En grupos de tres o cuatro uniformados, el cuadrante de la Policía de Turismo y Protección al Patrimonio Nacional recorre en bicicleta el centro histórico de Valledupar desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche. El buzo gris y las bicicletas los diferencia de las patrullas de vigilancia urbana.
En el mes de abril llegaron los primeros uniformados de la Policía de Turismo a Valledupar con el objetivo de mejorar la seguridad en el centro histórico. Son ellos quienes conforman el cuadrante número 33 de la ciudad encargado del sector fundacional.
Su llegada era un llamado urgente de residentes, comerciantes y estudiantes universitarios por las reincidentes embestidas de la delincuencia común.
“Son policías capacitados para que al turista nacional y extranjero se le cuenten de las bondades de la ciudad, de la región, del departamento del Cesar, de las costumbres, ancestros, policías que hablan un segundo idioma”, explicó el mayor general William Salamanca sobre el cuadrante 33 de Valledupar que inició labores en el mes de abril.
GUÍAS TURÍSTICAS
El cuadrante 33 conformado por policías de turismo es el más grande de Valledupar. Son ocho policías profesionales y cuatro auxiliares encargados de las 16 manzanas del centro histórico. En el país, cuentan con 1.071 unidades divididas en puntos estratégicos como los centros históricos de Cartagena o Pamplona.
“Hacemos actividades de control y prevención. Hemos notado que la comunidad muestra aceptación porque nuestra presencia aumenta la percepción de seguridad. Observamos que han regresado las reuniones en las puertas de las casas”, aseguró Osvaldo Ayola, profesional de la Policía de Turismo y Protección al Patrimonio Nacional. El Policía de Turismo es también un guía.
Antes de ejercer son preparados en seminarios para que conozcan la historia del viejo Valledupar y todo lo que encierra el centro histórico. Por eso, es normal verlos charlar con los turistas que recorren el barrio más antiguo de la capital del Cesar. Como a la ciudad también llegan turistas internacionales de habla no hispana, los uniformados reciben clases de inglés.
La división de Policía de Turismo fue creada por la Ley 300 de 1996 también conocida como Ley General de Turismo, con la función de adelantar control y vigilancia en los atractivos turísticos que merezcan una vigilancia especial.
Según el Ministerio de Industria y Comercio, en el 2018 ingresaron 4,2 millones de visitantes no residentes al país, un récord comparado con años anteriores.
Dentro de esas funciones, los uniformados también atienden las quejas de los turistas en relación con la atención, por eso realizan inspecciones a los sitios que prestan servicios turísticos. “Esa es una invitación a los prestadores de servicios turísticos a atender bien a los turistas porque está comprobado que el turista que es bien atendido regresa”, aseveró Osvaldo Ayola.
LOS PUNTOS CON MÁS QUEJAS
Por las quejas y denuncias, la Policía determinó que el problema de seguridad en el sector fundacional se centraba en los callejones. Espacios urbanos de la colonia de noche representaban un peligro, algunos por la falta de iluminación o por la poca afluencia de personas. Por eso fueron considerados como puntos críticos el callejón Cañahuate, el callejón de la Purrututú, hasta la misma plaza Alfonso López. Estos son sectores de primer nivel que no pueden ser modificados, carácter especial en el Plan de Manejo y Protección del centro histórico, PEMP.
El delito con más quejas era el hurto. “Como el delito que más se acusaba era el hurto, hemos intensificado las requisas y han disminuido las quejas respecto al hurto. Por ejemplo, ya no hay quejas por hurto de celulares a los estudiantes universitarios”, agrega el profesional de la policía, Osvaldo Ayola.
Además del turista, el comerciante es también el más beneficiado. Así lo cree Carlos Julio Arias, vendedor de artesanías en el pasaje Calle Grande. “No es lo mismo caminar solo por estos lados sin policías que ahora que hacen presencia y que uno sabe que están cerca, obvio cambia la percepción de seguridad”, señaló Arias.
Pero no todos tienen una imagen favorable de los uniformados. Los vendedores ambulantes se han enfrentado por el espacio público. “Solo están pendientes de quitarlo a uno de acá, la orden como que fue no dejarnos entrar a la plaza y en eso se la pasan”, señaló Cesar Daza, vendedor de cholados.
Igual problemática con los habitantes de calle. Además del hurto, cuando hablan con los turistas, los uniformados reciben quejas por el comportamiento de algunas habitantes de calle.
“También nos ha tocado solucionar peleas entre los que cuidan los carros de los turistas, porque se pelean por los carros”, señaló Osvaldo Ayola.
Bajo su responsabilidad también están los monumentos del centro histórico. En ese cuidado, se han enfrentado con personas que suben al monumento de la Revolución en Marcha. “Aunque son menos los imprudentes que las personas responsables, lo más difícil de este trabajo es tratar con la gente y decirle que hay cosas que no se pueden hacer”, señaló uno de los auxiliares de policía.
El centro histórico está comprendido por 39 manzanas, de las cuales 16 hacen parte el sector fundacional en la que confluye una oferta variada. Además de la afable experiencia de las casas coloniales, las cafeterías, bares, tiendas, artesanías, centros culturales, un teatro, y parques y plazas, se conjugan como atractivos turísticos durante todo el año, pero principalmente en Festival Vallenato y Semana Santa.
“La idea es brindarles la seguridad a los propios y visitantes, que siempre haya un acompañante policial en las plazas, en los centros de manzana. La buena noticia la trae el general salamanca y entre esos se firma el cuadrante 33”, aseguró el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez.
Según una encuesta realizada por la Universidad Nacional del Mar de Plata, Argentina, dentro de las impresiones positivas, la seguridad es la tercera más importante para los turistas al visitar una ciudad. Primero se ubica limpieza e iluminación.
Los policías de turismo se centran el centro histórico, pero también hacen presencia en puntos de alta presencia de turistas, por ejemplo, en los monumentos de Diomedes Díaz y Martín Elías hace presencia un profesional que explica la historia de los íconos de la música vallenata.
Por: Deivis Caro/ El Pilón