Con 18 años de edad, la atleta vallenata tiene un camino largo que recorrer en el deporte, pero que a su corta edad empieza a dar pasos agigantados.
Logro tras logro, en eso se ha convertido la carrera de Natalia Linares, la deportista vallenata más laureada de los últimos años. Sin embargo, no todo fue color de rosa para ‘La negra del sabor’.
La atleta, en dialogo con EL PILÓN, sin tapujo alguno habló sobre sus inicios y sobre su futuro, y de sus logros deportivos.
¿Cómo llega Natalia Linares al atletismo?
En principio no me gustaba, pero era muy activa, me gustaba saltar, correr y fue allí donde el profesor de educación física me dijo que si podía hacer pruebas, yo le dije que sí y me empecé a destacar hasta llegar a donde estoy ahora.
¿Cómo se sintió en sus primeros años en el atletismo?
Fue una experiencia bonita, aunque todo se fue dando muy rápido, ayer corría para pasar materias, pero así empezaron ha llegar las medallas, una tras otra en eventos nacionales, intercolegiados y ahora internacionales. Pero todo empezó tan rápido que casi no tuve tiempo de asimilarlo.
¿Cuándo empezó a florecer su éxito la apoyaron?
Principalmente quienes dieron la mano fueron mis familiares, mi mamá sobre todo que siempre estuvo ahí en cada momento de mi carrera, por eso yo sabía y sé que si algo pasa ellos siempre van a estar ahí.
¿Ahora que todos hablan de usted ha tenido propuestas de otras ligas?
He recibido propuestas de otras ligas y de Puerto Rico, una universitaria, y aunque la proposición me gusta no pienso irme todavía porque tengo un proceso y no pienso romperlo, además se viene una participación en un mundial.
¿Ha pensado alguna vez cambiar de liga?
¡No! yo me considero muy vallenata y pese a las propuestas (de Puerto Rico, Magdalena y Antioquia) soy muy apegada a mis raíces y siempre representaré al Cesar, lo que pasa es que como mi entrenador vive en Santa Marta yo entrenó allá, pero no pienso dejar la Liga de Atletismo ni a Valledupar.
¿Aspiraba a lograr tanto en Cochabamba?
Cuando llego a Bolivia estaba nerviosa, pero emocionada a la vez, mi entrenador -Martin Suárez- me dijo que no había presión, que esta era una prueba para seguir adquiriendo experiencia, pero yo me focalicé en logar aunque sea una medalla y gracias a Dios y al esfuerzo pudimos superar el objetivo.
¿Qué experiencia para su vida le dejó el sudamericano en Bolivia?
Cuando vi a la deportista brasileña, que se quedó con el oro, me dio un poco de susto, pero también emoción porque sabía que allí iban a competir las mejores y también aprendí que hay que ir pensando en positivo, creer en lo que se tiene, y ponerse siempre metas antes de iniciar un nuevo proyecto.
¿En qué prueba se siente más cómoda?
Me va mejor en la velocidad. En las pruebas de 100 y 200 metros me siento como una reina, aunque en los saltos también me va bien por la velocidad, pero para mí es más cómodo competir en las pruebas de velocidad.
¿Qué siente antes de cada prueba?
Cuando son pruebas de velocidad me da mucha ansiedad, ganas de correr ya, pero cuando me tocan las pruebas de salto me da un poco de nervio porque yo soy más velocista que saltadora.
¿Cuándo las cosas se pusieron difíciles pensó en el retiro?
Hubo un momento en el que le dije a mi mamá que yo hacía lo que ella quisiera, incluso estudiar medicina, que era lo que tenía pensado antes de ser atleta. Y sí, quise retirarme, pero gracias a mi mamá que empezó buscar soluciones logré reponerme y mejorar marcas, para de esta manera tomar confianza y superar mi nivel.
¿Cómo se sintió en esos momentos duros en su carrera?
Fue frustrante, me sentí triste porque no entendía cómo bajé de nivel así de golpe, pasé por días complicados en los que me sentí deprimida, pero logré recomponer el camino, pero esos días difíciles no son fáciles de olvidar.
¿Cómo es Natalia Linares fuera de las pistas de atletismo?
Me considero una persona alegre, siempre mirando todo de forma positiva y tratando de buscarle una sonrisa a todo porque mis padres me inculcaron el amor, ellos son amoroso conmigo y soy una mujer llena de principios y valores.
ROBERT CADAVID / EL PILÓN
[email protected]
Con 18 años de edad, la atleta vallenata tiene un camino largo que recorrer en el deporte, pero que a su corta edad empieza a dar pasos agigantados.
Logro tras logro, en eso se ha convertido la carrera de Natalia Linares, la deportista vallenata más laureada de los últimos años. Sin embargo, no todo fue color de rosa para ‘La negra del sabor’.
La atleta, en dialogo con EL PILÓN, sin tapujo alguno habló sobre sus inicios y sobre su futuro, y de sus logros deportivos.
¿Cómo llega Natalia Linares al atletismo?
En principio no me gustaba, pero era muy activa, me gustaba saltar, correr y fue allí donde el profesor de educación física me dijo que si podía hacer pruebas, yo le dije que sí y me empecé a destacar hasta llegar a donde estoy ahora.
¿Cómo se sintió en sus primeros años en el atletismo?
Fue una experiencia bonita, aunque todo se fue dando muy rápido, ayer corría para pasar materias, pero así empezaron ha llegar las medallas, una tras otra en eventos nacionales, intercolegiados y ahora internacionales. Pero todo empezó tan rápido que casi no tuve tiempo de asimilarlo.
¿Cuándo empezó a florecer su éxito la apoyaron?
Principalmente quienes dieron la mano fueron mis familiares, mi mamá sobre todo que siempre estuvo ahí en cada momento de mi carrera, por eso yo sabía y sé que si algo pasa ellos siempre van a estar ahí.
¿Ahora que todos hablan de usted ha tenido propuestas de otras ligas?
He recibido propuestas de otras ligas y de Puerto Rico, una universitaria, y aunque la proposición me gusta no pienso irme todavía porque tengo un proceso y no pienso romperlo, además se viene una participación en un mundial.
¿Ha pensado alguna vez cambiar de liga?
¡No! yo me considero muy vallenata y pese a las propuestas (de Puerto Rico, Magdalena y Antioquia) soy muy apegada a mis raíces y siempre representaré al Cesar, lo que pasa es que como mi entrenador vive en Santa Marta yo entrenó allá, pero no pienso dejar la Liga de Atletismo ni a Valledupar.
¿Aspiraba a lograr tanto en Cochabamba?
Cuando llego a Bolivia estaba nerviosa, pero emocionada a la vez, mi entrenador -Martin Suárez- me dijo que no había presión, que esta era una prueba para seguir adquiriendo experiencia, pero yo me focalicé en logar aunque sea una medalla y gracias a Dios y al esfuerzo pudimos superar el objetivo.
¿Qué experiencia para su vida le dejó el sudamericano en Bolivia?
Cuando vi a la deportista brasileña, que se quedó con el oro, me dio un poco de susto, pero también emoción porque sabía que allí iban a competir las mejores y también aprendí que hay que ir pensando en positivo, creer en lo que se tiene, y ponerse siempre metas antes de iniciar un nuevo proyecto.
¿En qué prueba se siente más cómoda?
Me va mejor en la velocidad. En las pruebas de 100 y 200 metros me siento como una reina, aunque en los saltos también me va bien por la velocidad, pero para mí es más cómodo competir en las pruebas de velocidad.
¿Qué siente antes de cada prueba?
Cuando son pruebas de velocidad me da mucha ansiedad, ganas de correr ya, pero cuando me tocan las pruebas de salto me da un poco de nervio porque yo soy más velocista que saltadora.
¿Cuándo las cosas se pusieron difíciles pensó en el retiro?
Hubo un momento en el que le dije a mi mamá que yo hacía lo que ella quisiera, incluso estudiar medicina, que era lo que tenía pensado antes de ser atleta. Y sí, quise retirarme, pero gracias a mi mamá que empezó buscar soluciones logré reponerme y mejorar marcas, para de esta manera tomar confianza y superar mi nivel.
¿Cómo se sintió en esos momentos duros en su carrera?
Fue frustrante, me sentí triste porque no entendía cómo bajé de nivel así de golpe, pasé por días complicados en los que me sentí deprimida, pero logré recomponer el camino, pero esos días difíciles no son fáciles de olvidar.
¿Cómo es Natalia Linares fuera de las pistas de atletismo?
Me considero una persona alegre, siempre mirando todo de forma positiva y tratando de buscarle una sonrisa a todo porque mis padres me inculcaron el amor, ellos son amoroso conmigo y soy una mujer llena de principios y valores.
ROBERT CADAVID / EL PILÓN
[email protected]