Sigue generando confusión la noticia de que Valledupar no ha calificado para la declaración de una ADN. Con ello se ha pretendido menoscabar los propósitos de la administración municipal y los compromisos del Gobierno nacional.
No tenemos duda de que Valledupar por su historia de creatividad, ingenio musical, es una típica ciudad naranja. Y debe hacer todo el esfuerzo de potenciar esa condición, con el liderazgo del sector público, representado en el alcalde Tuto Uhía (quien no se debe quitar la camisa naranja), de la academia y de los emprendedores y gestores culturales, – partícipes de la Mesa Valledupar Naranja-.
Queremos hacer un llamado a más trabajo, documentación, organización y coordinación administrativa e incluyente participación. Y ahorrarnos, en este periodo en que debemos concretar y formular en detalle las propuestas, un alto nivel de promoción, que en estas épocas se suele mal interpretar como propaganda electoral.
Es prematuro hacer declaraciones definitivas, pues se expidió la Ley naranja hace un año, se espera la estructuración de proyectos, previa identificación de los mismos, el mapeo que ordena la ley identificando el inventario de lo que hay, y recién se ha firmado en la ciudad por el presidente Duque, dentro del Taller Construyendo País, la Ley 1755 del Plan Nacional de Desarrollo -PND, que reguló aspectos como esos espacios del área urbana que se quieren recuperar y destinar a actividades de emprendimiento y cultura.
El alcalde ha dicho que el centro histórico será la primera ADN de la ciudad, decisión que celebramos, ya que la ciudad debe rehabilitar el centro, y proyectar su integración al río Guatapurí. El parque de la Leyenda Vallenata, en propiedad ahora del municipio, podrá ser objeto futuro de otra ADN.
Para ilustración transcribimos apartes del PND que se tramitarán ante Mincultura: “Artículo 179. Áreas de desarrollo naranja.
Se entiende (…) los espacios geográficos que sean delimitados y reconocidos a través de instrumentos de ordenamiento territorial o decisiones administrativas de la entidad territorial, que tengan por objeto incentivar y fortalecer las actividades culturales y creativas (…).
Las ADN basadas en la oferta cultural y creativa son espacios que operan como centros de actividad económica y creativa, contribuyen a la renovación urbana y al mejoramiento del área de ubicación, crean un ambiente propicio en el que confluyen iniciativas en estos campos, fortalecen el emprendimiento, el empleo basado en la creatividad, el turismo, la recuperación del patrimonio cultural construido, la conservación medioambiental, la transferencia de conocimientos, el sentido de pertenencia, la inclusión social y el acceso ciudadano a la oferta cultural y creativa…”
Serán objeto de incentivos como menores prediales, y acceder a Obras por Impuestos, que permite a contribuyentes ejecutar obras en lugar de pagarlas a la nación.