A medida que el mundo avanza para ganarle la batalla al coronavirus con el confinamiento, simultánemente otras problemáticas sociales como la violencia contra la mujer se desarrolla en los hogares del departamento del Cesar.
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Las agresiones físicas y verbales por esta época tienden a ser frecuentes en el núcleo familiar por los prolongados periodos de tiempo que los miembros pasan juntos en sus viviendas por el confinamiento nacional.
De acuerdo al último informe preliminar del Instituto de Medicina Legal, entre el periodo de enero a marzo en el departamento del Cesar iban 154 casos de violencia de pareja, de los cuales las mujeres fueron las mayores víctimas con 146 hechos mientras que los hombres lo fueron con ocho.
Los municipios en los que más se han registrado hechos violentos entre parejas son Valledupar con 99 casos, Aguachica con 21 y Agustín Codazzi con 10. En los otros municipios las circunstancias fueron mínimas con cuatro, tres o dos casos.
Los profesionales de la salud consideran que uno de los factores que predomina en la violencia contra la población femenina en el confinamiento es la intolerancia porque las parejas comienzan a enfrentar otras problemáticas como las de índole económico.
“El encierro lleva a las personas muchas veces a la intolerancia, al irrespeto en la relación de pareja, entonces aquí juega un papel importante: la comunicación, que la pareja pueda expresar sus sentimientos y las emociones, no todo el tiempo se va estar de acuerdo, pero deben aprender a escucharse”, manifestó María Eugenia Sarmiento, psicóloga clínica, magister en psiconeurosiquiatría y rehabilitación.
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Agregó que en tiempos difíciles las parejas deben optar por respetar dentro de la misma casa el espacio del otro, además de compartir otras actividades en familia.
No obstante, este tipo de violencia no es lo más grave dentro de los que ocurren contra las mujeres: el feminicidio le ha costado la vida a varias mujeres. Por ejemplo, desde que inició el confinamiento se registraron dos casos y otro en calidad de tentativa en el departamento.
La primera víctima fatal fue Katy Ariza Macías, asesinada presuntamente a manos de su compañero sentimental en hechos ocurridos el pasado 31 de marzo en el barrio Francisco Javier de Valledupar.
Otro sucedió contra una pequeña de 12 de edad que fue violada y estrangulada por un conocido en el corregimiento de La Sierrita, del municipio de Chiriguaná.
El cruel suceso de la menor no solamente reflejó la maldad a las que se ve expuesta la población infantil sino que también develó que la violencia contra el género femenino no distingue edades.
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El responsable, Gustavo Andrés Simanca Gómez, fue procesado por los delitos de acceso carnal violento y feminicidio agravado.
Precisamente, la violencia por abuso sexual también es un denominador común. Según el Instituto de Medicina Legal, en el departamento han realizado 145 exámenes médico legales por posible abusos sexuales, de los cuales 132 son efectuados a mujeres y 13 a masculinos.
Finalmente, la tentativa de feminicidio tuvo lugar en Pailitas, el anterior 13 de abril. Los hechos sucedieron en una vivienda localizada en la carrera 11 con número 9-47 del barrio Dos de Febrero a donde se encontraba Yesica Viviana Arroyave, de 24 años, quien fue atacada con arma blanca por el exesposo.
“LA VIOLENCIA INVISIBLE“
Para otros académicos las agresiones verbales tienen similares magnitudes y secuelas en condiciones de salud de la víctima, y de hecho son unas de las más recurrentes.
Yenni Coronado Rodríguez, directora del Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación de la Fundación Universitaria del Área Andina, justamente adelanta una investigación sobre el tema para sensibilizar a la población desde la academia.
“Estuvimos recientemente haciendo una conferencia hablando de los distintos tipos de violencia, entendiendo que esta no es solamente la física de cuando hay golpes o lesiones contundentes sino también cuando hay agresiones al autoestima de la mujer. Ahí es que nosotros hacemos énfasis porque nos encontramos con un tipo de violencia que ha sido aparentemente invisible pero también aceptada en el contexto de la sociedad sobre todo en el de nosotros”, dijo Coronado Rodríguez.
La profesional en derecho considera que esta violencia se produce mediante estereotipos sociales que se aprenden a veces desde el seno del hogar y desde la misma cultura.
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Coronado Rodríguez considera que algunas canciones del género vallenato instan a tener comportamientos inadecuados con las mujeres o forma estereotipos alrededor de ella por el contexto machista.
“Son canciones que no solo incitan a la agresión física sino que también incentivan en la expectación hacia la mujer…tanto que aún encontramos mujeres que compartiendo el noviazgo son mancilladas, violentadas, agredidas tanto física como psicológicamente por el compañero y por el contexto social”, precisó.
Para quienes son víctimas de este flagelo las autoridades tienen habilitadas varias líneas de atención como la 155 para la orientación de mujeres, la 123 de emergencia de la Policía Nacional y la 122 de recepción de denuncias de la Fiscalía General de la Nación.
A su vez, la autoridad municipal tiene habilitadas unas líneas de celulares para contactar a un grupo interdisciplinario de psicólogos, las cuales son: 301 443 2023, 300 324 5095 y 316 575 6678.