Por estos días, en la capital mundial del vallenato solo se escucha la palabra pico, en referencia a la cima de contagios de covid-19 que se espera.
Muchos han tomado la situación con cautela y se han protegido, otros la viven con miedo, sin embargo, como en todas las ciudades, no faltan aquellos que creen ser inmunes o de hierro sacando a relucir frases como “eso le da solo a los ricos” y “eso solo afecta a los viejitos”. Y sí, en plena incertidumbre y con más de 16.568 muertes en Colombia por covi-19 aún hay incrédulos.
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Mientras un sector de la población toma las medidas necesarias, otra se atreve a salir a las calles sin la protección debida e insultan a quienes les hacen un llamado de atención. Es el caso del barrio subnormal Los Guasimales, según contó Laura Sierra.
“La gente está tranquila, como si nada pasara, usted puede llegar a cualquier hora y verá que por lo menos de cada diez personas cuatro no usan la protección, ya sea el tapabocas o alcohol y el lavado de manos; y como aquí estamos viviendo sin ayuda de ningún ente, quienes se atreven a llamarle la atención a los infractores son insultados con palabras groseras”, dijo Laura Sierra, habitante del sector.
Del otro lado de la ciudad está Candelaria Sur, una población compuesta por lo menos 800 familias, de las cuales, de cada 10 habitantes, 4 son personas de avanzada edad, según datos de los líderes comunitarios.
Esta situación, además del prolongamiento de la cuarentena, obliga a que los moradores empiecen a perder la paciencia, pues necesitan ganar el sustento diario.
Katherine Salinas, presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Candelaria Sur, manifiesta que han sido ignorados por las autoridades. “Vemos con preocupación el aumento de los casos de coronavirus en Valledupar, paralelo a ello sentimos la desidia del gobierno municipal que no se ha acercado a este sector, tampoco los entes de salud, pese a que le hemos hecho diversos llamados porque nos preocupa nuestra población mayor de edad y nuestros niños. Solo queda ponernos en manos de Dios”, puntualizó Salinas.
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Por otro lado, en el barrio Tobías Daza, occidente de Valledupar, la misma comunidad pidió la desinfección de tiendas y puntos comerciales, pero según manifestó la Secretaría de Salud local, ese es un trabajo que no podría realizarse debido a la afluencia de público que llega a esos espacios comerciales, aunque hicieron el llamado a la ciudadanía a practicar el autocuidado y el aislamiento social.
¿Y EL RESPETO POR LA VIDA?
Para muchos la reapertura económica ha sido un bálsamo en medio de unas las peores crisis de la humanidad comparadas, en cuanto a economía, a las dificultades de 1929 o 2008; sin embargo, en el apuro por ganar algo de dinero y calmar sus necesidades, muchos vallenatos siguen cometiendo imprudencias que, en época de pandemia, van contra la vida.
La zona céntrica ha sido una de las primeras en abrirle la puerta a la reactivación laboral, algo que era inevitable debido a que esta es una de las arterias económicas de la ciudad. A pesar de las distintas campañas y el esfuerzo que hacen propietarios de almacenes, parte de la población que sale a las calles lo hace sin protección, además de ello, la aglomeración de compradores y trabajadores ambulantes va en aumento.
UN LLAMADO AL AUTOCUIDADO
Las instituciones municipales, en cabeza de Mello Castro como primer mandatario, y Luis Galvis, como secretario de Gobierno, han hecho diversas gestiones para evitar los contagios, desde aplicar la ley seca, toque de queda y otras medidas. Al parecer, estas acciones se han quedado cortas o no han sido atendidas del todo, pues un sector irresponsable de la población vallenata sigue saliendo a las calles, jugando en las canchas y consumiendo licor.
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Ante esta situación, el secretario de Gobierno manifestó: “Es necesario que la comunidad entienda que estamos en una emergencia sanitaria, que se debe tener el respeto por la vida y sobre todo responsabilidad social”.
Así las cosas, los casos de covid-19 van en aumento, pero la preocupación radica en la disminución de camas UCI disponibles, cuya capacidad en Valledupar se ha ocupado en un 75 %, lo que acerca un panorama de tinte oscuro y la posible declaración de una alerta roja, culpa del aumento de los casos ligados a la inconciencia de muchos incrédulos.
Por: Robert Cadavid / EL PILÓN