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Deportes - 3 febrero, 2019

Santos Reyes, primer club de rugby en el Cesar

El primer pinino que dio el rugby en Valledupar fue en la cancha de tierra del barrio Los Cortijos.

Equipo Santos Reyes.
Equipo Santos Reyes.
Boton Wpp

Este fue el equipo que abrió el camino de los logros que ha cosechado este deporte en el departamento del Cesar.

El rugby parece a primera vista un deporte donde los jugadores se pelean entre sí para conseguir el ovoide (balón), pero la realidad es que este deporte es uno de los símbolos más importantes en la histórica lucha por conseguir la paz mundial.

Ha sido tanta la trascendencia de este deporte que ha cruzado continentes enteros y Valledupar no quería quedarse sin la práctica de una de las disciplinas más apasionantes del mundo deportivo.

Por iniciativa del hoy director de rendimiento deportivo de la Liga de Rugby Cesar, este deporte dio sus primeros pasos en Valledupar. Cesar Pineda, quien hizo sus estudios universitarios en la ciudad de Cúcuta, aprendió a jugar el rugby, pues en la capital norte santandereana esta disciplina deportiva estaba formándose.

El primer pinino que dio el rugby en Valledupar fue en la cancha de tierra del barrio Los Cortijos, donde un grupo de jóvenes estaban jugando rugby, pero con un balón de fútbol, esto a Pineda le llamó la atención y se acercó al grupo para enseñarles lo que él había aprendido en la ciudad de Cúcuta.

Las jornadas de prácticas eran cada vez más constantes y con más participantes, por esta razón se fundó el primer club de rugby, el cual recibió el nombre de Santos Reyes Rugby Club, en homenaje a la ciudad de Valledupar.

En un año, el equipo Santos Reyes ya tenía en su nómina 40 jugadores entre hombres y mujeres. La idea de formalizar el club fue llevada a la Universidad Popular del Cesar, al ser este el conglomerado educativo donde estudiaban la mayoría de integrantes que conformaban el joven equipo.
Con el aval por parte de los directivos del claustro universitario, las prácticas se realizaban dentro de las instalaciones.

El equipo Santos Reyes convino su participación con la Universidad y durante los años 2012 y 2013 representaron al departamento en diversos torneos nacionales.

Al ver los buenos resultados que el rugby le estaba dando, los directivos de la universidad deciden apoyar el rugby, por lo que nace entonces el Club UPC y Santos Reyes volvió a ser un equipo independiente.
Con el honor de ser el primer equipo de la ciudad de Valledupar, Santos Reyes tuvo la posibilidad de jugar torneos en ciudades como Barranquilla y Bucaramanga, donde el rugby vallenato empezaba a ganar experiencia.

LA HUELLA DE FELIPE CORRALES TONCEL

En una tierra donde el vallenato y el fútbol son los gustos predominantes, un joven se atrevió a hacer algo diferente. Mientras veía rugby por televisión, a Felipe Corrales le llamó mucho la atención este deporte, por lo que decidió investigar y con su mamá como apoyo fundamental y artífice para que el talento de este buen jugador no se fuera para otra ciudad.

Para infortunio del rugby, Corrales Toncel falleció hace dos años, pero la huella que dejó será imborrable, no solo para quienes lo acompañaron en la lucha que tuvo el rugby en sus inicios, sino para las nuevas generaciones de rugbistas que buscan ser guiadas por un referente.

Cesar Pineda y Felipe Corrales Toncel fueron integrantes de la primera generación de rugbistas en Valledupar.

Además de Cesar Pineda y Felipe Corrales Toncel, también hacen parte de la historia de este deporte en Valledupar personajes como los hermanos Arregocés (Kevin, Adrián y Enrique), Mauricio Gómez, Rony Espinosa, José Peñaloza, Jorge Munive, entre otros deportistas quienes fueron los primeros que abrieron el camino para que el rugby en la capital del Cesar sea uno de los deportes que cuente con reconocimiento deportivo y con clubes competitivos.

El rugby en seis años de historia y tres como deporte reconocido ha logrado avances importantes y es por ello que los trabajos se intensifican, ya que en el caso de la Selección Cesar tendrá la responsabilidad de demostrar que su clasificación a Juegos Nacionales no fue casualidad.

Deportes
3 febrero, 2019

Santos Reyes, primer club de rugby en el Cesar

El primer pinino que dio el rugby en Valledupar fue en la cancha de tierra del barrio Los Cortijos.


Equipo Santos Reyes.
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Este fue el equipo que abrió el camino de los logros que ha cosechado este deporte en el departamento del Cesar.

El rugby parece a primera vista un deporte donde los jugadores se pelean entre sí para conseguir el ovoide (balón), pero la realidad es que este deporte es uno de los símbolos más importantes en la histórica lucha por conseguir la paz mundial.

Ha sido tanta la trascendencia de este deporte que ha cruzado continentes enteros y Valledupar no quería quedarse sin la práctica de una de las disciplinas más apasionantes del mundo deportivo.

Por iniciativa del hoy director de rendimiento deportivo de la Liga de Rugby Cesar, este deporte dio sus primeros pasos en Valledupar. Cesar Pineda, quien hizo sus estudios universitarios en la ciudad de Cúcuta, aprendió a jugar el rugby, pues en la capital norte santandereana esta disciplina deportiva estaba formándose.

El primer pinino que dio el rugby en Valledupar fue en la cancha de tierra del barrio Los Cortijos, donde un grupo de jóvenes estaban jugando rugby, pero con un balón de fútbol, esto a Pineda le llamó la atención y se acercó al grupo para enseñarles lo que él había aprendido en la ciudad de Cúcuta.

Las jornadas de prácticas eran cada vez más constantes y con más participantes, por esta razón se fundó el primer club de rugby, el cual recibió el nombre de Santos Reyes Rugby Club, en homenaje a la ciudad de Valledupar.

En un año, el equipo Santos Reyes ya tenía en su nómina 40 jugadores entre hombres y mujeres. La idea de formalizar el club fue llevada a la Universidad Popular del Cesar, al ser este el conglomerado educativo donde estudiaban la mayoría de integrantes que conformaban el joven equipo.
Con el aval por parte de los directivos del claustro universitario, las prácticas se realizaban dentro de las instalaciones.

El equipo Santos Reyes convino su participación con la Universidad y durante los años 2012 y 2013 representaron al departamento en diversos torneos nacionales.

Al ver los buenos resultados que el rugby le estaba dando, los directivos de la universidad deciden apoyar el rugby, por lo que nace entonces el Club UPC y Santos Reyes volvió a ser un equipo independiente.
Con el honor de ser el primer equipo de la ciudad de Valledupar, Santos Reyes tuvo la posibilidad de jugar torneos en ciudades como Barranquilla y Bucaramanga, donde el rugby vallenato empezaba a ganar experiencia.

LA HUELLA DE FELIPE CORRALES TONCEL

En una tierra donde el vallenato y el fútbol son los gustos predominantes, un joven se atrevió a hacer algo diferente. Mientras veía rugby por televisión, a Felipe Corrales le llamó mucho la atención este deporte, por lo que decidió investigar y con su mamá como apoyo fundamental y artífice para que el talento de este buen jugador no se fuera para otra ciudad.

Para infortunio del rugby, Corrales Toncel falleció hace dos años, pero la huella que dejó será imborrable, no solo para quienes lo acompañaron en la lucha que tuvo el rugby en sus inicios, sino para las nuevas generaciones de rugbistas que buscan ser guiadas por un referente.

Cesar Pineda y Felipe Corrales Toncel fueron integrantes de la primera generación de rugbistas en Valledupar.

Además de Cesar Pineda y Felipe Corrales Toncel, también hacen parte de la historia de este deporte en Valledupar personajes como los hermanos Arregocés (Kevin, Adrián y Enrique), Mauricio Gómez, Rony Espinosa, José Peñaloza, Jorge Munive, entre otros deportistas quienes fueron los primeros que abrieron el camino para que el rugby en la capital del Cesar sea uno de los deportes que cuente con reconocimiento deportivo y con clubes competitivos.

El rugby en seis años de historia y tres como deporte reconocido ha logrado avances importantes y es por ello que los trabajos se intensifican, ya que en el caso de la Selección Cesar tendrá la responsabilidad de demostrar que su clasificación a Juegos Nacionales no fue casualidad.