Eran cerca de las 6:15 de la mañana del domingo 16 de octubre de 1994 cuando un grupo de hombres provenientes de varias regiones del país, ingresaron al Banco de la República de Valledupar para sustraer más de 24 mil millones de pesos en efectivo de la bóveda del banco, cometiendo el asalto más grande en la historia del país, denominado como ‘El robo del siglo’.
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En complicidad con miembros de la Fuerza Pública y funcionarios de la entidad, los asaltantes después de 18 horas de trabajos al interior de la bóveda lograron sacar el dinero en un carro Ford 300 por la puerta principal de la entidad, el mismo lugar por donde habían ingresado sin levantar sospecha alguna por parte de la comunidad, las autoridades y sin hacer un disparo.
El lunes 17 de octubre funcionarios del banco se toparon con la escena, dando aviso a las autoridades, quienes encontraron a unos vigilantes maniatados y tras la inspección de la bóveda hallaron 23 botellas de oxígeno (17 de 60 libras y 6 de 40), una botella de acetileno, más de 35 metros de cable trifásico, dos compresores de aire, un extractor de aire, un mazo, un par de guantes quirúrgicos, un barretón, destornilladores, pinzas, llaves de tubo, alicates y plásticos negros, herramientas que utilizaron para abrir la bóveda.
Según la investigación, los ladrones tardaron alrededor de una hora en desactivar las alarmas e instalar los equipos de soldadura para abrir la bóveda a través de la herramienta conocida como ‘lanza térmica’.
La conmoción y el caos se apoderaron del lugar, el cual 26 años después sigue siendo recordado por los habitantes. Tal vez por el ingenio de los ladrones al robar el Banco de la República, o porque no ha sucedido un hecho similar que supere la cantidad robada en esa época, que alcanzaba los 30 millones de dólares.
‘ME ACOSTÉ ENCIMA DE LOS 24 MIL MILLONES’
Durante una entrevista para el programa Los Informantes del canal Caracol, Elkin Susa, uno de los ladrones del banco y quien fue condenado por hurto, contó que al cometer el asalto se acostó encima de 24 mil millones de pesos. “En la vida perfecto no hay nada, pero sí fue un negocio que le dio la vuelta al mundo y al país“, dijo.
Al tiempo, señaló que en el robo del Banco de la República de Valledupar invirtió alrededor de 120 millones de pesos y que este se logró en complicidad con un cajero, tesorero y miembro de seguridad del banco. Mencionó también que tras salir con el dinero se dirigieron a una colchonería donde hicieron la repartición de la plata para luego dirigirse a una finca para encaletarla.
“Cuando llegamos a la finca, donde nos dieron la caleta, compramos las cajas de Marlboro y empacamos la plata, la dejamos allí lista…La plata quedó en un parqueadero en Ciénaga y casi se pierde”, dijo.
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Relató que para poder utilizar el dinero y no levantar sospecha de las autoridades, “algunos de nuestros compañeros metían los billetes en lavadoras para que se envejeciera, otros la llevaron a tipografías para cambiarles el número de la serie. Yo la cambié para traficar con whisky…Vendimos la plata al 70 y 80% en Caquetá, Guaviare y otras regiones del país”. Añadió que compró carros, tierras y se dedicó a viajar por Centroamérica, Sudamérica y Holanda. “Estuve en Holanda, México, Panamá, Costa Rica”, dijo.
Por este hecho casi todos los miembros de la banda fueron condenados a varios años de cárcel, de los cuales la mayoría ya han fallecido. “Unos fueron asesinados, otros se murieron por infarto…Hubo uno que como que se resbaló y se desnucó en una piscina”, finalizó Elkin Susa.
¿QUÉ PASÓ DESPUÉS DEL ROBO?
Gerardo Hernández, codirector del Banco de la República, contó en agosto de este año que tras el robo la primera reacción de la entidad fue comunicar que los billetes robados de 2.000, 5.000 y 10.000 pesos estaban sin emitir y no tenía ningún valor, por lo que pidieron a las demás entidades bancarias que los retuvieran y a las personas que lo canjearan por otros billetes.
“Se desencadenaron procesos muy complejos. En primer lugar, los bancos empezaron a quejarse, a decir que no podían revisar uno por uno los billetes para saber cuáles tenía valor o no, a través de la serie”.
Manifestó también que las personas empezaron a rechazar las denominaciones de 2.000, 5.000 y 10.000 pesos por temor a quedarse con unos billetes que no tenían validez o que les podría desencadenar algún problema judicial, por lo que empezaron a llamarlos ‘billetes vallenatos’.
“Eso llevó a que la junta directiva del Banco de la República el 26 de octubre de 1994 tomara la decisión de aceptar un concepto jurídico que se presentó, donde se argumentaba que el banco tenía que proteger a los terceros de buena fe, la confianza de las personas en el dinero y que como los billetes en la practicas eran exactamente iguales, salvo que no tenían el número de la serie. Fue algo denominado la ‘teoría de la apariencia’ al reconocer que los billetes eran válidos”, señaló el directivo.
Mencionó que establecieron que las personas que tenían los ‘billetes vallenatos’ los canjearan por otros que del mismo valor. “Se tomaba la información de todas las personas que llegaban con esos billetes y dependiendo el monto y los perfiles de esas personas se les cambiaba el billete antiguo por uno nuevo inmediatamente, si no, había un plazo para utilizar antecedentes penales de las personas para entregarlo después. Algunas personas no volvieron a reclamar el canje”.
El proceso de canjear los billetes de 2.000, que tenían dibujado a Simón Bolívar; los de 5.000 que tenían a Rafael Núñez y los de 10.000 pesos que llevaban plasmada la imagen de una indígena embera, demoró alrededor de tres años. El Banco de la República recuperó el dinero robado a través de sus aseguradoras, quienes en un principio no querían reconocer el siniestro al argumentar que “era papel por no tener validez los billetes, ya que estos estaban sin emitir”, según explicó Gerardo Hernández. Alrededor de 18.000 millones de pesos fueron canjeados por los colombianos.
En cuanto a los cambios en la sede Valledupar, decidieron reforzar la seguridad del banco y la bóveda e instalar un sistema de seguridad monitoreado desde Bogotá que les permite tener control absoluto del banco.
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De los 24.072 millones de pesos, $18.560 eran billetes sin emitir (no habían salido al público), $3.700 millones de pesos correspondían a billetes nuevos (series conocidas), y $1.812 millones correspondían a billetes que habían estado en circulación.
‘FUE ALGO DRAMÁTICO’
Marco Emilio Zabala, quien tenía al menos un año de ser el gerente del Banco de la República, sede Valledupar, fue enviado a prisión por supuestamente colaborar en el robo del banco. Sin embargo, tras pasar 33 meses en una cárcel fue absuelto por una juez de Valledupar que “no encontró argumentos para una acusación” en el expediente para que él estuviera preso, según contó en una entrevista para El Espectador y Los Informantes.
“A la 1 de la tarde (17 de octubre de 1994) me notificaron que había una situación irregular en el banco y encontraron a vigilantes retenidos… Fue algo dramático. Hicimos un recorrido y no se notaba nada extraño, pedimos el ascensor y cuando se abre estaba todo completamente enlodado, lleno de agua, de ese polvillo que se veía por todas partes. Todo lo que se observaba era caos, desorden, herramientas, maquinarias, tanques de oxígeno, un ventilador que estaba prendido y hacía un pequeño ruido y de resto un silencio sepulcral, por el hueco que abrieron se veía que la bóveda había sido saqueada”, dijo.
Expresó que tras ser despedido del Banco de la República, un año después fue detenido por las autoridades porque supuestamente “había constituido una colaboración a los delincuentes”, con el arreglo del aire acondicionado del lugar que había sido reparado el sábado antes del robo.
“Una semana anterior al robo hubo una falla en el aire acondicionado y se hizo el mantenimiento del aire. Se restableció el servicio el sábado anterior al robo y la Fiscalía los tomó como indicios en mi contra diciendo que eso había constituido una colaboración a los delincuentes porque con el arreglo del aire se les había dejado el edificio en óptimas condiciones, después quedó demostrado que ese hecho no tuvo incidencia en el robo”, dijo.
Al salir de la cárcel, en 1999, Marco Zabala demandó al Banco de la República por haberlo despedido injustificadamente, proceso que le salió favorable. También, inició un proceso contra el Estado por “la privación injusta de la libertad en el año 1999, el Consejo de Estado le dio la razón en 2016”.
‘EL ROBO DEL SIGLO’ EN NETFLIX
El 14 de agosto Netflix estrenó la serie ‘El robo del siglo’, inspirada en el asalto de 24.000 millones de pesos al Banco de la República de Valledupar en 1994.
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La serie de ficción basada en hechos reales contó con la participación de Andrés Parra (‘Chayo’), Marcela Benjumea (‘Doña K’), Christian Tappan (‘El abogado’) y Waldo Urrego (‘Dragón’).
‘El robo del siglo’ es una creación de Pablo González y Camilo Prince y realizada por Dynamo. La serie tiene 6 episodios de 40 minutos cada uno en el que recrea la planificación del robo, el momento del asalto al Banco de la República y los hechos posteriores a este.
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Por: Carmen Lucía Mendoza Cuello/EL PILÓN