba Wilfredo.
Y así, fue desgranando la vida musical del cantante pacífico, año tras año, elepé tras elepé, con apuntes desconocidos y verídicos ante un público estupefacto que no daba crédito a tantos datos vallenatos ayudado solo de su memoria prodigiosa.
“No estudié porque mis padres son unos campesinos, a quienes amo con toda la fuerza de mi alma, el computador de mi padre fue un machete, y el computador de mi madre fue un molino, moliendo maíz para hacer un bollo de mazorca, pero son las personas que más amo y que más admiro, no tuve la posibilidad de estudiar pero me tocó este destino, de ser un guarda de seguridad, de tener una memoria prodigiosa, y ser hoy reconocido en la fiesta más grande que tenemos los colombianos”, apuntó en entrevista con EL PILÓN.
DATOS DE WILFREDO SOBRE JORGE OÑATE
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ / EL PILÓN.