“Trece años todavía me parece una edad corta. Hay razones científicas de maduración neuronal por los cuales este tipo de accesos se debe dar en personas con un pensamiento mucho más maduro, por encima de los 16 años”.
Algunos expertos, como el director general de Sanidad de Estados Unidos, Vivek Murthy, aseveran que, un menor de edad no debería acceder a redes sociales “porque esto afecta el desarrollo de su identidad“.
Lo mismo afirmó la neuróloga pediatra Martha Solano, en entrevista con la emisora La W: “Trece años todavía me parece una edad corta. Hay razones científicas de maduración neuronal por los cuales este tipo de accesos se debe dar en personas con un pensamiento mucho más maduro, por encima de los 16 años”.
Estas son algunas de las razones por las que los menores de edad no deberían usar redes sociales:
Desconocen qué es la privacidad: Los menores de edad no tienen la percepción completa de lo que es la privacidad, y que al subir una foto o hacer un comentario la están perdiendo. Además, como es de conocimiento público, en redes sociales se comparten muchos datos de importante relevancia.
Puede contactar a desconocidos: Bajo el anonimato que da la red los niños pueden contactar a desconocidos que no tienen buenas intenciones. Es fácil hacerse pasar por otra persona, crear un perfil falso y ganar la confianza de un niño gracias a su inocencia. Esto es peligroso porque detrás puede haber pederastas o personas con malas intenciones.
Pueden ser víctimas de sexting: Básicamente se refiere a que pueden recibir fotos o mensajes eróticos.
Idealizan la vida de los demás: En redes sociales solo se muestra lo mejor del día y de la vida. Si los niños están en redes y ven este tipo de publicaciones pueden acabar idealizando la vida de los demás. Una vida que no es completamente real.
Pueden ser víctimas de suplantación de identidad: En redes sociales cualquiera puede ser víctima de suplantación de identidad y, por supuesto, los niños también. Cualquier persona con malas intenciones puede copiar su foto y hacerse pasar por ellos. Una experiencia traumática que no saben gestionar y que no deben vivir a esa edad.
“Trece años todavía me parece una edad corta. Hay razones científicas de maduración neuronal por los cuales este tipo de accesos se debe dar en personas con un pensamiento mucho más maduro, por encima de los 16 años”.
Algunos expertos, como el director general de Sanidad de Estados Unidos, Vivek Murthy, aseveran que, un menor de edad no debería acceder a redes sociales “porque esto afecta el desarrollo de su identidad“.
Lo mismo afirmó la neuróloga pediatra Martha Solano, en entrevista con la emisora La W: “Trece años todavía me parece una edad corta. Hay razones científicas de maduración neuronal por los cuales este tipo de accesos se debe dar en personas con un pensamiento mucho más maduro, por encima de los 16 años”.
Estas son algunas de las razones por las que los menores de edad no deberían usar redes sociales:
Desconocen qué es la privacidad: Los menores de edad no tienen la percepción completa de lo que es la privacidad, y que al subir una foto o hacer un comentario la están perdiendo. Además, como es de conocimiento público, en redes sociales se comparten muchos datos de importante relevancia.
Puede contactar a desconocidos: Bajo el anonimato que da la red los niños pueden contactar a desconocidos que no tienen buenas intenciones. Es fácil hacerse pasar por otra persona, crear un perfil falso y ganar la confianza de un niño gracias a su inocencia. Esto es peligroso porque detrás puede haber pederastas o personas con malas intenciones.
Pueden ser víctimas de sexting: Básicamente se refiere a que pueden recibir fotos o mensajes eróticos.
Idealizan la vida de los demás: En redes sociales solo se muestra lo mejor del día y de la vida. Si los niños están en redes y ven este tipo de publicaciones pueden acabar idealizando la vida de los demás. Una vida que no es completamente real.
Pueden ser víctimas de suplantación de identidad: En redes sociales cualquiera puede ser víctima de suplantación de identidad y, por supuesto, los niños también. Cualquier persona con malas intenciones puede copiar su foto y hacerse pasar por ellos. Una experiencia traumática que no saben gestionar y que no deben vivir a esa edad.