En primer lugar precisemos: se llama suicidio, no autoeliminación como nos han recomendado llamar a la acción de quitarse la vida. Es quizá el único aspecto en el que no hemos estado de acuerdo con las autoridades de salud, no solo por razones de rigurosidad gramatical, sino porque no hemos podido coincidir en el impacto que tiene o no tiene el comunicar estos hechos.