Los recientes hechos ocurridos en el departamento de Cesar que involucran a grupos armados, como el secuestro del ganadero Andrés José Herrera Orozco, en zona rural de Pailitas, y la quema a una maquinaria en una finca del corregimiento La Zapatosa de Tamalameque, donde también dejaron la bandera del ELN, encienden las alarmas en algunos sectores de la sociedad que ven necesario una mayor presencia del Estado en la región.
De acuerdo a una alerta temprana emitida a mediados del pasado mes de agosto por la Defensoría del Pueblo, en el departamento las poblaciones de varias veredas de los municipios de Chimichagua y Curumaní, que colindan con la zona limítrofe de la Serranía del Perijá y el Catatumbo, Norte de Santander, se encuentran en situación de riesgo por la aparente presencia de grupos al margen de la ley.
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La Defensoría comunicó que según las distintas fuentes comunitarias en las zonas se ha visto el tránsito y cruce por distintos lugares de la región de pequeños grupos conformados de hasta seis hombres que visten uniformes tipo militar de color negro, que exhiben armamento de largo alcance y llevan brazaletes alusivos al EPL, que no son más que los denominados ‘Los Pelusos’.
Entre las veredas se encuentran Santa Lucia, El Tigre, El Horno, Dos Brazos, Nueva Unión, Casa de Tabla, Bobilandia, Babilandia, Los Corazones y Pitalito del corregimiento de Piedras Blancas, pertenecientes a Chimichagua; así como también las veredas Calichosa, Quebrada Seca y Primero de Mayo, conocidas como Tres Unidas, que son jurisdicción de Curumaní.
Al respecto, el comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Jesús Manuel de los Reyes Valencia, explicó que la presencia de Los Pelusos en la región es ocasional para fines específicos o esconderse.
“Los denominados Pelusos, EPL, se ven en situaciones esporádicas que se presentan eventualmente con el fin de generar algún tipo de extorsión como es el caso del cabecilla que se capturó en San Alberto, quien era de este grupo delincuencial y estaba escondiéndose, tenía su fachada en el municipio a través de la venta de jugo”, acotó el coronel.
Este sujeto fue identificado como Jesús Alberto Pabón Ortega, 31 años de edad, capturado por la Policía Nacional en el parque central de San Alberto.
El hombre era requerido por los asesinatos de Miguel Ángel Bautista Martínez en el mes de mayo de 2018, y de Luis Alcides Tarazona Salamanca, coordinador de comité veredal Ascamcat, en noviembre del mismo año, en Tibú, Norte de Santander.
EL ELN
La injerencia del Ejército de Liberación Nacional, ELN, en la región también causa preocupación porque actualmente el grupo es sospechoso de haber cometido el secuestro de Andrés Herrera Orozco y la quema de dos máquinas en el departamento. Aunque en su página oficial no se atribuyen ninguno de los dos acontecimientos.
El diputado Jorge Antonio ‘Popo’ Barros Gnecco manifestó que la situación ha generado temor entre las comunidades que trabajan en el campo.
“Hace muchos meses le venimos manifestando al Ejército, especialmente al coronel de la Policía, la presencia de los bandidos del ELN en toda la Serranía del Perijá. Hay mucho temor de los campesinos, hay mucho temor en el sector productivo, especialmente en los ganaderos que están afectados con olas de secuestros en el centro y sur del Cesar”, aseveró Barros.
El dirigente político resaltó la importancia de hacerle frente a los brotes de grupos armados o delincuenciales a fin de evitar que región vuelva a sus tiempos de violencia en el auge del paramilitarismo y la guerrilla.
“Nosotros le estamos exigiendo a las fuerzas militares y a la Policía Nacional que nos entreguen esa seguridad para estar tranquilos en el departamento, en cada uno de los municipios”, puntualizó el diputado.
LAS CÉLULAS URBANAS
Para las autoridades, la presencia del ELN en el Cesar se debe a las redes de apoyo con las que trabajan, que se esconden, a veces, entre la población civil, dado que no tienen presencia con un frente de guerra.
“Ellos militarmente hablando no tienen presencia sino que en el caso del Cesar se delinque en las denominadas redes de apoyo al terrorismo, similar a lo que se conoce como milicia, es un grupo pequeño de personas que se identifican con los grupos criminales y son con los cuales llevan a cabo sus actos”, explicó el coronel de los Reyes Valencia.
Al parecer, son esas células urbanas las encargadas de realizar los actos proselitistas como la instalación de banderas que en lo corrido del año se ha evidenciado en los municipios de Aguachica, Curumaní, entre otras zonas del centro y sur del departamento.
Recientemente dos presuntos colaboradores del ELN fueron detenidos por la Policía Nacional y el Ejército. Se trata de Eris Cuello Payares, conocido como ‘Janer o Negro’, y Oscar Enrique Pacheco Pinto conocido como ‘Evo’, requeridos mediante ordenes de captura por los delitos de concierto para delinquir agravado con fines de terrorismo y rebelión.
Los sujetos fueron señalados de colaborar con un frente de guerra del ELN en los municipios de Valledupar, Becerril, Codazzi, La Jagua de Ibirico, La Paz y San Diego.
Sin embargo, el poco pie de fuerza que existe en algunos municipios como El Paso y Pailitas, inquieta a las administraciones de estas dos regiones para garantizar la seguridad de los habitantes.
El secretario de Gobierno de El Paso, Carlos Morales, indicó que si bien no sienten que tengan presencia de grupos al margen de la ley sí tienen problemas de microtráfico, entre otros aspectos de seguridad, que requieren de mayor número de uniformados. Por eso anunció que en el inicio de esta semana elevarían una misiva al Gobierno nacional en busca de apoyo.
Por su parte el alcalde de Pailitas, Carlos Javier Toro, también aseguró que requieren más presencia de las autoridades en el centro del Cesar por los recientes hechos.
“Esto es un escenario que se asocia al problema de conflicto que se puede estar avecinando en nuestro municipio y que es necesario que el Estado intervenga de manera directa en todo lo que comprende la zona centro del departamento de Cesar”, señaló Toro.
No obstante, en esos sectores hay presencia tanto de Policía Nacional y el Ejército, aunque el coronel de la primera institución reconoció que el número de uniformados que tienen es mínimo.
EL PILÓN intentó hablar con el comandante de la Décima Brigada Blindada del Ejército, coronel Enrique Álvarez Hernández, pero no atendió el llamado.
Por Marllelys Salinas Mercado / EL PILÓN marllelys.salinas@elpilon.com.co